El arte es un estado del alma
MI VIDA Por Marc Chagall-(El Acantilado)-Trad.: Martí Bassets-216 páginas-($ 55)
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En Moscú, en 1922, Marc Chagall finalizó un breve manuscrito que había titulado Mi vida . Era una precoz autobiografía, escrita entre los treinta y cuatro y treinta y cinco años. El libro -que sería el único que daría a luz- fue publicado en París en 1931 y traducido del ruso al francés por Bella Rosenfeld, la mujer del pintor, con un prefacio del crítico André Salmon.
Mi vida , hoy traducida al castellano y editada con las ilustraciones originales, comienza con los recuerdos de la infancia en Vitebsk, Bielorrusia, donde el pintor había nacido en 1887, en el seno de una familia judía profundamente religiosa. Todo está escrito con un sutil y sencillo tono poético, por momentos melancólico, con frases breves; abundan los personajes y los lugares muchas veces representados en sus pinturas y grabados.
En las primeras páginas, Chagall recuerda a su abuelo, "el de la barba larga y negra"; también aparece su padre, "un simple obrero", siempre cansado, que trabajaba en un almacén de arenques. En el siguiente capítulo asoma su madre, de quien dice: "preferiría no hablar, sino sollozar". Muchas veces surge el recuerdo del recuerdo ("Me acordaba del molino de aceite"; "Me acordaba del abuelo que cantaba"). Luego, surge el entorno de su casa: detrás vivía un carretero; enfrente, una lavandera; a la izquierda, un hombre que regenteaba un negocio de caballos; al lado, un deshollinador. De este modo se despliega la emotiva descripción del pobre y variopinto barrio judío.
Los rabinos, la escuela, la adolescencia, el tío que tocaba el violín preceden al día en que Chagall, mientras su madre horneaba el pan, confesó: "Mamá me gustaría ser pintor". No fue fácil; aun así, ella lo llevó a la Escuela de pintura en la que enseñaba Jeouda Pen. Comenzó a dibujar copiando figuras de yeso. Pero, recuerda Chagall, "nunca salían". También pintó algunas telas que sus hermanas usaron como alfombras, para no ensuciar el parquet. "Mis hermanas creían que los cuadros estaban hechos expresamente para eso."
Un día, en 1907, el joven pintor se fue a San Petersburgo. No fue fácil vivir allí, era judío y no podía salir sin permiso de una zona especial. Por fin consiguió el certificado para moverse con libertad. Disconforme con la Escuela de Protección de las Bellas Artes, cuyo profesor decía que sus bocetos "eran garabatos sin sentido", comenzó sus estudios con Léon Bakst, un prestigioso pintor y escenógrafo, colaborador de Serge Diaghilev. Allí, dice Chagall, "encontré [ ] una Europa en miniatura".
Después de lograr que un miembro de la Duma, la asamblea legislativa rusa, le otorgara una paga mensual por sus telas, en 1910 se instaló en París. De inmediato conoció las pinturas de Manet, Delacroix y Courbet. "Me metí en el corazón de la pintura francesa", escribe. Luego se muda a "la Ruche" (la Colmena). Había más de cien talleres rodeados por un pequeño jardín, donde "vivía la bohemia artística de todos los países". Muy pronto Chagall conoció a los cubistas (Gleizes, Metzinger, Léger, Lhote, Delaunay y otros); también encontró a los poetas y críticos, entre ellos André Salmon, Max Jacob, Guillaume Apollinaire.
En 1914 el pintor retornó a Rusia por tres meses, pero se desató la guerra y se cerraron las fronteras. Un año más tarde se casó con Bella. Se quedó en su patria hasta 1922. La autobiografía se detiene en los acontecimientos bélicos y en la Revolución bolchevique. También en el hambre y las carencias. Anatoli Lunacharsky, comisario del Pueblo para la Educación, a quien había conocido en París, le encomendó la reorganización de la escuela de arte de Vitebsk, la pequeña ciudad "triste y desgraciada". Un día los profesores se sublevaron. "Nadie es profeta en su tierra. Me marché a Moscú", escribe Chagall.
Las diferencias con sus colegas eran insalvables. Alguien "a quien Dios ha privado de talento, pega este grito: ´¡Muerte al cuadro! " Sin nombrarlo, Chagall se refiere a Kasimir Malevich, el pintor de Blanco sobre blanco , el creador del suprematismo. La mezcla de fantasía y de folclore de sus cuadros, las vacas azules y los enamorados volando eran incompatibles con la izquierda constructivista; también con la derecha conservadora sobreviviente de la época del zar. "Ni la Rusia imperial, ni la Rusia soviética me necesitan". Creía con absoluta sinceridad que "el arte [era] sobre todo un estado del alma".
En 1922, fecha en la que cierra su autobiografía, Chagall se alejó de Rusia. Se instaló en Berlín, donde el editor Paul Cassirer le encargó las ilustraciones para una edición alemana de Mi vida , pero a causa de problemas con la traducción no se publicó (apareció en 1952). En 1923 volvió a París; murió en Saint-Paul-de-Vence, en 1985, a los noventa y siete años.






