Un campeonato con buenos talentos, pero sin cracks que deslumbren

QUITO, Ecuador.– La producción de la mina de oro no se detiene, aunque la calidad del mineral dejó de ser el mismo. Si la cantidad de cazatalentos, observadores y agentes asusta, porque en cantidad prácticamente equiparan a la nómina de futbolistas que participan del campeonato Sudamericano Sub 20 , clasificatorio para la Copa del Mundo de Corea del Sur, la ausencia de una figura que deslumbre a quienes consumen fútbol y a aquellos desprevenidos que se entusiasman con gambetas y apellidos desconocidos también es un llamado de atención.

La paridad de las seis selecciones que disputan el hexagonal final le ofrece un matiz diferente al certamen, ese que Brasil, Uruguay y la Argentina dominan en el historial; ahora, Ecuador, anfitrión y que toma la ventaja de jugar en la altura; Venezuela, que desarrolla un proceso histórico para su fútbol, y Colombia desean entremezclarse y tomar una de las cuatro plazas para la cita mundialista. Pero también este mini torneo dentro del propio campeonato, debería en las últimas jornadas ser la plataforma de lanzamiento de los cracks del futuro, el acontecimiento para que aquellos que llegaron con cierto renombre rompan el molde. Por ahora, hay que conformarse con ráfagas de talento, como si se tratara de estrellas fugaces que surcan el firmamento para desaparecer en el segundo siguiente. Con repasar que Messi, Ronaldinho, Neymar, Luis Suárez, Riquelme, Alexis Sánchez, Radamel Falcao o Cavani realizaron este mismo camino, ensayar comparaciones dejaría en evidencia el declive.

Jugadores de la talla de Gabriel Jesús, ayer iluminó la victoria de Manchester City sobre Swansea, le hubieran simplificado la tarea al entrenador Rogério Micale en Brasil; de 19 años, el delantero fue subcampeón Sub 20 en 2015, en Nueva Zelanda, y se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Uruguay ofrece un poker con Schiappacasse (Atlético de Madrid), Amaral, De la Cruz y Bentancur, pero el director técnico Fabián Coito extraña a Federico Valverde, el botija que con 16 años se marchó a Real Madrid y se desempeña en el Real Castilla, de la Segunda de España. Y si Venezuela recién encontró la ruta del gol en la jornada pasada, frente a Ecuador, el impedimento de contar con Adalberto Peñaranda (Málaga –España–, aunque el pase le pertenece a Watford, de Inglaterra) es una de las razones para que el conjunto que conduce Rafael Dudamel se haya clasificado al hexagonal final con apenas un gol a favor… Sin ellos, el cartel de figura fue rotando, aunque nadie hizo méritos para adueñárselo.

Desde el Viejo Continente, los observadores de los clubes que son potencias ya se marcharon con sus apuntes a la vez que el mercado de pases dejó algunas perlas: el defensor Santiago Bueno, de Peñarol, firmó con Barcelona. De 18 años, ya debutó en primera y el Maestro Tabárez lo convocó para que se entrenara con la selección uruguaya. Los charrúas lo posicionan, por temperamento, como el sucesor de Godín. El venezolano Yangel Herrera, capitán de la Vinotinto, acordó su incorporación a Manchester City, con un contrato por cuatro temporadas. Los agentes que todavía permanecen en Quito –la mayoría se marchó, al igual que los scouters, ya que cerró el libro de pases de Europa– indican que el volante sería cedido a Girona (España), equipo catalán que se convirtió en una filial del club inglés, mientras que desde Atlético Venezuela sostienen que New York City, de la Major League Soccer, cobijará al juvenil. “Estar vinculado a un club grande es un premio al trabajo y al sacrificio que hice junto con mi familia durante todo este tiempo”, relata el futbolista, de 19 años. “Lo único que sabemos es que tiene que volver a Venezuela para arreglar los papeles y las visas de trabajo, pero el destino no lo conocemos”, comentan en la delegación, que lo resguarda del entorno para que solamente se focalice en el gran objetivo de la Vinotinto: Corea del Sur.

Marcharse a temprana a edad a una liga de Europa no garantiza el crecimiento de los juveniles. Muchos son fichados por los clubes para impedir que un rival se le anticipe, aunque ese jugador que tiene virtudes para ser una joya en el futuro comienza a deambular por equipos de menor jerarquía y su nombre se termina perdiendo en el listado de frustraciones. Al campeonato sudamericano Sub 20 llegaron desde el exterior los brasileños Caio Henrique (Atlético de Madrid, España), Rogerio (Juventus, Italia) y Lucas Cunha (Sporting Braga, Portugal); los colombianos Luis García (Rayo Vallecano, España) y Julián Quiñones (Tigres, México); el venezolano Yeferson Soteldo (Huachipato, Chile) y Ronaldo Peña (Las Palmas, España); los ecuatorianos Pervis Estupiñán (Granada, España) y Bryan Cabezas (Atalanta, Italia)… Ninguno le marcó el paso al resto.

El campeonato sudamericano Sub 20 será por siempre un exhibidor de joyas para los clubes europeos, que siguen buscando oro, aunque el metal precioso ya no tiene la calidad de otros tiempos.

Lo que debió invertirse para la organización del Sudamericano Sub 20

Ayer se supo que la organización del campeonato sudamericano Sub 20 que realiza su etapa final en Quito tuvo un costo de 1.700.000 dólares. La Conmebol aportó el ochenta por ciento de la cifra, mientras que el resto lo hizo la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Según el reglamento del torneo, el Comité Organizador Local debe asegurarle a las selecciones el gasto de 31 personas de cada delegación y los mismos, en cuanto a tiempos, empezaron a correr a partir del 16 de enero pasado. “Gestionamos auspicios para que el egreso económico sea mínimo; las recaudaciones de los partidos de la primera etapa, en las sedes de Ibarra, Ambato y Riobamba, sirvieron para solventar los gastos de programación y otros rubros como el tizado de las canchas, alquiler de estadios y sonido…”, informó Carlos Villacís, presidente de la Federación Ecuatoriana.