Marco Polo, el viajero que descubrió el lejano Oriente
Esta semana se cumplen exactamente 700 años de la muerte del ilustre personaje y Venecia lanzó un intenso calendario de muestras, conferencias y actividades para celebrarlo; ¿cómo era el mundo, la geografía física, política y humana hace siete siglos?
ROMA.- Hace siete siglos, un joven veneciano de tan sólo 17 años partía junto a su padre y a su tío, comerciantes, para emprender un viaje destinado a entrar en la historia. Se llamaba Marco Polo y, a 700 años de su muerte, ocurrida el 8 de enero de 1324, Venecia dio esta semana inicio a un intenso calendario de iniciativas más que importantes -muestras, conferencias, eventos y un intenso programa científico y cultural preparado por la Universidad Ca’ Foscari- para celebrar y recordar al hombre conocido en todo el mundo por haber descubierto el lejano Oriente.
Pero ¿quién era Marco Polo? Nacido en 1254 en Venecia en el seno de una familia patricia de mercaderes originaria de Dalmacia, fue alguien que vivió seguramente en un momento muy especial. Entonces, en plena Edad Media, el Oriente, China, eran un misterio y Venecia comenzó a convertirse en una potencia mediterránea. Para los escritores medievales, en Asia había hombres-perro, unípodos (con sólo un pie), hombres con cabeza de cabra, unicornios, hombres-león. La desconfianza hacia lo desconocido era total.
No se sabe con certeza si antes o después de su nacimiento, su padre, Niccoló, y su tío, Matteo, emprendieron un viaje comercial a Oriente. Al principio se establecieron en la capital del Imperio latino, Constantinopla, luego en Crimea. En su viaje, los hermanos Polo llegaron hasta la corte del gran Kublai Khan, el conquistador y unificador de China y el más ilustre descendiente de Genghis Khan. Durante esta primera estadía, que tuvo lugar alrededor del año 1265, obtuvieron importantes privilegios y probablemente también la dignidad de la nobleza mongol. En 1269, cuando el padre y el tío regresaron a Venecia, Marco era un adolescente de 15 años. Más tarde, probablemente en la primavera o el verano de 1271, partió junto a ellos hacia China, tierra donde se quedó 25 años.
Después de haber visitado Armenia, Persia, Afganistán, recorriendo toda la Ruta de la Seda, llegaron a Mongolia y China en mayo de 1275 a la corte de Kublai Khan. Allí Marco, después de haber cumplido el encargo que le había dado el emperador de inspeccionar las regiones fronterizas con Tibet y el Yun-nan, fue elevado a la dignidad de “messere” (“señor”), título que lo vinculaba directamente a la figura del soberano, del que se convirtió en consejero, emisario y embajador personal en todos los rincones del imperio. Con este título, Marco es mencionado en Il Milione, la obra en la que quedaron plasmadas las narraciones de los viajes realizados entre 1271 y 1295.
En ese período al servicio de la corte mongol y en nombre del Gran Khan, Marco desarrolló actividades administrativas, misiones, encargos diplomáticos delicados, así como de prestigio y muchos y diversos viajes. Entre los varios encargos, fue nombrado en 1278 gobernador de la ciudad china de Yangzhou, bajo la dinastía de los Sung.
En 1292 los Polo se embarcaron en el puerto de Zaitun para iniciar su viaje de regreso a la madre patria que concluiría en 1295. Ese mismo año, en una de las tantas batallas navales que solía haber en ese tiempo entre venecianos y genoveses en el Mediterráneo oriental y en los mares italianos, Marco cayó prisionero de los genoveses. Y entre 1298 y 1299, justamente cuando se encontraba preso en una cárcel de Génova, le dictó a su compañero de prisión, el escritor Rustichello de Pisa, el relato de sus fabulosos viajes, que fueron el tema del libro conocido en principio como Le divisament du monde, Livre des merveilles du monde, o Il Milione. ¿Por qué Il Milione? Porque, al parecer, así apodaban a toda la estirpe de los Polo por un antepasado de familia llamado “Emilione”.
Tras sellarse la paz entre venecianos y genoveses, el 1° de julio de 1299 Marco recuperó su libertad. Regresó a Venecia, donde se casó con Donata, con quien tuvo tres hijos y se convirtió en un rico mercader y miembro del Gran Consejo de la República de Venecia. Hasta su muerte en 1324, el viajero veneciano, que fue enterrado en la iglesia de san Lorenzo de su ciudad, al margen de atender a su tío Matteo y a sus negocios, se ocupó sobre todo de difundir su libro, escrito originalmente en franco-italiano. Se sabe que en agosto de 1307 le entregó una copia de Il Milione a Thibault de Cepoy, para que se la diera a Charles de Valois, hermano del rey de Francia, Felipe el Hermoso. También le envió copias a demás nobles y príncipes europeos y el relato de sus viajes inspiró, entre otros, a Cristóbal Colón, que poseía un ejemplar del libro cuidadosamente anotado.
Tres años para celebrar al ilustre veneciano
Para recordar este ilustre veneciano, figura mítica que logró quebrar esa ignorancia hacia el desconocido y misterioso lejano Oriente y que muchos creen que trajo de Oriente la famosa pasta, una antigua fake news, Venecia no sólo preparó muestras, eventos, charlas especiales para escuelas y conferencias a lo largo de este 2024, sino que las celebraciones tendrán una duración trienal, con iniciativas previstas también para 2025 y 2026. Todas estas podrán consultarse a través de un sito web dedicado especial leviedimarcopolo.it y a través de las redes sociales de la ciudad de los canales.
“Marco Polo es conocido por haber descubierto el lejano Oriente. Su historia de gran viajero es una historia que, vía mar y vía tierra, le ha dado origen a la relación con esas culturas y poblaciones lejanas”, explicó hace unos días Luigi Brugnaro, alcalde de Venecia y presidente del comité promotor de los festejos. “El redescubrimiento de su figura evoca temas de gran actualidad: ¿cómo dialogar con otras culturas sin renunciar a la propia identidad? ¿Cómo regular las relaciones entre los pueblos y las ciudades? ¿Cómo transmitir el saber hacer y la laboriosidad? Las tierras y los mares que ha visitado en sus largos viajes a lo largo de más de veinte años, muy a menudo son ahora áreas críticas desde el punto de vista diplomático. Gracias también al recuerdo de Marco Polo, Venecia quiere dar una vez más un mensaje de esperanza, de paz, de hermandad. Por eso estamos abiertos a recibir nuevas propuestas”, agregó el alcalde.
El evento más esperado es una muestra que tendrá lugar en el espectacular Palazzo Ducale a partir del 6 de abril y hasta el 29 de septiembre, titulada Los mundos de Marco Polo. El viaje de un mercader veneciano en el Doscientos. Allí, entre las salas del Palazzo, el público podrá volver a recorrer la geografía física, política y humana de los encuentros del viajero veneciano con Asia que están al centro de Il Milione, a través de más de 300 obras provenientes de colecciones venecianas, de las mayores y más importantes instituciones italianas y europeas y dadas en préstamo por museos de Armenia, China, Qatar y Canadá.
Pero hay más. Como no podría ser de otra manera, con el sugestivo título Hacia Oriente, el asombroso viaje de Marco Polo, a partir del 27 de enero y hasta el 13 de febrero también el famoso Carnaval de Venecia le rendirá homenaje al más célebre de los viajeros, llevando a los bellísimos rincones de la ciudad el tema del viaje, con mundos jamás imaginados, aunque también del viaje interior, para descubrirse a uno mismo.
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