Con un estilo audaz y sin misterios, el Chacho Coudet empezó ganando en Racing
“Vamos a tratar de armar algo lindo”, comentó el DT, que asumió un gran desafío; acompañado por Milito y Blanco, admitió que la Libertadores será la meta; el papel de Bragarnik y de los hinchas
Si la ilusión es la esperanza de algo que parece especialmente atractivo, en Racing –un club en el que los estados de ánimo son volátiles– esa definición se potencia. Ayer, como suele pasar casi en todos los fines de año, nació una vez más el Nuevo Racing. Esta vez, con una fórmula que estimula de cara al 2018: Eduardo Coudet al banco de suplentes y Diego Milito a la secretaría técnica.
“Acá estoy”, bromeó el Chacho cuando ya la conferencia de prensa llegaba a su fin y la mayoría de las preguntas iban dirigidas a Milito. Con una camisa blanca que llevaba unos botones celestes, Coudet empezó a meterse en una Academia que no conoce tanto como la rosarina. El precedente que dejó en su paso por Rosario Central en 2015 y 2016 fue decisivo para que Blanco y Milito apuesten por él. Con 43 años, el Chacho ya tiene en el bolso de la experiencia 101 partidos dirigidos. Y ya afrontó una Copa Libertadores, la de 2016, cuando Central fue protagonista hasta que en los cuartos de final se cruzó con el campeón Atlético Nacional de Medellín.
“Vamos a tratar de armar algo lindo. Las cosas están dadas, las expectativas son las mejores”, dijo el ex entrenador de los Xolos de Tijuana, que mostró su estilo descontracturado y risueño desde que pisó el club. El desafío que tiene por delante es disputar la Libertadores, una espina que quedó clavada para Coudet el año pasado con Central y que también pesa para Racing, que no pudo pasar los cuartos de final en las ediciones de 2015 y 2016. “Va a ser una de las copas más difíciles de los últimos años. La van a jugar todos. No sé si podemos empardar a los poderosos, pero intentaremos que no quieran jugar contra nosotros. Es un torneo traicionero, porque una noche mala te deja afuera”.
Los secretos del Chacho
El deseo es poder ver un equipo competitivo y con una identidad marcada, que mira el arco de enfrente tanto de local como de visitante. Coudet, que tiene en el convencimiento, la intensidad y la presión alta sus tres banderas fundamentales, puede cumplir con esos requisitos. Los entrenadores suelen repetir una muletilla: que su mejor currículum es lo que puedan decir sus dirigidos sobre ellos. En el caso de Coudet, tanto en su estreno en Rosario como en los Xolos de Tijuana, la relación con los futbolistas fue muy buena. Y además lo avalan los números: ganó 43, empató 33 y perdió 25, con una efectividad del 53,46%.
Hay otra cualidad del nuevo entrenador que también fue importante para que Racing apueste por él: le hace lugar a los pibes del club, algo que fue constante en Central con Giovani Lo Celso, Franco Cervi, Walter Montoya y Víctor Salazar como los casos más visibles. La idea es que en la mitad celeste y blanca de Avellaneda continúe dándole rodaje a los juveniles que sostuvieron al equipo este año: Juan Musso, Gastón Gómez, Facundo Gutiérrez, Matías Zaracho, Maximiliano Cuadra, Lautaro Martínez, Brian Mansilla y Nicolás Oroz. “Sé con los juveniles que cuento y que es uno de los pilares para el club. Hay que tratar de protegerlos, hay que darles una estructura para que puedan jugar libres”, admitió. Al Chacho lo acompañarán Ariel Broggi (ayudante), Carlos Fernández (analista de videos) y Octavio Manera (preparador físico).
La única resistencia que generaba la llegada de Coudet a la Academia es el nombre de su representante: Christian Bragarnik, un hombre que en los últimos cuatro años estuvo muy presente en el club. Es también el representante de Diego Cocca y de la mayoría de los futbolistas que llegaron en los últimos siete mercados de pases. Entre los refuerzos que interesan de cara a 2018, la fórmula se repite: Damián Musto, Alejandro Donatti e Iván Malcorra también llegarían desde los Xolos de Tijuana, un club que tiene mucha vinculación a Bragarnik. A Milito, se sabe, no le agradan las presencias de empresarios en el club, pero primó la buena visión que tiene del Chacho como DT. Y lo mismo pesaría para estos futbolistas.
Por ahora el DT prefirió no hablar de nombres. Apenas habían pasado unos minutos desde que conoció el vestuario racinguista, donde firmó su vínculo por 18 meses. Seductor, ya lanzó un guiño para los hinchas: “Que sea un club pasional tiene que ver con la decisión de venir acá. Me gusta que mis equipos transmitan de adentro hacia afuera. La gente va a jugar un papel importante para nosotros. Queremos llegar al hincha, que se identifique con el equipo”. Y se despidió con una sonrisa, esa que busca contagiar a todo Racing después de un afligido fin de año.
Diego Milito: "Acá nadie tiene la varita mágica"
En su estreno como hombre de Racing fuera del césped, Diego Milito ya dejó su sello. Su presentación como secretario técnico y la de Eduardo Coudet como entrenador se hizo en el Centro Deportivo que tiene el club y no en la sala de prensa, como se acostumbraba. Se buscó una presentación al estilo europeo. Todo una definición de cuál será la función del ídolo.
Se sabe: desde que decidió regresar a la Academia a mediados de 2014 Milito conoce todo del club, desde sus empleados hasta sus rincones. Incluso, en el año y medio que pasó sin una ligazón oficial estuvo atento a cada detalle. Ahora, con un contrato de tres años para estar a cargo de una secretaría técnica que tendrá tres analistas de videos (Javier Wainer, Agustín Anstassi y Bruno Gentile) y un coordinador integral (Miguel Gomis), llega recargado. “Siento una gran felicidad. Nunca estuve lejos del club, pero hoy es un gran día para mí porque es volver a tener un rol específico. Creo que en esta función puedo brindar todo lo que tengo”, definió el Príncipe.
¿Qué será la secretaría técnica? “La idea es hacer un trabajo integral. Yo estaré más focalizado a la Primera, pero la idea es abarcar todos los ámbitos del fútbol, ya sea profesional, amateur o infantil. Queremos darle importancia a los chicos porque ahí tenemos un potencial enorme”, explicó Milito. Wainer (hijo de Gabriel, secretario técnico de Pekerman en Colombia), Anastassi y Gentile harán el seguimiento audiovisual de las ligas sudamericanas para detectar futuros refuerzos. Y Diego Huerta hará el seguimiento audiovisual de los juveniles. Además, habrá una inversión en softwares para profesionalizar el área.
La función no será tan novedosa para Milito: cuando era figura y capitán estaba al tanto de concentraciones, viajes, contrataciones y refuerzos. Y opinaba. Pero ahora será una voz oficial, aunque deberá consensuar con los directivos. “La figura del manager acá está un poco virgen. Me gusta poder aplicar el conocimiento que logré a lo largo de mi carrera. No es que todo lo que se haga afuera es mejor que el fútbol argentino, pero algunas cosas se pueden copiar. Acá nadie tiene la varita mágica: no podemos garantizar el éxito, pero sí el compromiso por el club”, prometió el ex delantero. Que también tiene como uno de sus objetivos poder expandir las fronteras del club y exportar la marca Racing más allá de la Argentina a través de convenios y partidos amistosos. Hoy ya la llevará a Asunción, donde se realizará el sorteo de la Libertadores.
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