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Una de incógnitas más grandes de este tiempo en el mundo del fútbol llega a su fin. Es que, según anuncian varios medios españoles, Lionel Messi habría llegado a un acuerdo con Barcelona para concretar la renovación de contrato. Solo restaría que los abogados de ambas partes trabajen en la letra del acuerdo completo para que se defina todo y luego haya un anuncio oficial por parte de la institución catalana. Pero el dato más importante ya parece inamovible: Messi seguirá en el club al que llegó de adolescente, y en que todo indica finalizará su carrera.
El nuevo vínculo del argentino, según suscribe el diario El País, será por cinco años. Pese a que se había hablado mucho durante las últimas semanas de la posibilidad de que firmara por dos antes de marcharse a la MLS, más precisamente a Inter de Miami, finalmente, ambas partes habrían visto con buenos ojos alargar la vinculación durante un periodo más amplio. Así, de cumplirse ese lapso, Messi jugaría en Barcelona hasta sus 39 años.
El acuerdo tiene una rebaja considerable respecto del contrato que expiró el 30 de junio: Messi cobrará alrededor de un 45% menos por año, según agrega El País. De hecho, cuentan desde España que el monto nunca fue un problema en la negociación. Sí lo fue el tema de la fiscalidad, un asunto delicado porque ninguna de las partes quiere dar un paso en falso. Y parte de lo pendiente está vinculado a eso.
La última actualización de contrato, por los dos años que terminaron a mitad del actual, estipuló un ingreso de unos 140 millones de euros anuales, en todo concepto. De confirmarse la rebaja negociada ahora, el nuevo salario de Messi estaría apenas por debajo de los 70 millones de euros al año, aproximadamente. Con graves problemas económicos y financieros, Barcelona viene trabajando para achicar su presupuesto, por lo que se desprendió de sucesivos jugadores en las últimas semanas. Así, entre otras cosas, podría encajar el nuevo acuerdo con Messi sin romper las reglas que exige el denominado Fair Play financiero que estipula la UEFA.
Luego de cumplir el sueño de salir campeón con Argentina en la Copa América, el capitán de Barcelona emprende ahora sus vacaciones familiares en Miami. Desde allí volverá a su casa catalana, cuando ya la letra chica de su nuevo vínculo esté sellada. Entonces, firmará el contrato y se sumará a la pretemporada del equipo que prepara Ronald Koeman. Cuando lo haga, entre las caras nuevas habrá una que le resultará especialmente conocida: Sergio Agüero, que ayer voló a Barcelona y en los próximos días se sumará al grupo.
“En Barcelona, a 14 de Diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio (Gaggioli), Carles Rexach, Secretario Técnico del F.C.B., se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”.
Esas palabras, simbólicas en su momento, quedarán para siempre guardadas en una caja de seguridad en un banco de Barcelona. Se trata de la famosa servilleta donde se firmó el “primer contrato” de Lionel Messi con Barcelona. Empezaba a escribirse una historia en la que nadie, ni el protagonista, podía imaginar hasta que punto llegaría.
Hace poco menos de un año, Lionel Messi expresó a través de un burofax su deseo de no seguir en Barcelona. El desgaste del rosarino con la comisión directiva que presidía Josep María Bartomeu en aquel entonces, fue progresivo. Acumuló malestar por una gestión que él consideraba que no daba cumplimiento a su mayor deseo: armar fuertes proyectos futbolísticos para seguir ganando títulos.
Pero claro, desde fines de agosto de 2020, cuando Messi manifestó que se iba del club, hasta principios de este año, las cosas cambiaron. La fecha clave fue el domingo 7 de marzo de 2021, día en el que se expandió la sensación y la posibilidad firme de que Messi se quede en Barcelona más allá del 30 de junio, cuando venció su contrato. Ese nuevo escenario surgió a partir de que Joan Laporta ganó ampliamente las elecciones con el 54,28 por ciento de los votos.
Aquel domingo, Messi sorprendió a todos cuando, de la mano de su hijo mayor, Thiago, apareció en el Camp Nou para dejar su sufragio en la urna. Fue la primera vez en 20 años que participó en un acto eleccionario. En 2010 no lo había hecho porque estaba en el Mundial de Sudáfrica y en 2015 porque se encontraba de vacaciones. Según una información que brindó la Cadena Ser, el rosarino se había comunicado un rato antes con Laporta para avisarle de que iría a votar. Algo que cambió el escenario completamente.
En el plano de las especulaciones, ese gesto del argentino hacía suponer que su continuidad sería más factible bajo el mando de quien ya había sido presidente entre 2003-2010, período en el que Messi debutó en la primera división y obtuvo 12 (incluidas dos Champions League) de los 35 títulos que conquistó con la camiseta azulgrana. También en esa etapa levantó los primeros dos balones de Oro de los seis que tiene en sus vitrinas.
Ya con Laporta como la máxima autoridad blaugrana, sus objetivos por seguir contando con el máximo ídolo del club se basan en brindarle toda la confianza al argentino para su continuidad. Algunos de sus planes son los que faltaban en la anterior gestión: la idea es que pueda seguir vinculado a Barcelona como embajador, a la altura de un gran ídolo. Por otro lado, consciente de que Messi prioriza el proyecto deportivo más allá de lo económico, el presidente busca concretar el arribo de nombres que potencien los logros deportivos. Y en esa carrera están, ahora que el acuerdo con el símbolo del equipo parece cerrado.