"Tenía que ser corregido": la opinión del Gobierno sobre el decreto que regula los aportes del fútbol
Gonzalo Estivariz es secretario de Seguridad Social de la Nación desde agosto del año pasado. En aquel momento, ya hacía un año que la AFA y el Gobierno negociaban una "modificación consensuada" en el decreto 1212/03, que le permitió a los clubes y a la AFA tener un sistema especial para pagar los aportes personales y patronales de todos sus empleados. Cuando arrancaron las reuniones, el Ejecutivo pensaba en derogar el régimen y que el fútbol pagara como cualquier otra industria. En el Boletín Oficial del lunes se publicó la nueva versión del decreto, que elimina algunas ventajas de los clubes y la AFA y aumenta los rubros gravados, que ahora incluyen los contraros de auspicio del seleccionado y la Superliga. "En valores nominales, el déficit del régimen es de $2500 millones. Claramente, es un sistema que debía ser corregido", justifica Estivariz.
–¿Cómo se llegó a esa cifra?
–Porque lo que se creó como una excepción y algo transitorio se convirtió en una regla. Este régimen contempla dos situaciones: la de los autónomos, que incluye a los jugadores de fútbol, a los auxiliares de campo y a todos los que facturan; y al personal en relación de dependencia que tiene contratos de trabajo. Y también lo que es la AFA. La plantilla de personas asociadas a autónomos (eran más o menos 3300 personas) se mantuvo estable durante todo este tiempo. Ahora, lo que se incrementa sustancialmente es el otro número, que se triplica. Hoy hay cerca de 11.400 trabajadores. Entonces, vos no podés mantener el mismo monto de ingreso cuando triplicaste la plantilla de trabajadores. Este es un sistema solidario e inclusivo, donde lo que no paga uno lo tienen que pagar los otros. Hay que garantizarles a todas estas personas las coberturas por vejez, invalidez, asignaciones familiares, seguros por desempleo, PAMI. Era una cuestión que los clubes sabían que se tenía que solucionar. Un desfase de esta magnitud no puede perdurar en el tiempo.
–¿Para qué se creó el sistema?
–Este régimen fue creado para darles una solución a los jugadores de fútbol. Y a los auxiliares. Se distorsionó la herramienta y terminó siendo utilizada para los trabajadores en relación de dependencia. Se generó una distorsión que había que corregir. Eso también se ve en la AFA, que tiene cerca de 1000 empleados con este régimen. También había que corregirlo. Fue hablado, consensuaron y todos estuvieron de acuerdo en que era una cuestión que debía ser revisado. Después, el régimen se mantiene para las cargas sociales patronales: se genera un fondo con determinados conceptos [entre los que están las transferencias de futbolistas, los derechos de TV y los contratos de auspicio del seleccionado y la Superliga], del que se deducen esas cargas.
–La base imponible aumentó: ahora van sobre más rubros. De hecho, los sponsors no estaban.
–Sí. Se incorporan algunos conceptos más, también asociados al aumento de las plantillas y a la insuficiencia de los montos.
–¿Cuánto dinero esperan recaudar?
–Hay que ver cómo dan los nuevos conceptos incorporados. Creemos que igual el régimen va a ser muy beneficioso para los clubes. El Estado va a seguir subsidiando una parte importante, pero se va a equilibrar un poco más.
–Los clubes argumentan que la mayoría de los empleados nuevos fueron para las instituciones educativas y resaltan su rol social. El Estado, ahora, los obliga a pagar más. ¿Qué se les dice a esos clubes?
–Cualquier otra institución escolar cumple con todas las obligaciones sin los beneficios que tienen los clubes de fútbol. Incluso clubes que no son de fútbol no gozan de este beneficio. Me parece que hay que equilibrar los esfuerzos de todos los ciudadanos. Porque lo que no pagan unos, lo pagan otros: este es un sistema de reparto.
–La situación económica también golpea a los clubes: ¿les preocupa que los no paguen las nuevas obligaciones de sus empleados?
– No es una medida intempestiva. Esto se viene conversando hace un año y medio. Y uno de los puntos centrales en los que hay consenso es que la distorsión que se generó en la no rendición de aportes personales era algo que claramente había que corregir. Porque eso sí es una obligación que cumple la totalidad de los argentinos. Esto lo pagaba el trabajador y no lo rendían los clubes. En todas las conversaciones coincidimos en que este era el primer punto que había que corregir.
–Los clubes dicen que esto es un eslabón más de una cadena de asfixia económica del gobierno, con la imposición final de las sociedades anónimas deportivas. ¿Es así?
–En todas las reuniones que hubo sobre este tema, lo de las SAD no se trató. Nos limitamos a ver cómo acomodar progresivamente una situación que debía ser corregida. El compromiso del gobierno en que esto sea así se demuestra en que el régimen se mantiene: se corrige un poco, pero sigue siendo deficitario. No es que se derogó en su totalidad y se establece un sistema igual al del resto de la sociedad. Los clubes de fútbol continúan teniendo un beneficio en relación con el resto de las instituciones deportivas. Viendo los números que se generaron, esto merecía ser revisado. Si no, estamos en presencia de un Estado que no toma las decisiones que tiene que tomar. La AFIP, que es el órgano competente, analizará la situación de cada club y revisará uno por uno los casos complicados. Lo que buscamos con esta medida es el tratamiento general de todos los clubes.
–Entonces, ¿esto no tiene nada que ver con una eventual promoción de las SAD?
–Nada.
–¿Temen que haya alguna movilización conjunta de los clubes en contra de esta medida?
–Creemos en la honestidad que se manejó en las mesas en las que se conversó sobre el tema. Y en el consenso que se trató en esas mesas. Confiamos en que no va a haber inconvenientes.
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