Banfield - Independiente: el Rojo no pudo ni contra diez jugadores y jugó el peor partido del torneo
Estuvo 75 minutos con un futbolista más por la expulsión de Coronel, pero apenas logró una igualdad sin goles ante Banfield
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Independiente no pierde de visitante. En la cancha de Banfield sumó el segundo 0 a 0 fuera de casa y el tercer partido sin recibir goles, pero los números engañan. Su actuación fue la peor del torneo, más aún si se tiene en cuenta que contó con un jugador más desde el minuto 13. Banfield apretó los dientes, no se rindió y dentro de un pésimo partido fue el menos malo de los dos.
Jugar al límite es una de las características que suele verse como meritoria en el fútbol argentino. Sin duda tiene sus aspectos positivos –la intensidad y paridad de los partidos, entre otros– pero al mismo tiempo convive con el riesgo de caminar siempre por la cornisa de la violencia desmedida. Esta vez le tocó desbarrancarse a Banfield. Iban apenas 8 minutos cuando Emanuel Coronel se excedió en la vehemencia en un cruce con Damián Pérez y le clavó los tapones unos centímetros por encima del tobillo izquierdo. Germán Delfino no cobró ni falta, le avisaron del VAR y 5 minutos más tarde expulsó al lateral local.
El imprevisto desarmó la coartada que había condicionado la alineación inicial de Leandro Stillitano. El DT del Rojo afirma estar tranquilo y confiado mientras pide paciencia para que aparezca el equipo que los hinchas anhelan y empiezan a exigir, aunque en los actos se afana en una búsqueda que provoca cambios abundantes jornada a jornada.
Poco destacado para ver
Esta vez las modificaciones habían afectado incluso al sistema táctico elegido. La presencia de dos delanteros poderosos como Chávez y Sosa Sánchez en el rival lo llevó a recurrir a una fórmula –tres marcadores centrales y dos laterales “largos”– que la gente del Rojo se cansó de criticar durante las etapas de Falcioni. Apenas hubo tiempo de probar su eficacia. Javier Sanguinetti no perdió tiempo y quitó al uruguayo en cuanto su equipo se quedó con uno menos.
La desigualdad numérica tuvo otros dos efectos: desactivó la idea original del Taladro de presionar arriba y desnudó la absoluta carencia de creatividad ofensiva de Independiente. Al tirar de la “manta corta” hacia atrás, Stillitano prescindió de un volante ofensivo, y como los laterales no ofrecieron la más mínima dosis de profundidad, el ataque Rojo fue una repetición de pelotazos largos cuyo único destino fue la pérdida de la pelota.
El técnico tuvo un primer intento de reacción a la media hora con el ingreso de Juan Cazares por Pérez, pero nunca logró torcer el rumbo de un equipo a la deriva. Banfield, entretanto, se adaptó rápido al papel que le ofreció la noche: morder, correr y sufrir, y hasta el final lo cumplió sin desmayo. Incluso tuvo en la ductilidad de Juan Bisanz (21 años, procedente de Atlanta) y Brahian Alemán, la fiereza de Alejandro Cabrera y la tozudez de Chávez alguna gota más de juego que su rival.
Desde ya, entre tanta energía desperdiciada, fricciones, interrupciones y el concierto de silbato que decidió ofrecer Delfino sería una generosidad calificar de pésimo a los 45 de apertura. No hubo un solo remate entre los tres palos, y apenas algunos cercanos, como una peinada de Maciel, un zurdazo de Alemán y otro de Nicolás Vallejo.
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Cabrera pareció afinar un poco la puntería cuando aprovechó un mal despeje a los 2 y le erró al arco por centímetros. Fue un espejismo. Para la siguiente visita al área con cierto riesgo hubo que esperar hasta los 27, cuando Luciano Gómez dejó solo a Cauteruccio, que demoró en definir, se fue abriendo y desvió el remate.
La acción fue un oasis. Banfield no desfalleció en el libreto del esfuerzo, mientras que la obligación de atacar empeoró aún más la actuación de Independiente. No se le cayó una lágrima de imaginación al Rojo, ni en la cancha ni en el banco de suplentes, donde la desesperada búsqueda del técnico se tradujo en una sucesión de errores que lo dejan en una situación extremadamente frágil. El 0 a 0, triste y sin una sola luz auspiciosa, acabó siendo la mejor noticia para un equipo que ni siquiera sabe dónde y cuándo se le perdió la brújula.
Clasificación a la Copa Libertadores y Copa Sudamericana 2023
Argentina dispone de seis lugares para la Copa Libertadores 2023. Boca ya obtuvo el primer boleto por haber ganado la Copa de la Liga Profesional. El campeón del Torneo 2022 se clasificará de manera directa. Lo mismo conseguirá el equipo que se quede con la Copa Argentina. Los restantes lugares los obtendrán los tres primeros equipos de la tabla general anual, que contempla los puntos obtenidos en la fase de grupos de la Copa de la LPF (13 partidos) y el torneo 2021 (total: 40 encuentros). En este caso, el tercer equipo accederá al Repechaje de la Copa.
En tanto, a la Sudamericana 2023 irán otros seis equipos, que saldrán de esa misma tabla general y serán los seis ubicados después de los clasificados a la Copa Libertadores. Si se repite un equipo ya clasificado por otra instancia, el lugar será para el siguiente conjunto de esta misma tabla.
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