Nacho Fernández, el nuevo eje de una política de Estado que River no cambia por nada

Alguna vez Rodolfo D’Onofrio ironizó con que no atendía el teléfono ni leía los mails para que ningún jugador de River se fuera del plantel. Pero detrás de la vieja broma del presidente se esconde el esfuerzo económico del club en cada mercado de pases. Tanto para la dirigencia como para el cuerpo técnico, parte del éxito se basa en la decisión de sostener una estructura sólida que permita sostener el trabajo a largo plazo. Y mantener a los jugadores de buen rendimiento en el tiempo es un aspecto decisivo para potenciar el proyecto futbolístico.

"Nuestra idea es mantener a todos los jugadores", dijo D’Onofrio a fines de 2014. "La base del equipo está", señaló el vicepresidente Jorge Brito durante 2015. "La idea es que no se vaya nadie", destacó el presidente en 2016. "Es mejor complementar con calidad y jerarquía que tener cantidad", comentó el técnico Marcelo Gallardo en 2017. "Prefiero tener menos dólares y mantener un equipo", recargó D’Onofrio en 2018. "La decisión es mantener a los jugadores y hacer frente al costo financiero", retrucó en 2019 y a comienzos del presente año lo reconfirmó: "El gran éxito es la no salida de jugadores".

A lo largo de los cinco años y medio que lleva el exitoso ciclo del entrenador, River ha cambiado nombres y esquemas. Ha sido 11 veces campeón. Se han ido figuras y han llegado otras. Tuvo apuestas que funcionaron, otras que fallaron. Vendió y compró por valores altos y bajos y hasta hubo casos de jugadores de peso que se fueron en condición de libres. Pero, más allá de los diferentes casos, hay una línea elegida para recorrer el camino: sostener los pilares del plantel, mantener la armonía interna y apostar por la jerarquía y los apellidos de experiencia. Por eso, hoy la institución invierte en cuidar lo que tiene en lugar de mirar hacia afuera.

El caso de Ignacio Fernández es crucial. Próximo a cumplir 30 años, el mediocampista es considerado por el DT como el "cerebro" de su equipo. Un nombre que no puede faltar. Por eso, ante la chance de que el jugador busque una diferencia económica en el exterior, en el club se trabaja desde hace días en una mejora sustancial de su contrato, mientras Inter de Brasil lo busca: ya se rechazó una oferta de 7 millones de dólares por su pase.

Tras la venta de Exequiel Palacios a Bayer Leverkusen, que, según las cifras oficiales del club, le dejó 13,5 millones de euros en dos cuotas (más un 10% de plusvalía en una futura venta), River vuelve a apostar por retener a la mayor parte de su plantel, aunque la situación económica no sea la mejor y el balance se encuentre golpeado por la devaluación y la inflación.

"Estamos viviendo una crisis profunda en el país, pero vamos a intentar mantener todo el plantel. River puede pagar todo lo que los jugadores merecen cobrar y está en negociaciones para hacerlo. Hay que hacer el esfuerzo con los que tenemos porque nos dan un rendimiento excelente y no salir a comprar otros. Es inexorable que, en algún momento, que podría ser junio, va a ocurrir otra venta. Y eso te arregla todos los números", explicó D’Onofrio en Olé.

A cuatro jugadores +30 se les vencen sus contratos en junio: Pinola, Pérez, Scocco y Ponzio. El club pretende que sigan todos

Lejos de creer que las fechas de nacimiento son un aspecto crucial a la hora de elegir un futbolista, en el plantel también hay un extenso grupo de jugadores que superan los 30 años y son piezas de garantía para el entrenador. Franco Armani (33), Javier Pinola (36), Milton Casco (31), Enzo Pérez (33), Leonardo Ponzio (37), Lucas Pratto (31), Matías Suárez (31) e Ignacio Scocco (34) son parte exclusiva de la base de trabajo que parece intocable.

Y dentro de ese grupo, Pinola, Pérez, Ponzio y Scocco se encuentran en una etapa de definiciones, ya que sus contratos vencerán el 30 de junio del presente año. Así, la dirigencia millonaria se encuentra en negociaciones para buscar la renovación de los cuatro para continuar apostando por ellos. La jerarquía individual potencia lo colectivo.

Empezó la pretemporada: Quintero, ausente en San Martín de Los Andes

River arribó ayer a San Martín de Los Andes para realizar por primera vez una pretemporada en la Patagonia argentina. Y lo hizo con un gran recibimiento organizado por la filial de la localidad de Neuquén: se armó un "pasillo humano" rojo y blanco de alrededor de siete kilómetros en el que miles de fanáticos acompañaron al equipo al borde de la ruta en el camino desde el aeropuerto al hotel.

La iniciativa surgió a través de las redes sociales y rápidamente se propagó. Así, fanáticos de más de 30 filiales y 25 agrupaciones se hicieron presentes, se repartieron 2.000 banderas para el evento y además se desplegó una bandera gigante de más de 75 metros de largo y 4,50 de ancho.

El plantel se hospedará hasta el próximo viernes en el hotel Loi Suites & Resort Chapelco, ubicado en Ruta Nacional Nº40 Km 2227, a 18 kilómetros de la ciudad, y realizará los entrenamientos en la cancha de polo del club El Desafío, reacondicionada para la ocasión.

Con 26 jugadores convocados, hubo un ausente de peso: Juan Fernando Quintero se quedó en Buenos Aires para realizarse hoy estudios complementarios tras los chequeos médicos de rutina en el primer día de pretemporada en el Monumental.

¿Qué ocurrió? Se sintió muy cansado durante los trabajos físicos de ayer, por lo que le colocó un monitor holter (dispositivo que se utiliza para llevar un registro de la frecuencia cardíaca) para descartar cualquier problema cardíaco. Luego de los controles, se estima que ya mañana podrá viajar hacia San Martín de Los Andes para sumarse al grupo.