Con dos goles de Trezeguet, Newell´s logró un triunfo clave en Montevideo
Los dirigidos por Alfredo Berti ganaron 4 a 2; el equipo de Rosario se acerca a los octavos de final de la Copa Libertadores
MONTEVIDEO.– Newell’s hizo los deberes en el estadio Centenario. Frente a un combativo Nacional –que terminó con dos hombres menos–, los rosarinos consiguieron un triunfo que los encarama al liderato del Grupo 6 y los independiza de otros rivales para clasificarse a octavos de final. Puede que a Newell’s le alcance con empatar frente a Atlético Nacional (Colombia), en Rosario, para acceder a la próxima etapa. Allí estará, claro, si lo derrota.
El equipo dirigido por Alfredo Berti no comenzó bien. Juan Cruz Mascia, delantero de Nacional, se aprovechó de un error en la salida de Villalba para someter a Guzmán con un potente remate que se coló en el ángulo. En realidad, ese gol le hizo bien a Newell’s. Fue un sopapo que lo despertó.
Alexis Nicolás Castro empató poco después, con una media vuelta ante la que nada pudo hacer el arquero Bava. Newell’s insinuaba más, se apegaba a ese guión que tan bien aprendió: pases interiores, triangulaciones y mucha gente en ataque.
Sin embargo, el segundo gol de los argentinos llegó de pelota parada: el paraguayo Cáceres encontró un rebote en el área rival tras un córner y convirtió con un remate al medio del arco. Parecía que ese gol tranquilizaría a los argentinos, que tenían mejores intenciones que los uruguayos.
Pero a los 15 minutos, otra vez Mascia condujo un ataque uruguayo y, luego de una atajada de Guzmán, Nacional se encontró con un penal: el árbitro interpretó que Heinze había tocado la pelota con la mano. Scotti, capitán y central aguerrido, fusiló al arquero argentino con un disparo tan alto como potente. Newell’s todavía tenía tiempo para ganarlo: faltaba media hora.
Los ingresos de Trezeguet y Muñoz les dieron a los rosarinos mayor potencia ofensiva. Figueroa se enchufó. Banega la entregó mejor. Y Casco fue un permanente argumento ofensivo. El lateral izquierdo aprovechó un preciso pase entre líneas de Figueroa para mandarse y tirar un centro atrás; ahí estaba Trezeguet para un festejo muy especial: el de su primer gol en Copa Libertadores. Para entonces, Nacional había perdido a García por doble amarilla.
Los uruguayos también perderían a Bava, por último recurso. Y sufrirían el segundo gol del franco-argentino, que controló la pelota y, en el mismo movimiento, definió de zurda. Fue el corolario perfecto para una noche alegre de Newell’s. Consiguió lo que iba a buscar. Regresa a Rosario con la satisfacción del deber cumplido.
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