Misterios que develan el pasado
CUENTOS DE HISTORIA ARGENTINA Por varios autores. Selección y prólogo de G. Saavedra (Alfaguara)-245 páginas-($ 19)
TODA antología tiene, ineludiblemente, algo de antojo: difícilmente dos personas lleguen a idéntico resultado. Guillermo Saavedra, poeta, editor y periodista cultural, le pone a ésta su firma, y la sustenta en un prólogo con pasajes dignos de cita:
"Novelas históricas: se sospechó, hace unos pocos años, que la recursión al pasado vernáculo para hurgar debajo de las alfombras y entre las sábanas de hombres y mujeres más o menos célebres podía constituirse -conveniente, ligeramente remozada- en una redituable modalidad del best seller [...] Con una presuntuosa vocación homeopática, esta antología se propone como una dosis pequeña de la enfermedad que se describe o una modesta vacuna capaz de neutralizarla en la apariencia de sus propios síntomas [...] Los cuentos que se incluyen [...] no incurren en el optimismo de imaginar la narración como un conjunto de revelaciones banales: intentan ejercerla como una aproximación cautelosa a una verdad que permanecerá intacta en su misterio".
El orden alfabético se abre con la dupla Bioy-Borges narrando en clave de parodia, casi una exhibición de destreza, una concentración peronista con ecos de El matadero y La refalosa , entre el modismo porteño y la invención culterana. Abelardo Castillo contrapuntea con el intento fallido de copar un cuartel por parte de unos peronistas durante el exilio de su líder.
Carlos Catuogno traza la derrota del invasor inglés a partir de una estrategia musical orquestada por Blas Parera. Cortázar imagina el desembarco del Che Guevara en Cuba. Fogwill da vida fantasmal a un pueblo al que, durante la última dictadura, retornan varios jóvenes que habían sido dados por muertos. Fontanarrosa sigue por pampas decimonónicas a un grupo de fugitivos despistados. Fresán visita la guerra de Malvinas de la mano de un gurkha que se parece a Bugs Bunny y un voluntario argentino que espera caer prisionero para ir a Londres y ver a los Rolling Stones.
Martín Kohan confiere humanidad al único episodio por el que se conoce al Sargento Cabral. Carlos D. Martínez apuesta a una oscura versión de la muerte de Mariano Moreno. Mujica Lainez mira con sutileza y horror el campamento sitiado del primer fundador de Buenos Aires. Piglia recrea la muerte de Urquiza por boca del ejecutor. De Andrés Rivera, por su decisión, se incluye un capítulo de En esta dulce tierra , novela en tiempo de Rosas y espinas. Saer, al modo de una improvisación musical, recorre la agonía de un inglés en la pampa.
Sasturain reconstruye la dudosa epopeya de cierto Gral. Rosca al frente de una tercera campaña al desierto. Luisa Valenzuela diseña Simetrías (tal el título) entre el amor de la mujer de un coronel por un orangután del zoológico en 1947 y el de un coronel torturador por su víctima en 1977. Rodolfo Walsh pone virtualmente en escena un diálogo con el secuestrador del cadáver de Eva Perón.
También el lector ejercerá su antojo. Sea éste cual fuere, seguramente encontrará en este libro varias páginas literariamente históricas.