Literatura a mano armada
Como el protagonista de su novela Filosofía a mano armada, recién editada en español, el inglés Tibor Fischer está empeñado en romper con lo previsible.
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DESDE hace un tiempo, la esfera editorial parece favorecer con un cierto estrellato el ensayo periodístico y filosófico, mientras la novela se relega a un discreto segundo plano, que por lo general apuesta a la repetición de fórmulas exitosas de autores ya célebres, con una producción abundante pero sin sorpresas.
En medio de este panorama no demasiado estremecedor aparece Tibor Fischer, un escritor nacido en Londres en 1959, que parece dispuesto a romper con todo lo previsible.
Filosofía a mano armada (editada por Tusquets) es la primera obra de Fischer que llega al país, y en la solapa del libro se compara al autor con Woody Allen y Tarantino, tal vez por su mirada cínica y su humor filoso, pero en cualquier caso es una comparación extremadamente generosa para con los dos directores de cine.
Esta novela está narrada por un filósofo de Cambridge con el que no parece que vaya a ser fácil simpatizar: es gordo, cincuentón y calvo como una bola de billar, para no mencionar sus lacras morales, porque también es perezoso, desaprensivo y borracho. Como si todo esto fuera poco, su apellido es Féretro.
Esta descripción que Eddie Féretro hace de sí mismo es la primera aproximación a una mirada cruda y descarada que se hace del tiempo actual, donde no se respeta la solemnidad de ninguna fórmula literaria, ritmo narrativo ni ley moral. Todo está en juego, nada se da por sentado, cualquier cosa puede caer bajo la pluma predadora de Fischer, comenzando por la misma filosofía.
Porque Féretro, un filósofo de 9 a 5, como le gusta decir, se ríe de "el negocio de la filosofía" y opina que Platón, Séneca "y el resto de los muchachos", al dedicarse a beber y reflexionar bajo el amable rayo del sol ateniense, fueron los primeros vagos de playa que existieron en la historia. Mira la filosofía desde el punto de vista del mercado, que es modernísimo pero también profano. Así, considera tanto las cuestiones relativas a la muerte ("Morir adecuadamente es importante para tu carrera. El nombre de Sócrates habría ocupado mucho menos papel si hubiese muerto de un resfrío") como asuntos de síntesis operativa, por ejemplo encontrar un slogan filosófico que pueda imprimirse en una camiseta: "Pienso, luego existo".
Por este camino, Féretro llega a puntos culminantes de su iconoclastia cuando enumera los diez éxitos principales de la filosofía (a la manera de los programas radiales de rock´n`roll ), entre los que menciona la frase de Hammann: "La estupidez soy yo", con un deslumbrante comentario personal. Dice Eddie: "Ninguna cantidad de inteligencia puede salvarte de la estupidez".
No puede decirse que la novela relate una caída, puesto que Eddie ya proviene del subsuelo del fracaso personal y la estafa académica, pero sí es el relato de su entrada en el mundo del robo de bancos, en sociedad con su reciente amigo Hubert, un delincuente profesional que padece todas las desgracias físicas imaginables, y que de veras es flechado por el amor a la filosofía.
Filosofía a mano armada se formula como una auténtica novela del fin del milenio, una novela que no tropieza ante el más difícil de los desafíos actuales de la literatura: el de las definiciones ideológicas en un mundo que perdió sus viejas utopías y todavía no formuló otras nuevas, cuando ya no hay nada más viejo que las vanguardias y en una esfera editorial que parece confundida en cuanto al sentido de la literatura dentro de una cultura asediada por la cibernética y la mediática. Fischer parece preguntarse todo eso: no debe de ser casual que en lugar de asteriscos o estéticas viñetas sean signos de interrogación los que separan entre sí capítulos de largos inesperados y títulos por momentos graciosos, por momentos tocantes.
Filosofía a mano armada es la segunda novela de Fischer. Pronto llegará a la Argentina la primera, que se llama Debajo del sapo , y transcurre en Hungría (de donde son oriundos los padres del autor) durante la década del 50. La novela culmina con la revolución del 56.
El título de esta primera novela alude a un dicho común entre los mineros húngaros, según el cual no existe en el mundo un lugar peor que "debajo del culo de un sapo", y es exactamente así como se siente el protagonista, un adolescente jugador de basquetbol en una Budapest ocupada primero por las fuerzas alemanas y luego por las soviéticas.
Debajo del sapo es claramente una primera novela, mucho más sencilla en su construcción y menos ambiciosa que Filosofía , pero es una obra bella y emocionante. Narra la historia de dos amigos cuyos nombres no hacen esfuerzo alguno por disimular el vínculo con el autor: Gyuri Fischer y Tibor Pataki. La novela tiene humor, aunque no tan cínico todavía, y transmite la indignación, el tedio, el dolor y el deseo magnificados por la pasión adolescente. Sobre todo, el deseo de escapar.
Como sucedió con tantos grandes de la literatura, Fischer presentó esta novela en cincuenta y dos editoriales británicas y diez estadounidenses hasta que consiguió su publicación. Debajo del sapo abre el camino a la extraordinaria sofisticación de las ideas y el lenguaje de Filosofía a mano armada , donde el autor se zambulle (con Z, su letra favorita) para rescatar a la literatura de un momento algo apagado de su historia y devolverle todo su brillo.
Hay una tercera novela de Fischer, pero todavía no está traducida, The Collector , que seguramente llevará por título El coleccionista de colecciones . El autor ha adelantado que está narrada desde el punto de vista de un valioso jarrón de cerámica. Habrá que esperar.
Cecilia Absatz
Para
La Nación
- Buenos Aires, 1998




