Brian Castaño, los riesgos y la gloria
El boxeo argentino necesita consagrar a una figura creíble, valiosa y popular, a esta altura de 2019, para reverdecer su crédito en el podio de los deportes masivos y populares. Una superficie esquiva para todo aquello que no implique una pelota de fútbol y el grito de gol.
¡Y esta oportunidad aparece en escena! Con el riesgo, la intriga y el manojo de nervios que generan solamente los combates como este, los de aura épica y de secuelas consagratorias en caso de aferrarse al resultado soñado. Nada será fácil para el bonaerense Brian Castaño si quiere convertirse en la nueva bandera del pugilismo nacional. Mañana, a las 23 de Buenos Aires, expondrá su título de campeón mundial de los medianos juniors de la AMB frente al cubano Erislany Lara, exmonarca de la categoría. La defensa del cetro, que televisará Fox Sports 2 desde Barclays Center, de Brooklyn, Nueva York, constituye en un desafío extremadamente riesgoso. Un salto imprudente pero imprescindible que él mismo ha propuesto, un ascenso furioso sin etapas intermedias.
Castaño, un símbolo de la juventud rebelde de La Matanza, de 29 años y dueño de 18 victorias consecutivas, con 12 KO, vivió un proceso mundialista vertiginoso y poco estridente: un interinato ignorado frente al puertorriqueño Emmanuel de Jesús en 2016, una cotizada victoria sobre el marfileño Michel Soro en Francia en 2017 y una retención entusiasta ante el francés Cédric Vitu. Pasó un año desde ese último acto. Castaño perdió mucho tiempo y también crecimiento con esa inactividad. El ambiente se olvidó de él. Sobre todo el internacional.
Lara tiene casi 36 años y mil batallas. Al igual que el argentino, exhibe un año de ausencia del cuadrilátero. Apostar al efecto de su envejecimiento deportivo, a todo lo sufrido en el último round de su pelea con el estadounidense Jarrett Hurd, que lo derribó y vapuleó en diciembre pasado, implica una conjetura optimista del equipo de Castaño a la hora del análisis del match.
¿Qué es Lara? Un boxeador exquisito de la vieja escuela amateur cubana. Desertó de su tierra durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, en 2007, y fue "degradado" frente a su gente y en su patria por su presidente, Fidel Castro. Nunca se supo cómo llegó a Estados Unidos, pero lo hizo. Tiene un registro de 25 éxitos (14 KO), 3 reveses y 2 empates.
Gastado pero difícil. Zurdo, sin pegada de KO pero respetable. De buenas piernas, huidizo y defensivo. Nada espectacular. Con nueve peleas mundialistas y tres derrotas en fallos divididos ante Paul Williams, Saúl "Canelo" Álvarez –estuvo a un paso de ganarle– y Hurt. Es, potencialmente, superior al argentino, pero las dudas sobre sus reservas físicas y sus reacciones anímicas reducen tal diferencia. Aún conserva reputación y ello le otorga el rótulio de favorito en esta ocasión.
¿Qué es Castaño? Un peleador con técnica que avanza con base en su buena formación. Físicamente chico para los 69,850 kilos de esta división, pero fuerte y continuo cuando consigue la zona de desborde. Sostiene una muy buena presión cuando desborda al rival y esa será su clave para la victoria.
Lara presentará un estilo esquivo para su propuesta ofensiva, pero el argentino puede convertirse en una pesadilla para el cubano, que ama boxear y sufre pelear.
Castaño vive su vida con un vértigo muy especial. No admite las esperas, por eso buscó y aceptó este reto. Implica el paso al gran ascenso o a un derrumbe impensado. Sin términos medios. Esta es la ley de su momento y esto es lo que propone este compromiso. Mucho más que una pelea por la corona.
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