Con la entrega y eficacia de Farías
LA PLATA.- Si se quiere encontrar las razones que llevaron a Estudiantes a retomar el camino del éxito habrá que apuntar una cuestión importante: la eficacia y la entrega que mostró Ernesto Farías. El delantero de Estudiantes anotó los dos goles y resultó vital en el triunfo de su equipo sobre Talleres, por 2 a 1. Porque a los locales no les sobraron demasiados argumentos futbolísticos para hilvanar un triunfo cómodo. Todo lo contrario: soportó varios sobresaltos ante un adversario, Talleres, que venía de dos victorias consecutivas y que pecó de poco ambicioso para quedarse con los tres puntos.
Estudiantes dejó la sensación de que aún tiene una tema pendiente que resolver: cometió muchas distracciones defensivas y en ataque no fue claro ni contundente. Salvo por la dinámica y efectividad que mostró Farías, que abrió la cuenta con un gol de cabeza, en una muy buena jugada colectiva con un taco de Carrusca incluido.
Con poco, los visitantes se animaron en territorio adversario y consiguieron la igualdad -justa, por cierto- con un remate de Plaza.
Mayor determinación mostró Estudiantes en el segundo tiempo, pero también se repitió en errores, que bien pudieron haberle costado el partido. El árbitro Giménez no sancionó un claro penal de Cáceres a Claudio González -el mejor de Talleres-, que bien podría haber cambiado la historia. Pero como los supuestos de nada valen, Estudiantes empujó con decisión y amor propio para quedarse con la victoria. Y la encontró a cuatro minutos del final, con un cabezazo de Farías. Un festejo que sirvió de estímulo para el futuro, en la tarde en que volvió Bilardo a la conducción técnica del equipo.
Un penal que no fue
Un hecho atípico ocurrió en el segundo tiempo: el árbitro Daniel Giménez sancionó erróneamente un penal del arquero Islas sobre Gelabert. El asistente Daniel Guidoni advirtió a Giménez de su equivocación y el árbitro echó atrás su fallo.