Falleció el compositor Carlos Guastavino
El músico y compositor argentino Carlos Guastavino falleció anteayer, a los 89 años, en la ciudad de Santa Fe, luego de una larga enfermedad.
Carlos Guastavino perdurará más allá de la mera circunstancia del nombre. A tal punto su persona se transfiguró en música, privilegio que muy pocos poseen en la historia universal del arte de los sonidos.
Le hubiera complacido -como se dice que ocurrió- que su música fuese cantada o silbada por gente anónima, que nada sabía de él, oída al pasar. Su genio ha rozado, quizás, una capa significativa del inconsciente colectivo, privilegio del genio verdadero.
Por estas simples razones, el nombre de Guastavino estará siempre referido a la Argentina. No por dar un carácter y una fisonomía a lo argentino, sino por conferirle, además, un sendero al espíritu.
Como compositor, Carlos Guastavino no ha seguido escuela alguna, si bien se percibe -o se lo encasilla- en el alma neorromántica, confinada por una técnica entre impresionista y moderna que le ha dado perfiles inconfundibles. Lo telúrico no lo ha limitado en absoluto, antes bien lo ha universalizado. Como Kodaly o Bartok, buscó la raíz de su obra en lo genuinamente local como condición de la universalidad. El folklore fue por él abordado con la genuina inspiración de "proporcionar a una composición -como lo aseveró una vez- el temperamento y el genio de un pueblo, y no como traducción literal de melodías rudimentarias".
Había nacido en la ciudad de Santa Fe, el 5 de abril de 1911, y aunque cronológicamente pertenecía a la generación del treinta y nueve -año de su primera composición, "Arroyito serrano"-, su música reasume una vocación soñada por algunos compositores de la generación del Centenario.
Realizados sus estudios musicales en su ciudad natal, los perfeccionó en Buenos Aires con los maestros Athos Palma y Germán de Elizalde, en composición, y Esperanza Lothringer en piano, mientras cumplía sus estudios de ingeniería química en la Universidad Nacional del Litoral. Pero la vida lo llevaría más adelante a ocupar el cargo de vicedirector de la Escuela Superior de Música de la Universidad de Santa Fe. En 1940 obtuvo por unanimidad el Premio Municipal de Música, otorgado por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública.
En tan sólo dos décadas compuso una obra extensa e intensa: tres grandes piezas orquestales, una treintena para piano, música de ballet, cantos escolares, corales y otras más. En nuestro país se hizo por ello acreedor a cuatro premios, lo cual le valió tres viajes a Londres, especialmente invitado por la BBC. Consumado intérprete del piano, ejecutó y grabó en la capital británica sus obras y estrenó con la Sinfónica de la BBC sus "Tres romances argentinos". Selectivo en sus relaciones, trabó amistad con el gran poeta Luis Cernuda, compartiendo afinidades literarias y un agudo sentido crítico y dos composiciones: "Déjame esta voz" y "Tres canciones".
Solitario, reservado y poco comunicativo, aunque siempre en estado de alerta intelectual, Guastavino poseía un refinamiento natural y una distinción nada afectada. Su trazo pulcro, fluido, natural y espontáneo afloró en toda su producción vocal, en las obras de cámara, su única obra para piano y orquesta y, por supuesto, en todas sus obras para piano, en las cuales Carlos Guastavino puso de manifiesto, por encima de todo dogma o preconcepto, la imprescindible necesidad del arte para la vida.