Boca campeón: la intimidad del vestuario, con bailes, bombos y dedicatorias para River
Fue una explosión. Un desahogo. Un delirio multiplicado por ganarle la Superliga a River. La fiesta que se vivió en el campo de la Bombonera, con juegos de luces, fuegos artificiales, gorros y paraguas, fue sólo una parte de toda la alegría que expuso Boca en la noche de la estrella N°69. Una sensación especial en cada rincón.
El vestuario, el pasillo principal del estadio y hasta la sala de conferencia de prensa fueron los sectores testigos de la continuidad de una jornada para el recuerdo. El anillo que rodea la platea baja se empezó a llenar de los familiares directos, que comenzaron a hacer una especie de cola en la puerta del vestuario, a la espera de la confirmación para poder encontrarse con el respectivo futbolista. Una vez dentro de ese santuario privado que tienen los planteles, todas esas personas eran esperados con mucho cotillón, espumas en aerosol, música alta y bombos.
¡El baile del campeón!#BocaEstáFeliz [R] pic.twitter.com/n5sUhMDSSB&— Boca Jrs. Oficial (@BocaJrsOficial) March 8, 2020
Los nervios, la adrenalina y la épica de la consagración fue tan grande que esos encuentros generaron lágrimas de emoción en varios de esos círculos íntimos. También diversión, porque esos instrumentos que estaban a disposición exaltaron a los colombianos Fabra y Villa, que protagonizaron un baile bien colombiano que fue acompañado por los movimientos de Izquierdoz, Andrada, Mas y Hurtado.
Claro, mucha de las cosas estaban ya preparadas, algo que se suele hacer tradicionalmente cuando hay una definición semejante: a veces puede salir mal, pero en Boca sirvió todo. Como los aerosoles, que en su parte inferior ostentaban la leyenda "Campeón Superliga 19/20". Lo mismo pasó con las camisetas personalizadas: en su dorsal repetían esa frase, pero en la parte media también contenía el slogan "Boca está feliz", en alusión a la frase que fue marca registrada de Juan Román Riquelme, vicepresidente segundo y cabeza del Consejo de Fútbol, el único que no quiso mostrarse cerca de las cámaras y micrófonos.
Los que sí caminaron los pasillos fueron Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, hombres del equipo de trabajo de Román. El primero, tuvo un encuentro emotivo con un amigo, al cual le preguntó enfáticamente: "¡¿Qué te dije?, ¿qué te dije?!", antes de un abrazo interminable. "Jorge me había dicho que estuviera tranquilo, que se venían tiempos mejores, de alegrías. Y hoy estamos festejando esta locura tan pronto", le detalló a LA NACION la persona cercana al Patrón. Los otros dos salieron del vestuario con una sonrisa inmensa y la camiseta del campeón puesta. También estuvieron con los jugadores el presidente Jorge Amor Ameal y el vicepresidente Mario Pergolini.
#TNTSports | Marcos Díaz y varios palos para River: "Segundos… no queda otra."#Boca [R] #Gimnasiapic.twitter.com/nzIL8pQvSm&— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) March 8, 2020
Mientras algunos de los familiares todavía se secaban las lágrimas, apareció por el anillo una mujer que no paraba de sonreír. Era nada menos que Justina Salvio, más conocida como Tota (por ser madre del jugador xeneize), que en estos tiempos no la está pasando bien: padece un cáncer y hace poco debió ser operada de urgencia, lo que provocó la solidaridad general del Mundo Boca. Se acercó a los micrófonos y mostró su felicidad: "Mi especialidad son los ñoquis, pero yo a Toto le voy a hacer lo que él me pida. Hoy me dio una de las alegrías más grandes de mi vida, salió campeón con el club que amamos", sostuvo orgullosa.
Via @FOXSportsArg"¿Y LE DICEN LAS 'GALLINAS', NO?"#SuperligaxFOX | 'Toto' Salvio se refirió a la pérdida de puntos en los últimos dos partidos de River. pic.twitter.com/F8xzybsLqB&— A Lo Boca [R][R][R] (@ALoBocaShow) March 8, 2020
En simultáneo a todo eso, Miguel Ángel Russo, que cosechó su segundo título en la institución (el primero fue la Copa Libertadores 2007), se sentó en la conferencia de prensa. Fueron pocas las palabras que pudo desprender. ¿Por emoción? Para nada. Se podría decir que le dieron un baño de felicidad: entre Capaldo, Soldano, Izquierdoz, Mas y Weigandt le lanzaron baldazos de agua, al grito de "dale, campeón".
Es evidente que Russo tiene el respeto de todos los jugadores. Porque si se pone la lupa en esos protagonistas, se puede observar que los últimos dos jugadores no sólo no son muy tenidos en cuenta, sino que tampoco concentran para los partidos. Sin embargo, son igual de felices con el logro y están contentos con los manejos del entrenador de 63 años.
La caminata al ómnibus estuvo plagado de gritos, agradecimientos y fotos por parte de los socios que se acercaron a vivir de cerca la intimidad. Los dos mayores artífices de este campeonato que Boca supo ganar, sobre todo, en este sprint final, fueron los que más desesperación generaron. "Gracias por el título, Miguel", le agradecieron varios al técnico, mientras que Carlos Tevez, que fue el último en irse, arrastró una marea de gente que le pedía una postal inolvidable. Fue tanto el alboroto que hasta el encargado de la seguridad del plantel debió pedir colaboración del personal privado.
Lo más importante es que absolutamente todos los jugadores, integrantes del cuerpo técnico y dirigentes se retiraron de la Bombonera con una evidente felicidad. Y, también, cada uno a su manera: algunos comiendo unos sandwiches de miga, mucho más distendidos; otros con el celular en la mano y los ojos fijos en la pantalla, contestando cada uno de los WhatsApp de felicitaciones que les habían llegado en las últimas dos horas.
Boca vivió al máximo la fiesta del campeón. Pero no se quedará conforme: la mentalidad es ir por más. Y eso se traduce sobre aquello que se llama Copa Libertadores. Los nuevos aires trajeron un pronto éxito y ahora ya sueñan con el premio grande.
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