Cuida caballos y patrones

Si algo tiene Coco Bullrich es facilidad de palabra. Le sobra verborragia al entrenador con título de veterinario y chapa de último cuidador de un triplecoronado. Bullrich define a los de su palo como vendedores de ilusiones, porque de eso se trata la decisión de comprar caballos de carreras. Tener labia, me detengo a pensar, debe ser fundamental para el negocio. En casos explicaría la diferencia entre boxes llenos o vacios. Claro, hay que ver qué uso se hace de la retórica. A favor del dueño o en contra, convertida en blablablá.

Bullrich es una máquina de tirar títulos. Lo hizo el jueves pasado en la Asociación de Propietarios, donde aceptó una invitación para dar una charla. Entre otros temas, les sugirió nunca interferir con el trabajo de los cuidadores; mantenerlos o cambiarlos si no les gustan sus métodos o resultados, pero no invadirles el trabajo.

Piensa, también, que hace a la paz interior de un entrenador decirle al dueño que su caballo es malo, aunque la pifie en el concepto y luego gane con otro. "A nadie le gusta que le digan que su caballo es un perro, pero yo no podría trabajar bien si no lo hiciera.Nos podemos equivocar, pero quedate tranquilo que no se me va a escapar un caballo clásico; ni a mí, ni a Dany, ni a Quique, ni a Carly", el alusión a colegas amigos. Cuidador de SPC y de patrones, por aquello de que los protege.

Más de Coco. "Podés hacer un curso de entrenamiento, pero eso no te va a convertir en entrenador. Sólo tendrás algunos conocimientos más". O "no soy veterinario de mis caballos". Es hombre de tomar posiciones, como que no le agrada la concentración de muchos caballos en contados preparadores, lo poco que están repartidas las chances y algún modelo nuevo de patrón que manda comprar caballos sin importarle el precio.

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