Gritos y susurros
PREMIO EN TRIESTE. Fue en el célebre Caffè San Marco, de Trieste, frecuentado en la primera mitad del siglo XX por James Joyce, Umberto Saba e Italo Svevo, y que Claudio Magris describe en el primer capítulo de Microcosmos, el libro con el que ganó el Premio Strega (el más importante de Italia) en 1997. Allí se entregaron las distinciones a quienes obtuvieron el XII Premio Umberto Saba. Escrituras de Fronteras, organizado por la Asociación Altamarea y el Pen Club de Trieste. En esta ocasión, lo ganaron el poeta y crítico croata Tonko Maroevic, gran admirador de Borges, al que le consagró el ensayo El lector de Borges, y Hugo Beccacece, jefe de Redacción de adncultura . Mientras hablaba Rina Rusconi, presidenta de Altamarea, se oyó un rumor que lentamente ganó la sala. Casi en puntas de pie había entrado Magris, que jamás asiste a ese tipo de actos. A pesar del cuidado que puso en pasar inadvertido, su presencia, infrecuente, fue notada de inmediato. Rusconi en su introducción subrayó el hecho excepcional. El poeta y novelista argentino Octavio Prenz, presidente del jurado, habló de las características de la obra de Maroevic y de la difusión de la cultura italiana en la Argentina que había cumplido Beccacece. Después Maroevic leyó algunos de sus poemas en croata y en traducción italiana, y Beccacece puso de relieve la mezcla de culturas que caracteriza el espíritu argentino. El novelista Antonio Della Rocca, vicepresidente del Pen Club, entregó los premios en ausencia del presidente, el historiador y editor Claudio Martelli. Después todos continuaron la celebración en el mismo Caffè alrededor de una larga mesa en la que se sirvieron especialidades de la gastronomía de Trieste y Maroevic evocó a su amigo y maestro, el gran escritor yugoslavo Danilo Kis, y la admiración que ambos sentían por la figura de Borges.
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ARTE ARGENTINO EN MIAMI. La tribu del arte acompañó a Gachi Prieto en la inauguración de la última muestra del año. Eduardo Stupía, Juan Doffo, Juan Andrés Videla, Fabián Lebenglik, Mariano Sapia, Mónica Millán y Mariana Ron se acercaron hasta Uriarte 1976 para ver las obras recientes de Liliana Fleurquin. La compañía de los amigos le dio energía a Gachi para encarar su próximo desafío: como representante de Galaac (Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo) viajará dentro de dos semanas a Miami, donde coordinará Focus Argentina, un stand que reunirá a una veintena de galerías de nuestro país en Miart (Miami International Art Fair).
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FESTEJO EN VILLA OCAMPO. Una particular jornada se vivió el domingo pasado en Villa Ocampo, que abrió sus puertas para toda la familia. Participaron clowns, bailarines, músicos y escritores. Martín Kohan habló con el público sobre su novela Ciencias morales. Más tarde, una mesa reunió a Gabriela Cabezón Cámara, Juan Martini y Guillermo Piro, quienes leyeron textos y conversaron con la editora Leonora Djament sobre los libros publicados por Eterna Cadencia. En el cierre, el grupo Súper Siempre hizo gala de modernidad musical e inundó los jardines con estridencias sonoras. La banda integrada por Sergio Bizzio, Francisco Garamona y Alan Courtis no contó con la participación de su cantante, Alfredo Prior, ya que el pintor tuvo un accidente mientras cantaba bajo la ducha. Fue reemplazado por Mariano Galperin. Los chicos que bailaban hipnotizados por la música contrastaban con el asombro en los rostros de sus padres y abuelos.
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ENCUENTRO CASUAL. Viajaba en subte Leopoldo Brizuela cuando vio que su compañera de asiento llevaba sobre sus piernas varios libros de Elvira Orpheé. Brizuela no pudo resistirse y le comentó que había escrito una nota sobre la escritora en esta revista. La mujer, asombrada, le respondió con acento español: "Estoy trabajando mi doctorado en Letras y después de leer ese artículo decidí investigar a la autora y este encuentro es definitorio: escribiré mi tesis sobre Orpheé". Una simpática casualidad contada por su protagonista.