Boca: el sueño de conseguir un título especial y la semilla sembrada para lo que viene
En Boca se reparten las formas de vivir la previa de la definición de la Superliga y la confianza. Están los creyentes, los que le piden al cielo una y otra vez para que les dé una mano, la que es indispensable para levantar el trofeo. Por otro, están aquellos que le imploran a Atlético Tucumán para que le saque a River esos puntos vitales. Asimismo, los que les sobra el optimismo sólo mirando lo propio: "Si le ganamos a Gimnasia, creemos que vamos a ser campeones".
Hay algo en lo que todos coinciden y que no cambiará aún si la historia termina de manera trunca: el esfuerzo del equipo en este 2020 ha sido enorme y constante, impidiéndole al puntero que se sienta ganador de punta a punta. Está claro que tanto sacrificio puede dejar de todas maneras al Xeneize con las manos vacías, pero la satisfacción está ahí. En que intentó arrebatar el liderazgo con actitud, una mejor identidad y bajo la obligación de tener que ganar para no quedarse atrás.
Los números del Boca de Miguel Ángel Russo son sorprendentes si se toma consciencia de que su segundo ciclo comenzó en medio de las urgencias de encontrar un equipo en poco tiempo para encarar el sprint final del torneo. Durante esos días de preparación, en la intimidad se habló de un objetivo: ganar los siete compromisos que restaban.
Y estuvo muy cerca de conseguirlo: quedará la espina del empate (0-0) ante Independiente, en el que la imprudencia de Carlos Izquierdoz dejó al conjunto azul y oro con diez hombres a los 21 minutos del primer tiempo. Luego de ese amargo reinicio del campeonato, se impuso en todos los duelos, cosechando 15 goles a favor y sólo uno en contra. El nivel individual y, por ende, el colectivo, creció: El DT campeón de la Copa Libertadores 2007 impuso un estilo de juego que sienta bien a jugadores e hinchas.
Por eso es que, aunque se pueda perder el máximo objetivo, el orgullo de luchar y las expectativas para lo que viene (fundamentalmente la obsesión por la Copa Libertadores) tienen una talla considerable.
"No pensamos en la negatividad, en si nos va a afectar o no perder el campeonato. Sí nos enfocamos en lo que buscamos. Porque si hay alguien que buscó una definición es Boca. Llegamos al final y no cambiamos nada: seguimos con la misma idea y con la misma forma. Ojalá se nos dé, pero no nos cambia el concepto de lo que queríamos", avisó el jueves el técnico de 63 años, que también valoró la mentalidad de sus jugadores: "Está bueno que no hayamos dado nada por perdido y pensemos que todo lo podemos lograr. Todo lo que Boca tenía que hacer, lo hizo y lo seguirá haciendo. Nos queda el último escalón y cuando lo vas subiendo, es más alto que el primero".
Sus futbolistas también se encargaron de hacer saber lo que sentirán si no puede quedarse con el trofeo. "En el fútbol argentino es muy difícil ganar cuatro o cinco partidos seguidos y nosotros lo obtuvimos. Si no se nos da, nos iremos con la cabeza bien arriba porque dejamos todo", sostuvo Esteban Andrada, mientras que Carlos Tevez remarcó dónde están los méritos que más serán reconocidos por el Mundo Boca: "Tratamos de que la gente se sienta identificada y que juguemos mejor al fútbol. Ese es nuestro camino".
Se sabe que, igual, en los futbolistas puede quedar cierta frustración por quedar segundos. Así lo plasmó el arquero: "A veces, cuando a uno no le toca coronar estando tan cerca de la punta, es un poco triste. Porque peleás tanto para llegar y no podés lograr el objetivo".
Pero sea o no campeón, en Boca sienten que hicieron las cosas muy bien. Y que si este esfuerzo no alcanza para lograr la Superliga, será la semilla para afrontar lo que viene. Lo toman como una conquista, haya o no trofeo.