Mundial Rusia 2018: España aparece en el horizonte de Sampaoli

Islandia será un rival combativo y rocoso, sin complejos ni urgencias. ¿Calificación? Incómodo. Croacia es potencialmente agresivo, con un eje medio atractivo que le ofrece muchas opciones de juego. ¿Calificación? Amenazante. Nigeria propondrá su desconcertante desequilibrio. ¿Calificación? Peligroso. El análisis llega a LA NACION desde el corazón del cuerpo técnico de Jorge Sampaoli. Entonces, ¿cuál es el grado de dificultad global del Grupo D? Intermedio, resumen las mismas fuentes. Y agregan un concepto clave: ideal para ganar propulsión. Una zona compleja, pero accesible. El entrenador cree que se tratará de un interesante banco de pruebas para observar cómo la Argentina desactiva a tres rivales bien diferentes. Conseguirlo hablará del punto de madurez que habrá alcanzado su equipo para afrontar la recta decisiva.

El grupo no le alteró los planes a Sampaoli. Lo recibió con calma y confianza. Y aunque lejos de subestimar a Islandia, Croacia y Nigeria, se atreve a las proyecciones. Siempre que la Argentina y Francia ganen sus zonas, el rival en los octavos de final surgirá de Dinamarca, Perú o Australia. Confortable… Entonces va más allá y ya se imagina el duelo por los cuartos de final con España. Ni Portugal ni Uruguay, que podrían avanzar por ese lado de la llave. No, España aparece en el horizonte de Sampaoli para definir quién desembarcará en la última semana del Mundial y protagonizará los siete partidos. Cuando llegue el turno de las eliminaciones directas, Sampaoli está convencido de que el carácter, el oficio y el apetito de revancha de muchos futbolistas afilará los colmillos de su equipo.

La mirada más amplia que hace el cuerpo técnico sobre el sorteo se detiene en una generalidad: no hay un ‘grupo de la muerte’. Se impuso un equilibrio en la distribución de los seleccionados, y más allá de la zona F (México, Suecia y Corea del Sur como eventuales segundos de Alemania), en general han quedado perfilados los clasificados. El entrenador argentino no se imagina a ningún candidato al margen de los octavos de final. Sampaoli siente que los copones no le añadieron problemas. Volverá a la obligación que se impuso: encontrar socios y funcionamiento para que Lionel Messi pueda sobrevivir a las presiones de ser el esperado redentor o el mártir incomprendido. No desaprovechar al mejor de la historia es su mayor desvelo.