Esta fotografía de archivo del 28 de abril de 1962 muestra a la estrella del ajedrez Bobby Fischer en Nueva York. Los restos del genio del ajedrez Bobby Fischer serán exhumados para determinar si es el padre de una niña de 9 años, afirmó el jueves 17 de junio de 2010 un abogado que representa a la niña y a su madre. Thordur Bogason, abogado radicado en la capital islandesa de Reykjavik, dijo que la Corte Suprema del país tomó la decisión a principios de esta semana para permitir pruebas para que su cliente, Jinky Young, pueda descubrir quién es su padre. Fischer, de 64 años, murió en Islandia en enero de 2008. No dejó testamento, dijo Bogason, agregando que los casos legales sobre quién tiene derecho al patrimonio del jugador nacido en Estados Unidos están en curso. (Foto AP/John Lent)John Lent - AP
El 1° de septiembre de 1972, el campeón norteamericano terminó con 24 años de dominio ruso en el juego ciencia
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LA NACION
Este sábado, 9 de marzo de 2023, se cumplen 80 años del nacimiento de Bobby Fischer. A continuación, la crónica del Match del Siglo, publicada en LA NACION el 2 de septiembre de 1973.
REYKJAVIK, Islandia.- Robert James “Bobby” Fischer se consagró campeón mundial de ajedrez, luego de que el soviético Boris Spasski anunció por teléfono que abandonaba la 21a. partida de lo que, con justicia, pasará a la historia como “el match del siglo”.
Fischer, quien a través de esta serie, que se inició el 11 de julio, desplegó el juego brillante que lo ungió, en opinión de expertos, como el mejor ajedrecista de todos los tiempos, obtuvo el codiciado lauro por espectacular margen, premios por 150.000 dólares y una bolsa jamás ganada por ningún ajedrecista.
De esta forma, y luego de sobreponerse a dos reveses iniciales -uno de ellos por no presentarse-, el alto y desgarbado norteamericano de 29 años de edad, obtuvo la corona mundial de ajedrez para los Estados Unidos, por primera vez en la historia.
El temperamental gran maestro proporcionó a la ávida muchedumbre que lo aguardaba una sonrisa -cosa insólita en él-, pero evidenció poca emoción cuando el árbitro alemán Lothar Schmid anunció que Spasski había abandonado la partida, que quedó suspendida desde anteayer.
De acuerdo con su característica, Fischer se presentó a la jornada de ayer con una demora de 25 minutos. También, fiel a su costumbre, abandonó rápidamente el salón y no respondió a los vítores entusiastas del público que rodeó su automóvil.
El abandono
El ex campeón soviético, de 35 años, formalizó su sorprendente abandono de una manera poco usual. Después que él y su “laboratorio” de tres grandes maestros pasaron toda la noche estudiando la posición sin esperanzas en que había quedado aplazada la partida, Spasski telefoneó al juez Schmid a su hotel, por la mañana, cuando solo faltaban 30 minutos para la reanudación de la partida, anunciándole que abandonaba.
Schmid se había propuesto mantener en reserva la novedad, pero Spasski también telefoneó a Harry Benson, un periodista norteamericano de las revistas Time-Life quien, a su vez, comunicó la nueva al ayudante de Fischer, Fred Cramer. El incrédulo Cramer habló de inmediato con Schmid y, finalmente obtuvo confirmación del árbitro. El margen de victoria que obtuvo Fischer en el match ilustró sobradamente su superioridad con respecto de Spasski.
Varios de los grandes maestros mundiales que concurrieron a Islandia para presenciar la lucha, afirmaron que pasará mucho tiempo antes que surja alguien que pueda superar a este joven, cuya intensa concentración lo ha elevado a la categoría de super estrella.
Emotivo match
Esta vez, el repetido título de “match del siglo” fue un marbete apropiado para la contienda. La lucha por el máximo galardón mundial del juego ciencia entre el soviético Boris Spasski y “Bobby” Fischer, que se prolongó durante casi ocho semanas, tuvo todos los ingredientes posibles en materia de alta tensión.
Millones de personas que nunca vieron una partida de ajedrez se vieron sumergidas en el suspenso. El otrora milenario pasatiempo se convirtió en pugna de voluntades y nervios, en medio de protestas, discusiones, retiros, enfermedades y hasta causas judiciales. Para muchos, la contienda también representó una confrontación de culturas y de prestigios nacionales, ya que el retador norteamericano al destronar a Spasski, puso término a 24 años de supremacía soviética en el mundo del ajedrez.
En medio de una tensión que fue en aumento hasta alcanzar ribetes insostenibles, el match se vio demorado por arduas disputas en torno a dinero y a sedes, y casi quedó cancelado aun antes de comenzar, cuando Fischer no se presentó en Islandia dentro de los plazos establecidos. Las partidas, sazonadas por repetidas amenazas de Fischer de retirarse de este país por no encontrar satisfactorias condiciones de juego, y por protestas de ambas partes, se jugaron ante los ojos y oídos del mundo en medio de una extensa cobertura de prensa.