La Copa Davis. Gumy despertó la ilusión
Superó a Kucera, 6° en el mundo, y le dio un punto vital a la Argentina, que iguala con Eslovaquia; hoy, el dobles
Del silencio se pasó al bullicio, de los gestos apesadumbrados a las sonrisas esperanzadas. Bastaron un poco más de dos horas para que las 4900 personas que colmaron el Buenos Aires Lawn Tennis Club volvieran a vestirse con las olvidadas ropas del festejo.
Y los motivos de los renovados semblantes aparecieron cuando Hernán Gumy se arrodilló en el court central y desató la euforia luego de concretar la mejor actuación de su carrera al derrotar a Karol Kucera, número seis del mundo, por 6-1, 6-1 y 6-4, resultado que le permitió a la Argentina igualar la serie ante Eslovaquia por el ascenso al Grupo Mundial de la Copa Davis.
Previamente, Franco Squillari, víctima de los nervios y de las imprecisiones, cayó frente a Dominik Hrbaty por 6-3, 6-2 y 6-2. Con el empate transitorio por 1 a 1, el dobles será de vital importancia para la definición del encuentro. Hoy, a las 12.30, media hora después de la ceremonia inaugural, Luis Lobo y Lucas Arnold se medirán con Hrabaty y Kucera o Hrbaty y Jan Kroslak. El capitán eslovaco, Miloslav Mecir, no quiso develar la incógnita, pues tiene tiempo para definirlo hasta una hora antes de que comience el partido.
La fiesta inolvidable
Más allá de que no se haya definido nada y que todavía se necesite que pase mucha agua por debajo del puente, nadie le puede quitar el mérito de la victoria a Gumy, que actualmente ocupa el 113er. lugar en el ranking mundial. No es sencillo vencer a un top-ten por la Copa Davis con el marcador 0-1. Y tampoco ocurre todos los días que un jugador consiga una actuación sobresaliente minutos después de que se le apliquen tres puntos en su rostro (se golpeó con la raqueta durante el calentamiento precompetitivo).
Gumy se dio el gran gusto de su vida frente a un Kucera que padeció la falta de adaptación de cemento al polvo de ladrillo y la inactividad -o escaso entrenamiento- por una lesión que hasta hoy todavía no está esclarecida.
Este conjunto de situaciones no le resta trascendencia al éxito del segundo singlista argentino. Al contrario, Gumy mostró convicción, contundencia y poder de mando. Las mismas condiciones que lo pusieron en boca de todos en Roland Garros, luego de vencer a Sergi Bruguera y de disputar un partido inolvidable con Alex Corretja. Las que revivió en el court central del Buenos Aires cuando alcanzó el doble 6-1 en 58 minutos.
Se presumía una rápida resolución, pero en esto de la Copa Davis siempre hay tiempo para sufrir. Y el capítulo decisivo entregó la cuota de dramatismo propia de estos encuentros.
Porque al afán de Gumy por definir el pleito, se sumó la reacción de Kucera. El eslovaco dejó de errar y cometer dobles faltas -9 en todo el encuentro- y empezó a jugar sobre seguro. Hubo tensión, paridad y nervios. El camino hacia el triunfo parecía claro, pero Kucera quebró el saque del argentino en el octavo game. Desde allí hasta el final fue un duelo en todo sentido. Y el éxito le dio el sabor de esos partidos que quedan en la historia. Pase lo que pase después. Al Titán Gumy le faltaba la hazaña en ese terreno que fue testigo de grandes leyendas del tenis argentino. Ayer anotó su nombre y abrió la senda hacia la ilusión de jugar en primera. Todo sigue siendo difícil. Pero, por Gumy, la Argentina renació. Y puede pensar en algo mejor.