Desde la platea, Passarella le dio a River una buena dosis de optimismo
En su primer partido como presidente, el equipo de Núñez mostró los mismos errores, pero ganó un clásico: derrotó a Racing por 2 a 0
Fue una noche diferente en el Monumental. Luego de varios meses de proselitismo, de acusaciones y de resultados deportivos muy malos, en Núñez se vivió una suerte de esperanza. Tibia, mesurada, pero esperanza al fin. El triunfo por 2 a 0 de River contra Racing ayuda en esa perspectiva, aunque no es lo único, claro. Se trata de una nueva etapa en la vida millonaria, se trata del primer partido con Daniel Passarella como presidente. Y aunque el Káiser no juega y no es DT, su imagen (desde un palco de la Belgrano Baja) provocó un shock de confianza.
Nada extraordinario, claro. River sigue con sus problemas a cuestas. En lo deportivo y en lo institucional. Pero, al menos, el comienzo de ciclo con el pie derecho genera esa posibilidad de ver el futuro con algo de optimismo. Hubo aplausos (no una ovación, no un entusiasmo mayúsculo), cuando cerca del primer capítulo, el presentador lanzó esta frase: "Comienza una nueva etapa en River, con honestidad, creatividad y compromiso. De la mano del flamante presidente Daniel Alberto Passarella". Esos aplausos acompañaron, también, con cierta tibieza, es cierto, el andar del equipo, con más justeza y convicción durante un buen tramo del partido.
La barra brava gritó, pero con cautela. Por momentos, se pareció a un típico público de teatro, dispuesto a disfrutar –o padecer, según el caso– de una función. Racing, sin embargo, el Racing que venía creciendo, comenzó mucho mejor. Con la pelota, con las ideas, con fundamentos. Fue claro penal un empujón de Ferrari a Ramírez, que el juez Diego Abal no observó. Hasta pareció un agarrón a Yacob, también en el área de River. Sí vio, al rato, una mano de Lucero en el área de Racing, luego de un tiro libre de Buonanotte. Y el Enano, con una zurda potente, abrió el score. A partir de allí, el mejor juego de la Academia trastabilló. Y River, con poco, se adueñó del desarrollo con mayor decisión. Un tiro libre exquisito de Pitu Abelairas elevó el score a dos, acaso una exageración por esas alturas.
Con la presión a cuestas, mientras se entusiasma a futuro con la incorporación, prevista con presentación para hoy de Lucas Litch (un buen volante por el sector izquierdo), Racing insistió en busca del descuento, pero River se paró muy bien atrás. Allí fue cuando los hinchas millonarios redoblaron sus cánticos, con la ilusión de un futuro mejor. Siempre con la mirada seria y concentrada de Passarella desde ese palco.
El final del partido sorprendió a River defendiendo con el alma un buen resultado, todo un símbolo de sus tiempos recientes. Y Racing, aún con sus limitaciones, mereció mucho más que ese descuento que también se le negó.
Como la posibilidad que desperdició Steinert, el reemplazante de Grazzini. O la ocasión de Caballero, bien resuelta por Vega, una de las figuras del partido. Todo dentro de un contexto discreto, en el que Diego Abal, el juez, dirigió a tono con el arbitraje del Apertura: mal.
Para River, sin embargo, le queda el sabor del reencuentro. El regreso de Passarella, desde otra función, la vuelta al triunfo en un clásico. La capacidad de Buonanotte, la figura, ese pichón de crack que el Káiser prometió retener. Y rodearlo en un futuro con piezas mejores. Habrá que esperar. River no puede permitirse volver a fallar.
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