El principal obstáculo de Crespo será adaptarse a otra Argentina
No debe ser fácil para Hernán Crespo pararse delante del plantel de Banfield. Ni tampoco debe ser fácil para él atravesar todos los días una ciudad caótica. Fue un excelente futbolista, goleador certero, un tanque dentro del área, pero ser entrenador es otra cosa. Más para un exjugador que nació en la Argentina, pero que se hizo hombre en Europa. Se fue de River en 1996, a los 21 años, y volvió a Banfield a fines de 2018. ¿Conclusión? Vivió más allá que acá. De caminos y rutas perfectas tendrá que superar lomos de burros, banquinas sin delimitar y hasta algún que otro piquete hasta el predio de Luis Guillón. Y con la familia lejos, en Italia. Influye. Todo influye.
La principal tarea de Crespo será la adaptación. Primero, hacia una nueva tarea que desarrollará lejos de ese mundo ideal sobre el que construyó su carrera. Y, segundo, a la vida en un país muy distinto del que dejó y del que, tal vez, poco registro le quede en su mente. También tendrá que convivir con los problemas habituales de los futbolistas de estas tierras, con ciertos desórdenes y carencias. Banfield tiene un plantel joven y, si bien varios de ellos juegan en primera hace rato, el natural recambio lo empujará hacia un ámbito desconocido, en el que su palabra será fundamental.
Tal vez en algún momento, como le pasó no hace mucho a Gabriel Batistuta cuando entró en el vestuario de uno de los últimos seleccionados argentinos, se encontrará con algún futbolista que ni siquiera lo reconocerá.
Crespo aprendió de los mejores. Fue dirigido por varias figuras internacionales, consiguió títulos y siempre terminó ganándose un lugar. Ahora, como entrenador, también tendrá que hacerse un nombre en un medio mucho más hostil y casi tan competitivo como el del futbolista. El contexto, además, le exigirá resultados inmediatamente. No será fácil ocupar el lugar de Julio César Falcioni, un prócer en la historia de Banfield, ni tampoco le resultará sencillo el momento del Taladro. Si bien no tiene urgencias, no puede descuidarse para el futuro, producto de los altibajos en las últimas campañas.
Crespo integra el grupo de gente joven que viene con ideas nuevas para aportarle otra visión al fútbol argentino. Algo parecido a lo que intentan Diego Milito y Nicolás Burdisso, en Racing y en Boca, respectivamente, en sus funciones como secretarios deportivos. Estará bien acompañado, eso sí, con Alejandro Kohan, el preparador físico que se distanció de Ariel Holan en Independiente y que conoce a buena parte del plantel de Banfield. A partir de ahora convivirá con ciertas incomodidades a las que ya les había perdido el pulso. Si logra superarlas, mitad del trabajo estará hecho.
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