Una final: Boca, acostumbrado a la necesidad de ganar, tiene otra prueba bajo presión en La Plata
El conjunto dirigido por Ibarra se vio obligado al éxito durante varios partidos en el campeonato local; ahora, superado por Racing, completa los 81 minutos ante Gimnasia
A ganar o nada. Bisagra para acercarse al título de la Liga Profesional o quedarse viendo cómo el trofeo empieza a viajar a Avellaneda. Una final. Así toman en Boca el encuentro ante Gimnasia, que se reanudará en el Bosque hoy, desde las 15, tras la suspensión de hace dos semanas. La ventaja de los tres puntos pendientes y depender de sí mismo, paradójicamente, fue transformada por Racing en una obligación que come uñas sin piedad. El torneo culmina el domingo y en La Plata no hay lugar para el error.
Racing se posiciona dos unidades por encima de Boca, que si no se impone a Gimnasia tendrá que ganarle a Independiente en la Bombonera y mirar de reojo lo que suceda en el Cilindro, que será visitado por… River. Por eso es que puertas adentro también se fortalece la idea de que esta tarde deben ganar o ganar.
Es la necesidad de un equipo que no suele salir a ganar con la desesperación de que no sirve otra cosa, tal como será en el Bosque: aprendió a convencerse de que algo lo haría vencedor. Si así le resultó, no está mal que insista. Ahora bien, la pelota no deberá pegar en el palo.
Quizás, a estas alturas, ya no sea un tema de presión: Boca convive con eso. Cuando se inicien los 81 minutos que restan por disputarse, en el oído retumbará un susurro que recuerde segundo a segundo la urgencia. Tan al límite es la situación que Nicolás Figal se puso a disposición y, de repente, será titular: pese a un problema en la rodilla, prefiere –y el cuerpo técnico acepta– arriesgar de cara a la final. También es parte de la nómina Norberto Briasco, reapareciendo tras el esguince de tobillo izquierdo.
Boca ha estado muy a la altura de las exigencias. Estuvo muy por debajo de la lucha, recuperó terreno, supo meter presión y ya sabe lo que es depender de sí mismo. También tuvo pasos en falso, claro, pero vale recordar cómo se plantó ante exigencias similares a las de hoy.
Su presente de lucha se explica desde su cruce con Atlético Tucumán. Ya se había jugado la mitad de la liga y el Decano llegaba a la Bombonera puntero, con 32 unidades, nueve más de las que ostentaba Boca. Eran tres puntos necesarios para aspirar seriamente a pelear por el título y los ganó (2-1) por la doble aparición agónica de Luca Langoni.
El siguiente encuentro en condición de local fue el superclásico y tenía un condimento aparte. Se preveía que, por las buenas rachas de ambos, marcaría cuál de los dos daría pelea. Era una chance para no desaprovechar: conocían la derrota de Gimnasia y la igualdad de los tucumanos. Boca se plantó mejor tácticamente y desde la actitud, justificando la victoria desde el cabezazo de Benedetto con el que se arrimó a dos puntos de Atlético. La gran ratificación de que podía.
Jugar antes o después de los punteros, o bien ser líder y tener que ganar para no sufrir o aprovechar caídas, genera presiones por igual. Boca ha pasado por ambas, aunque fueron más las veces en las que primero jugó y luego esperó. Una jornada después debía ganarle a Lanús para seguir el hilo: Benedetto apareció en la última jugada, su equipo fue parcial puntero y le metió presión a Gimnasia y Atlético Tucumán, que ganaron y lo volvieron a superar. En la 20, ante Huracán, tenía la oportunidad de ser puntero en solitario ganando en la Bombonera, nuevamente a la espera de resultados, pero la desaprovechó igualando sin goles. Abrió la fecha 21 con Godoy Cruz, al que le ganó 1-0, pero el Decano volvió a superarlo en la tabla.
Recién disfrutó a la siguiente semana. Porque jugó minutos después de que Atlético perdiera con Patronato y le dejara servido el liderazgo a los de Ibarra: sufrió de local ante Vélez (1-0), pero por primera vez fue absoluto puntero. Buscaba sostenerlo ante Gimnasia, pero surgió la suspensión y debió correr atrás de los tucumanos de nuevo. No obstante, en la 24, vivió el mejor momento: venció al ahora descendido Aldosivi (2-1) y miró relajado cómo Racing vencía a Tucumán, dejando a Boca arriba –con el encuentro menos–.
¡Boca nunca teme luchar! 👊🔵🟡🔵 pic.twitter.com/EcZakTKKii
— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) October 19, 2022
Fue uno de los que abrió la 25 y se sostuvo arriba: venció por la mínima a Sarmiento, en Junín. El traspié fue en la última jornada mencionada ante Newell’s, el día en el que menos estuvo a la altura, y debió aguardar una caída de Racing que no ocurrió. Convivió con la necesidad de ganar desde fines de agosto. Casi siempre se mostró preparado. Cuando tuvo que jugar con resultados puestos, no erró. Deberá volver a exponerlo en La Plata para soñar con el título.
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