Boca sigue desorientado: Estudiantes lo aprovechó y le ganó 1 a 0 en un partido malo en La Plata

En un partido malo y con escasas emociones, Estudiantes se aprovechó de un Boca que no levanta cabeza y sigue sin ganar. El único gol lo anotó de cabeza Fabián Noguera, a los 30 minutos del segundo tiempo, luego de un córner desde la derecha ejecutado por Zuqui. Los resultados y los rendimientos de Boca son preocupantes, a tal punto que con apenas 4 unidades (cuatro empates y dos derrotas), se ubica en el puesto 24 sobre 26 equipos, a 10 puntos del líder Independiente.

Los números del Xeneize alarman: marcó apenas dos goles en 540 minutos (seis fechas) a razón de un festejo cada tres partidos, tomando como referencia además que uno de esos tantos fue en contra de Miguel Torrén (Argentinos), tras un tiro libre de Cardona.

El inicio del partido fue con un Boca lanzado al ataque, parado sobre campo rival y con la intención de ser protagonista de las primeras acciones.

Lo mejor del partido

A los 6 se dio una jugada de riesgo ante un centro de Estudiantes sobre el área azul y oro. Un choque entre Advíncula e Izquierdoz terminó con el peruano tendido en el césped, tras un fuerte golpe en su cabeza que lo mareó. Y a los 8 minutos se dio el primer remate al arco. Fue un zurdazo de Juan Ramírez, que desde detrás de la medialuna del área probó sin buen rumbo.

Estudiantes fue equilibrando las acciones. E incluso fue peligroso cuando salió de contraataque. Sin embargo, Boca esperó bien replegado con su sistema de tres centrales, con lo cual la iniciativa local no prosperó más allá de tres cuartos de cancha, y en ese primer cuarto de hora Rossi se convirtió en un espectador de lujo.

A los 17 minutos llegó la primera jugada de riesgo real en favor de Boca. Una buena pared entre Pavón y Briasco terminó con el cordobés mano a mano con Andújar, aunque su derechazo cruzado se fue desviado.

Otra vez Juan Ramírez fue una herramienta importante para la salida rápida. A los 19, el exArgentinos salió en velocidad y tocó rápido con Pavón, que resolvió mal y desactivó demasiado pronto una situación clara de gol.

Como suele sucederle, Boca se encontró con la pelota a disposición (un 70 por ciento de posesión), pero no supo qué hacer con ella. Sin volantes de creación, los mediocampistas se tocaban la pelota entre ellos. Y cuando Pavón tenía una chance para desplegar su velocidad, no tenía compañeros en quien descargar.

La intensidad de los primeros minutos se fueron desdibujando. Y entonces el partido cayó en una meseta donde ni unos ni otros se esforzaban por imponer su juego y ambos se repartieron el balón muy lejos de las áreas.

Sin peso ofensivo de tres cuartos de cancha en adelante, los aislados intentos de Boca por pisar el área rival se diluyeron en desbordes estériles de Pavón, que sin nadie en el medio sólo podía ganar laterales.

La carencia de alternativas se resumieron a los 44. Pavón quiso eludir a tres rivales, la perdió. El azar hizo que la pelota vuelva a sus pies. Quiso jugar con Briasco, que en la puerta del área buscó habilitar a Fabra con un lujo, tiró el taco pero le erró al balón. El lateral colombiano igual logró hacerse de la pelota. Su centro, bajo, se desvió en un rival y terminó en las manos de Andújar. Un instante después, Tello le puso punto final a un primer tiempo muy pobre, donde no hubo remates al arco.

Segundo tiempo

El inicio del complemento siguió por el mismo carril que los últimos 25 de la primera etapa. Una cadena de desaciertos terminó a los 5 minutos con el primer remate al arco. Fue de Nahuel Estévez para Estudiantes. Su derechazo de primera fue bien controlado por Rossi.

El delantero pincha entró muy bien en el partido y activó el ataque local. Porque además de ese disparo, se movió con velocidad y lucidez por los costados, buscando el centro en el momento indicado. Mientras tanto, Boca fue consolidándose como un barullo demasiado predecible y sin gol.

Pavón intentó por la izquierda, pero tres rivales lo arrinconaron y ningún compañero se acercó. La jugada terminó con un centro intrascendente al área vacía.

A los 13 se dio una buena jugada colectiva en favor de Boca. Advíncula logró desbordar por la derecha, enganchó, levantó la cabeza y vio a Ramírez en la medialuna. Hacia allí fue el balón, pero el remate del volante se fue apenas por encima del travesaño.

Estudiantes respondió: una rápida contra a los 16 terminó con una buena decisión de Zuqui de hacer la pausa para esperar el ingreso por la izquierda de Sánchez Miño. Que tuvo una chance inmejorable, pero su remate se fue muy alto.

Izquierdoz se fue erigiendo como la figura de su equipo. Porque además de cumplir en su posición habitual, se lo vio atento a cerrar en el lateral izquierdo e incluso se sumó al ataque, parado en posición de volante derecho e incluso pisando el área en posición de 9.

Esa polifuncionalidad del capitán de Boca también desnudó las carencias del Xeneize. Porque si Izquierdoz debió cortar tantos ataques por la izquierda fue porque Fabra volvió al trotecito de cada una de sus excursiones ofensivas, y si debió ofrecerse como alternativa en la derecha del mediocampo fue porque Diego González y Rolón no se mostraron lo suficiente en esa zona.

Sin reacción en la cancha ni en el banco, Boca fue retrocediendo cada vez más en el campo. Estudiantes intuyó la oportunidad y allá fue. Y se encontró con el gol, luego de un preciso córner ejecutado desde la derecha por Zuqui que conectó en lo alto Fabián Noguera. A 15 del final, el 0 a 0 se rompió.

La apertura del marcador y el posterior (y tardío) ingreso de Aaron Molinas activaron el partido. Porque Boca fue con todo a empatarlo y el Pincha esperó agazapado en busca de sellar el triunfo de contragolpe.

En cinco minutos, Molinas, Obando y Vázquez lograron fabricar más peligro que el resto del equipo xeneize en los 80 minutos anteriores. Incluso, Vázquez tuvo una posibilidad de marcar el 1 a 1 con un cabezazo que se fue apenas alto.

Un instante después, el arquero Rossi quiso pisar la pelota ante la presión de un rival y la perdió, en una jugada que pudo terminar en el 2 a 0 para el Pincha.

El cierre del partido se dio con un Boca desesperado por encontrar el empate, en un contexto donde le cuesta tanto generar situaciones ante el arco rival que sólo el azar le hubiera permitido llegar al 1 a 1.