Las anécdotas de Eduardo Domínguez: de Bielsa y Beckham al Tiki Tiki de Cappa
El capitán de Huracán recordó al primer entrenador que tuvo, en Vélez; “La gran ventaja de jugar con David es que es muy lindo”, rememoró entre risas
Es consciente de que está transitando sus últimos pasos como futbolista profesional. Y si bien este 2015 lo encuentra con compromisos que lo ilusionan como, quizás, inesperados, a Eduardo Domínguez le resulta inevitable hacer un balance de su carrera, a los 36 años.
A horas del debut en el Grupo 3 de la Libertadores (mañana, desde las 19, Huracán recibe a Mineros de Venezuela), el capitán del Globo repasa junto a canchallena.com algunas de las vivencias que más lo marcaron en el fútbol.
- ¿Qué recordás de tus inicios en Vélez?
- Si bien no me tocó jugar, fui parte del plantel campeón del 98. Fue hermoso. Viví cosas imborrables de gente ganadora, que iba para adelante. Vi cómo se manejaban. Y en esos casos uno trata de aprender y asimilar cosas que le quedan, tanto del técnico como de los compañeros.
- ¿Cuál fue tu experiencia con Bielsa como entrenador?
- La exigencia de Marcelo era tremenda y seguramente hoy debe seguir siendo igual. Tácticamente trabaja al 100 por ciento. Uno no se puede relajar nunca y eso es muy bueno. Cuesta mucho al principio. Tal vez ahora está más tranquilo porque está más grande, pero en ese momento… gritaba mucho (se ríe) y para algunos era chocante ese tipo de cambio, pero cuando el jugador lo entiende es impresionante. Yo entonces tenía 19 años y Marcelo tuvo muchos choques con los referentes. Imaginate que ese mismo grupo había ganado tres torneos, una Libertadores y una Intercontinental con un estilo y una forma de jugar y entrenar completamente diferente, y llegó Marcelo y revolucionó todo. El primer campeonato costó, y ahí se vio la mano del presidente (Raúl Gámez), que sostuvo a Marcelo, por más de que en la Supercopa del 97 nos fue mal, San Pablo nos goleó 5 a 1 y quedamos últimos del Grupo 2, y en el Apertura terminamos muy lejos del campeón. Ahí Raúl mantuvo a Bielsa, con la convicción de que era lo mejor para la institución. Llevándolo a la actualidad acerca de si se puede sostener un proyecto, o no, creo que si se quiere, se puede. Y el campeonato siguiente se ganó de punta a punta con una solidez impresionante.
- Ventajas y desventajas de jugar con Beckham (compartió plantel en Los Ángeles Galaxy entre 2008 y 2009)
- La ventaja es que es muy lindo (lanza una carcajada). En realidad, todo es una ventaja. No hay desventajas. Yo lo admiro mucho, porque aparte de un señor y una gran persona, es un profesional de la puta madre. Me ha enseñado muchas cosas, que siempre les trasmito a los más chicos. Si él no se cree el personaje que construyó, y que por ser Beckham debería tener privilegios, ¿por qué deberíamos creérnosla nosotros? Predica muchísimo con el ejemplo. A cada paso.
- ¿Por qué te hiciste de Huracán?
- Yo de chiquito era de River. Íbamos siempre a la cancha con mi viejo y mi hermano. Hasta que después me inicié en Vélez, y, en las Inferiores del club, veía que Vélez ganaba absolutamente todo de la mano de mi suegro (Carlos Bianchi). Cuando subí a Primera ya había mucha rivalidad entre Vélez y River, porque habitualmente eran los campeones de esa década, y entonces ya no quería que ganara River, y se me fue el fanatismo. Mucho después llegué a Huracán, en el 2008, me recibieron de maravillas, me hicieron sentir cómodo, sentí el cariño y el respeto de la gente, y de a poco me empezó a hacer cosquillas todo. Y cuando me tocó irme a Estados Unidos, cuando me tuve que volver elegí volver acá, y me abrieron otra vez las puertas en el 2009, y viví toda esa etapa maravillosa. Y entonces se acrecentó todo el amor que tenía y tengo con el club. Y sé que es mutuo. Entonces yo soy y seré por siempre un eterno agradecido a Huracán, que me abrió las puertas y me hace sentir mucho el cariño de la gente en todo momento.
Eduardo Domínguez: "Me han ensuciado mucho; ahora quiero disfrutar"
-¿De qué forma te sacaste de encima una acusación tan fuerte como la de camarillero?
-Con tiempo. Trabajando. Siendo honesto con mis compañeros. Lo más importante es que ellos saben quién soy, y eso me deja tranquilo. Y Darío también lo sabe, porque sigo teniendo relación. Soy un agradecido a él porque aprendí mucho. Él formó este grupo y este equipo. Lamentamos mucho que haya tenido que irse para que reaccionemos.
-Al mismo tiempo, tu suegro (Carlos Bianchi) también la pasaba mal en Boca. ¿Se aconsejaron ante ambas situaciones?
-Tratamos de no meternos en la vida profesional de cada uno. Carlos es muy reservado en esas cuestiones. Sólo él sabe lo que vivió en ese vestuario. Pero todo el mundo opina. Acá en Huracán nadie sabía lo que pasaba, y se hablaba de que había tres bandos, de que estábamos todos peleados... Hoy son todos periodistas. Cualquiera dice cualquier cosa y ya los medios partidarios lo levantan como noticia, y generan que esa gente se crea periodista. Si se busca rating habría que ver con qué armas cada uno quiere ganar.
- Habrá sido extraño para vos tener que irte a mediados de 2013 a Atlético de Rafaela…
- Si. En esa época vino al club un técnico que no me tenía en cuenta (N. del A: Juan Manuel Llop). Cada vez que viene un técnico, siempre está la opción de que algunos jugadores no sean de su agrado. Me pasó varias veces y la tuve que remar. Y cuando no me toca, soy el que más tira para adelante, porque uno a veces, en el rol de capitán, les dice eso a los chicos, y hay que predicar con el ejemplo. Pero entonces se dio lo de Rafaela, por la lesión de Lucas Bovaglio, Jorge Burruchaga me llamó, lo hablé con el presidente y coincidimos en que era lo mejor para mí y para el club, para que pueda mantener el ritmo de competencia. Fue difícil irme de Parque Patricios, pero nuevamente me abrieron la puerta y acá estoy.
- ¿Qué te genera que aún hoy se siga hablando y recordando al Huracán de Cappa, que el Tiki Tiki sea una manera de describir a un estilo de juego?
- Que se puede creer. Que se puede practicar un fútbol bien jugado y ganar. Que se puede soñar con ese estilo de juego. Porque se pudo. Hay otros equipos que lo han hecho de manera excepcional, pero ese equipo tenía algo más. No sé cómo explicarlo, pero a la gente le daba gusto verlo, aun no siendo de Huracán.
- ¿Qué aprendizaje te dejó?
- Me sigue enseñando que no siempre gana el mejor, pero yo tengo la tranquilidad de que hice todo lo que estuvo a mi alcance para ganar ese partido. Yo y mis compañeros, lógico. Pero lamentablemente sucedieron muchas cosas… Y no solo en el gol de ellos, sino en un gol lícito que no nos dieron, expulsiones que debieron sancionarse y no se hicieron, y por cómo se fue dando el partido. Pero ya está. Ya pasó.
- El árbitro, Gabriel Brazenas, no dirigió más…
- Lamentablemente… Pero yo duermo tranquilo. Duermo tranquilo.
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