Shows solidarios
En los últimos años, hubo una batahola de emprendimientos que convocaron a artistas a pintar corazones, vacas, caballos, osos, banquitos materos, botes e incluso inodoros. ¿Esto es arte? El resultado no fue malo, pero tampoco alcanza la excelencia de los platos diseñados por Kasimir Malevich o las lámparas de Gerrit Rietveld, por citar dos adalides de vanguardias utópicas que aspiraban a reconciliar arte y vida. Estas iniciativas son algo así como un Bailando por un sueño sin Ricardo Fort pero con Rogelio Polesello; es decir, el show supera el beau geste, que es la solidaridad. Con el espectáculo como estandarte se llegó al otro extremo: embadurnar con pintura pelotas de tenis, rugby, fútbol y básquet para que las estrellas del deporte las dispararan con puntapiés o raquetazos contra una tela, y luego rematarlas con fines solidarios. Un empresario se lamentaba por haberse perdido la "obra de arte" de un crack del fútbol; para consolarlo le dije que no se confundiera, que ponerle un pincel en la trompa a un elefante no lo convertía en un artista. Molesto, me ignoró el resto de la comida.
lanacionarMás leídas de Cultura
Feria del Libro. Bibliotecarios de todo el país recorren la Rural con “lista de compras” y carritos
Redescubren un Caravaggio perdido. Ecce Homo, que hace tres años mantiene en vilo al mundo del arte, se podrá ver por primera vez en el Museo del Prado
Homenaje. Los lectores de Paul Auster le rinden tributo en las redes y comparten las mejores frases de sus libros