En Qatar 2022 no todo brilla: escaso drenaje, posibles embotellamientos y alcohol para hinchas donde la ley lo prohíbe

“Doha se convirtió en una obra. Circulás en medio de obras y esto va a durar hasta la Copa del Mundo”, señaló un joven qatarí preocupado por que su país no esté preparado para dentro de un año, cuando desembarque uno de los acontecimientos deportivos más esperados del planeta. ”Numerosas carreteras en Doha fueron construidas sin un sistema de drenaje apropiado. Cada vez que llueve están inundadas”, explicó una fuente sobre los trabajos en la ciudad. Según ella, las autoridades se precipitan ahora para instalar el drenaje, incluso en carreteras terminadas hace mucho tiempo.

Como en otros países del Golfo Pérsico, donde llueve unos pocos días por año, Qatar suele tener episodios esporádicos de fuertes lluvias entre noviembre y diciembre, cuando se efectuará el Mundial. En el pasado, el rico emirato sufrió inundaciones de pasajes subterráneos, con autos bloqueados e incluso residentes practicando improvisadamente deportes náuticos.

Qatar ha previsto 3900 millones de riyals, equivalente a unos 947 millones de euros y a 1073 millones de dólares, del presupuesto de 2021 para “desarrollar estaciones de drenaje, instalaciones de tratamiento de agua, redes de bombeo y evacuación de agua de lluvia en varias regiones para prevenir las inundaciones ligadas a la lluvia”, según las autoridades. Los responsables del Mundial siempre destacaron que debido al pequeño tamaño del emirato, el tiempo del trayecto más largo entre los ocho estadios será de menos de 45 minutos. Pero los atascos de tráfico y la llegada de una avalancha de seguidores extranjeros pueden incrementar este cálculo.

Qatar gastó miles de millones de dólares en su red de subte ultramoderno, pero por el momento lo utilizan solamente los trabajadores migrantes. Y a pesar de que hay coches de primera clase, la mayoría de los qataríes y de los expatriados occidentales prefiere los imponentes vehículos 4x4 y de lujo.

Desarrollo urbano

Ashghal, la autoridad encargada de los trabajos públicos, asegura que los caminos principales de Qatar están casi 100% listos para unir los ocho estadios con una red rápida que evite todo embotellamiento. ”Además estas carreteras unirán estaciones de subte y de colectivos, así como centros comerciales para los hinchas”, precisó Salem al-Chawi, director adjunto de la infraestructura de transporte. En Doha, la capital, las obras han avanzado al 70%, según Al-Chawi. ”Estos trabajos toman mucho tiempo en el período de concepción y en la puesta en marcha. Entendemos que los conductores sufren pero queremos estar seguros de que se los termine a tiempo para la Copa del Mundo”, subrayó.

A la espera, los cerca de 1,2 millones de habitantes de Doha se impacientan. Mohammed, chofer de Uber originario de Bangladesh, vive en Qatar desde hace 15 años y combate como puede contra el tráfico. ”Ahora prevengo a los clientes y les pregunto sistemáticamente si conocen un atajo, para evitar que estén descontentos. Para mí también ocurre una pérdida de dinero cuando estamos bloqueados; hacemos menos viajes”, señaló.

La venta de alcohol

Cócteles a 22 dólares, venta y consumo prohibidos en el exterior y en los aeropuertos: los hinchas que viajen al Mundial de Qatar deberán adecuarse a las costumbres locales para saciar sus ganas de beber alcohol. Uno de los mayores sucesos deportivos del planeta está a menudo vinculado con celebraciones abundantemente regadas.

Pero el torneo se desarrollará por primera vez en un emirato musulmán conservador del Golfo, donde el acceso a las bebidas alcohólicas está muy restringido. Como los permisos para comprar alcohol están esencialmente reservados a los residentes y que el Duty Free del aeropuerto está vacío de bebidas de ese tipo, los turistas deberán ceñirse a las zonas destinadas a los hinchas y a determinados bares y restaurantes de grandes hoteles. Y la ley sanciona estar ebrio en la vía pública. Los organizadores qataríes del Mundial prometen que el alcohol estará “disponible en lugares destinados a los aficionados”.

”Trabajamos con la FIFA y los actores locales para asegurarnos de que responderán a las expectativas de todos los aficionados, sean locales o turistas”, afirmó un vocero. Durante el Mundial de clubes de 2019, Qatar dispuso una fan zone para 45.000 personas y ofreció bebidas alcohólicas a menos de 11 dólares.

La mirada de la selección de Qatar y la presión por ser local

En la periferia de Doha, la selección de Qatar se aferra a su fulgurante ascensión y a los milagros del fútbol para tener un papel destacado en su primer Mundial dentro de un año. Los jugadores, dirigidos por el español Félix Sánchez, se entrenan con camisetas negras y equipamientos de última generación en las instalaciones de la academia Aspire, un inmenso complejo destinado a formar campeones en diversos deportes. Al anochecer, después de una jornada muy calurosa en el emirato rico en gas, las risas y las bromas en el césped dejan paso a caras más serias cuando se les habla de la cita mundialista.

”Siento presión y responsabilidad. Es un sentimiento fuerte, pero bonito a la vez. Casi estamos, queda sólo un año. Tratamos de prepararnos de la mejor manera”, confía el centrocampista Abdalá Al-Ahrak. Lúcido, admite que el fútbol es una competición difícil, pero según él, la selección anfitriona tiene potencial para “honrar” a Qatar. Cenicienta hasta hace unos años, la selección qatarí ha logrado galones en el mundo del fútbol, sobre todo al ganar la Copa de Asia en 2019 frente a un rival de prestigio, Japón.

Esa victoria desató euforia en Doha, tanto de los qataríes como de los expatriados, que son un 90% de la población del emirato. Celebraron juntos el éxito, en una simbiosis rara en un país en el que las diferentes comunidades apenas se mezclan. Clasificado automáticamente como anfitrión del Mundial, el primero en un país árabe, Qatar ha invertido miles de millones de dólares para acoger grandes competiciones internacionales y en la formación de sus deportistas.

En Aspire, adolescentes en ropa deportiva deambulan por los pasillos mientras su selección de fútbol se entrena en un pequeño terreno. El 70% de los jugadores del equiop que ganó la Copa de Asia se formó en esta academia. Para el joven arquero Yussef Hassan, participar en un Mundial es un “sueño”. “Desde pequeño lo sigo por televisión. Siempre tuve esta ambición, el deseo de participar yo también”, sostuvo.

Fuente: AFP

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