Darío Benedetto puede volver a Boca: cuáles son las chances reales y por qué el club critica a Daniel Angelici

Darío Benedetto quiere volver a Boca. Con escaso rodaje en el Elche de España (es suplente de Lucas Boyé, donde además forma parte del grupo accionista), el delantero evalúa relanzar su carrera profesional.

El Pipa, que hasta este lunes estuvo en Buenos Aires para pasar la Navidad con sus familiares, sorprendió la semana pasada al declarar en TyC Sports: “Lo dije en su momento cuando me fui. A Boca voy a volver, ya sea como hincha o como jugador. Yo estoy agradecido con la gente de Boca por el cariño hermoso que me brindan hasta el día de hoy. Ojalá que el día de mañana pueda volver”.

Juan Román Riquelme no dejó pasar la oportunidad y lo llamó. Solo ellos saben de qué hablaron, pero hay algo cierto: el ídolo le abrió las puertas al “operativo retorno”.

“La pelota la tiene el Pipa. Si él quiere, el 3 de enero arranca la pretemporada en el predio”, le confían a LA NACION desde las entrañas del complejo que Boca tiene en Ezeiza. “Todo depende de él”, resumen.

La ilusión de ambas partes es grande. Benedetto es consciente de que sus goles y los gritos posteriores en la Bombonera son la chispa que precisa para reactivarse, luego de una experiencia europea muy buscada en lo deportivo y económico, pero a la vez algo discreta en cuanto a lo estadístico. En Olympique Marsella disputó 69 partidos y marcó 17 goles, y en Elche, 15 y 2.

Del lado de Boca saben que el impacto de que el Pipa vista de nuevo la camiseta número 9 será fuerte. Sobre todo, en un contexto donde la realidad económica de la Argentina impide salir a buscar refuerzos de jerarquía. La billetera del fútbol nacional no seduce a casi nadie. Máxime teniendo tan cerca el estelar y multimillonario fútbol brasileño.

En este contexto, sólo hay espacio para locuras: jugadores fanáticos de un club que quieran vestir la camiseta de sus amores a cualquier precio, y dejen en un segundo o tercer plano el aspecto económico. Un ejemplo reciente sería lo que ocurrió con Daniele De Rossi en 2019. El italiano soñaba desde pequeño en vestir la casaca xeneize que popularizó en el mundo su ídolo Diego Maradona. Y lo concretó, más allá de que una lesión astilló su experiencia y un tema familiar en Roma le puso un punto final abrupto a su estadía en Buenos Aires. Igual, se dio el gran gusto de lograr su única liga local al formar parte del plantel que ganó la Superliga 19/20.

Sin embargo, no todo es tan sencillo. En el Consejo de Fútbol creen que a Benedetto lo están presionando para que postergue su regreso a Boca. De acuerdo a las fuentes consultadas dentro del club, Christian Bragarnik, representante del Pipa, pretende que el jugador continúe en Elche y recién reactive su deseo en un par de años.

Si bien es factible que sea una opinión meramente económica (el salario que recibe el delantero en dólares es inalcanzable para cualquier club argentino), hay quienes creen que las verdaderas razones de esas trabas estarían vinculadas con el vínculo que Bragarnik tuvo en el pasado con Daniel Angelici, expresidente del club de la Ribera.

Más claro: en el Consejo de Fútbol consideran que el dirigente quiere jugar la carta “Vuelta de Benedetto” en las elecciones de diciembre de 2023.

Consultado al respecto, desde el entorno de Angelici desestiman por completo ese hipotético escenario y manifiestan que están muy alejados de lo relacionado con el mercado de pases. Consideran que la conducción actual busca distracciones para lavar una gestión cuestionada. En tanto, el representante de Benedetto le dijo a radio La Red: “No sería una locura que Darío vuelva a Boca”.

Lo cierto es que la reaparición de Darío Benedetto y sus declaraciones referidas a un posible regreso activó la ilusión de los hinchas de Boca, quienes, desde su partida a mediados de 2019, insisten con la contratación de un delantero. Incluso popularizaron el hashtag #TraiganUn9.

Con 45 goles en 76 partidos con la camiseta azul y oro (0,59 de promedio por partido), el Pipa cubre el perfil de búsqueda. Su posible llegada puede, además, potenciar un fútbol argentino devaluado.

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