Juegos Panamericanos: Lima tendrá problemas por las obras demoradas en el aeropuerto y las autopistas

A un mes del certamen que concitará el interés del deporte continental, la organización de Lima 2019 corre contrarreloj en diversos aspectos. Además de la seguridad, un frente de preocupación con miras a los Juegos Panamericanos es el retraso en las obras realizadas en las autopistas.

El operativo general de seguridad fue diseñado por el Comité Organizador de los Panamericanos de Lima (Copal), que conoce bien la ciudad y que muchos de los nuevos parques fueron construidos en zonas postergadas. Se dispondrá de 10.000 policías y 3000 militares para custodiar los espacios públicos, es decir, las áreas donde se desarrollarán los deportes al aire libre.

Otro detalle que inquieta a la ciudad anfitriona y sobre todo a sus organizadores es el servicio en el aeropuerto Jorge Chávez. La prensa local sostiene que hay que ajustar la capacidad operativa porque la terminal aérea no acostumbra recibir un caudal de pasajeros como el que se espera para el acontecimiento, que tendrá lugar entre el 24 de julio (la inauguración oficial será el 26) y el 11 de agosto. En la capital peruana estiman que recibirán a 175.000 turistas durante los Juegos.

Por otro lado, hay preocupación por las obras que no estarán a tiempo en algunas autopistas y se teme que existan problemas de tráfico, dado el ritmo de ejecución de los trabajos destinados al acceso a las sedes deportivas.

La Organización Deportiva Panamericana (Odepa), o Panam Sports, advirtió el 11 de abril que la caótica situación del transporte en la capital peruana (una megalópolis de 11 millones de habitantes) era la principal inquietud en cuanto a los Juegos. Y el escenario actual no es alentador: se calcula que varias de las obras estarán listas apenas en diciembre. A Lima le servirán a futuro, desde luego, pero no para el objetivo inicial.

Se estiman que habrá 200.000 metros cuadrados ocupados por nuevas autopistas, 130.000 de pavimento y tres pasos a nivel, en las avenidas San Juan, Miguel Iglesias y 26 de Noviembre. La nueva infraestructura beneficiará, según se calcula, a unas 625.000 personas.

Frente a esta carrera contra el tiempo, la organización armó un plan B de transporte urbano, que consiste en acelerar los plazos de trabajo para la mejora de las vías únicas de acceso a la Villa Panamericana y los coliseos deportivos, y un programa especial de tránsito durante los 17 días de competencias. "Para las obras deportivas trabajamos mediante los contratos NEC [New Engineering Contract], que son hechos por ingenieros para avanzar las obras de manera eficiente. Y en conjunto con otros gobiernos, como el británico, y con proveedores privados. En cambio, el gobierno local contrató y ejecutó las obras públicas. La municipalidad de Lima tuvo dos gestiones: la que terminó en diciembre 2018 y la que comenzó en enero de este año. Eso generó un poco de desorden y de preocupación", explicó Alberto Valenzuela, el director de operaciones de Copal.