Enseñar español es una industria más académica que turística
El mundo universitario es el motor de la enseñanza de español como lengua extranjera en el país, una actividad que triplicó la cantidad de alumnos en los últimos cinco años. Universitarios norteamericanos, europeos y brasileños, de entre 20 y 25 años, desplazaron en las aulas de español a los turistas.
Así lo evidencia un relevamiento realizado por la Asociación Argentina de Docentes de Español (AADE) en conjunto con la Dirección de Asuntos Culturales de la cancillería argentina, que se realiza cada año.
En 2009 estudiaron español como lengua extranjera en el país 34.200 alumnos, tres veces más que los que lo hicieron en 2004. En ese año, el primero en el que la AADE hizo este relevamiento, habían contado 10.469 alumnos; la mayoría de ellos eran turistas que habían llegado al país para conocer su oferta cultural y extendían su estada para aprender el idioma.
Ahora, en cambio, más de dos tercios de los que estudian español en el país son universitarios de entre 20 y 25 años que necesitan conocer la lengua para poder cursar materias de grado o posgrados en el país o se interesan por temáticas latinoamericanas de índole histórica, social o literaria.
Los alumnos provienen de Estados Unidos y Canadá (32%) y de Alemania, Inglaterra y Francia (30%). En tercer lugar, y mostrando un aumento significativo año tras año, se ubican los brasileños. En 2005, eran el 11% del total de alumnos de español para extranjeros; en 2009 fueron el 22 por ciento.
A la par del crecimiento de interesados en saber español se reprodujeron los cursos dictados en universidades. La AADE registró más de 200 establecimientos educativos que dictan clases de español a extranjeros, entre los que además de universidades figuran institutos terciarios estatales y privados y fundaciones, a los que se deben sumar las clases con profesores particulares que ofrecen a sus pasajeros algunos hostels y hoteles. Entre la cada vez más amplia oferta de cursos hay programas dirigidos, entre otros, a niños y adolescentes, a refugiados, a agentes de negocios y a deportistas.
La faceta que aún falta desarrollar, dicen los especialistas, es la producción de textos para el estudio. Según la AADE, el 62% de los centros que enseñan español para extranjeros en el país se maneja con fichas de material propio. Sólo el resto utiliza materiales producidos tanto en el país como de otra procedencia.
"La industria editorial tuvo algunos progresos, sin embargo sigue siendo una cuenta pendiente, ya que la producción de materiales en la actualidad no abarca la especificidad de los cursos que se ofrecen. En este sentido, es necesario incentivar a la industria del libro para que los costos de producción no inhiban los intentos de cubrir esta falta", dice el informe.
De gerentes a universitarios
Ante el fenómeno creciente, "las universidades también se interesaron por el tema y se terminó constituyendo una especialidad en la que se forman docentes, se publica material, se hace investigación y que impulsó el desarrollo de un área en el sector turístico", dijo a LA NACION Leonor Acuña, directora del proyecto de investigación "Estándares para la enseñanza del español como lengua segunda y extranjera (ELSE)", de la UBA y otras cinco universidades. Ese programa estudia la enseñanza del español como una expresión de la industria cultural y como tal participó del relevamiento de la AADE, con fondos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Acuña, una de los primeras profesoras de letras que a fines de los años 80 comenzaron a dar clases de español a gerentes de empresas extranjeras, contó que casi al mismo tiempo que se inició esta actividad en el país surgió en España.
"Desde el punto de vista del impacto económico entre los turistas que esto implica, quien quiere estudiar el idioma prolonga su estada en el país de una a tres semanas promedio. Se triplican entonces todo tipo de consumos, pero sobre todo el cultural", dice el informe.
Para Acuña, como para Gabriela Rusell, presidenta de la AADE, lo más llamativo es el interés de las universidades. "Lo que muestra el aumento de la enseñanza de español es que los extranjeros vienen a estudiar temáticas nuestras", dijo Rusell.
Según el informe, en 2009, el principal motivo de estada en la Argentina fue el estudio del español (34%), mientras en 2007 un porcentaje similar (33%) llegaba por interés turístico. En ese sentido, los cursos cortos o intensivos van perdiendo interés y crecen las ofertas de mayor tiempo de cursada.
Certificado internacional
También aumenta el número de los interesados en rendir el examen que certifica los conocimientos del español en otros países.
Según el informe de la AADE, la cantidad de los que rindieron el examen CELU (Certificado de Español Lengua y Uso), que se toma desde 2004 en 13 sedes de la Argentina y 7 de Brasil, casi se duplicó. Pasó de 243, en 2004, a 427, en 2009.
También en 2004 se firmó un convenio de reconocimiento recíproco de exámenes nacionales de lengua oficial con el Ministerio de Educación de la República Popular de China.