Un libro repasa la vida del polémico obispo Podestá
Fue presentado por su viuda, que se casó con el sacerdote en 1972
ROMA.- Como quien cierra un círculo, a los 85 años, Clelia Luro de Podestá, esposa de Jerónimo Podestá, el obispo de Avellaneda que en las décadas del 60 y 70 representó una piedra de escándalo para el Vaticano, presentó en esta capital el libro Jerónimo obispo, un hombre entre los hombres; su vida a través de sus escritos .
"Es una autobiografía post mórtem; a través de sus cartas, escritos y documentos, lo hago hablar a él", explicó Clelia, que calificó a Podestá de patriota y profeta, y espera editar también en Italia este volumen de más de 500 páginas recién publicado en nuestro país por Ediciones Fabro.
En una presentación en la Casa Argentina de la Vía Véneto, Clelia, lúcida y combativa, recordó que conoció a Jerónimo cuando, en la década del 60, éste predicaba con entusiasmo la Populorum Progressio , la encíclica de Pablo VI de la que dijo que "era profundamente revolucionaria, pero que lamentablemente han callado".
Clelia, en ese entonces de 32 años, separada y madre de seis hijas, se convirtió en secretaria personal y mano derecha de Podestá: eran dos almas gemelas que no se imaginaban que, años más tarde, se convertirían en "una pareja excepcional, de compromiso de vida", según contó.
"Como Jerónimo se convirtió de pronto en un líder carismático-político, el régimen militar de Onganía se molestó mucho de que hubiera un obispo que levantara al pueblo", relató Clelia. Y añadió que, para forzar la renuncia de Podestá a su diócesis, se utilizó la "escandalosa" amistad del sacerdote con ella, a la que llevaba abiertamente en todos lados, en un affaire cuya repercusión también alcanzó las altas cumbres del Vaticano.
Un encuentro "de gracia"
El libro recuerda cuando Podestá -que murió el 23 de junio de 2000-, antes de ser suspendido a divinis en 1972, viajó junto a Clelia al Vaticano para hablar directamente con el Papa del tema.
En un escrito reproducido en el libro, Podestá afirma: "Le expliqué al Papa el sentido y el alcance de nuestra relación, para concluir que el nuestro era un encuentro de «gracia» y no de pecado [...]. Finalmente, Pablo VI me pidió absolutamente que arrancara ese afecto de mi corazón. Todo esto me cayó muy mal porque estaba y estoy convencido de que no tenía derecho a exigirme tal cosa".
Fue el famoso arzobispo brasileño Helder Cámara, quien bendijo luego a la pareja. "Sin conocerme, Cámara me dijo: «Ustedes dos tienen que hacer un camino juntos».
Luego de casarse, en 1972, Clelia y Jerónimo, que vivieron en el exilio en Perú, formaron en diversos países la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados, que lucha para que la Iglesia tenga en cuenta a los pobres y para que el celibato de los sacerdotes no sea obligatorio, sino opcional. "Porque la Iglesia tiene que ser un todo, como Jerónimo, que era un todo", dijo Clelia, que recordó que junto a él nunca habían podido dejar pasar un problema de pobreza o de dictadura militar.
En la presentación del libro, también habló Giovanni Franzoni, prestigioso teólogo italiano progresista, ex benedictino abad de la basílica de San Pablo Extramuros, suspendido a divinis por apoyar en 1974 el divorcio, y que luego también se casó. Franzoni tuvo palabras de elogio y admiración hacia Podestá, de quien fue muy amigo.
"Jerónimo fue un obispo honesto, cuyas memorias deben ser temas de hoy, vivientes", dijo. "Porque las bienaventuranzas evangélicas no dicen que la pureza del amor es castidad, sino que no hay que ser hipócritas", agregó.
El embajador argentino en Italia, Torcuato Di Tella, recomendó leer el libro "no sólo desde el punto de vista religioso, sino también político". "Podestá fue uno de esos personajes como Lutero o Calvino, que lucharon, para bien o para mal, para transformar a la Iglesia", concluyó.
FE, AMOR Y POLÍTICA
Trayectoria. Estudió en La Plata y en Roma. En 1963 lo ordenaron obispo, junto a Eduardo Pironio y Antonio Quarracino.
Ideología. Adhirió al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Fue obispo de la Diócesis de Avellaneda-Lanús entre 1963 y 1967.
Amor. En 1966, Podestá conoció a Clelia Luro. Renunció al obispado en 1967, y se casó con Clelia en 1972. El presidente de facto Juan Carlos Onganía lo consideraba el "principal enemigo" del gobierno militar. En 1974 Podestá se exilió del país, amenazado por la Triple A. Volvió en 1983.
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