Liga Profesional: Marcelo Tinelli asoma como presidente y Tapia será reelegido en la AFA hasta 2025
Aunque desde su entorno no se atrevan a confirmarlo, la idea es que Marcelo Tinelli sea el primer presidente de la flamante Liga Profesional, que funcionará en el edificio de la calle Viamonte y que volverá a incluir a la primera división dentro de la AFA. La llegada del conductor tendrá un efecto colateral: Claudio Tapia será reelegido con anticipación y tendrá un segundo mandato, que durará hasta 2025.
"No podemos alejarnos de los vientos que corren", dijo fuera de micrófono uno de los dirigentes que acudió a la reunión en la casa de Tapia la semana pasada. Allí se sentaron las bases del gran acuerdo político para la unidad del fútbol. El único equipo grande que no asistió fue River, aunque al día siguiente Tapia se reunió con Rodolfo D’Onofrio. La sonrisa que tenía en su rostro el máximo dirigente de la AFA hablaba por sí sola. D’Onofrio, que siempre estuvo en la vereda de enfrente de la AFA de Tapia, sabía que se había quedado solo en su cruzada por mantener la Superliga. O casi, porque otro que pensaba como él era Andrés Fassi, defensor acérrimo del modelo Superliga.
En rigor, ese acuerdo en el domicilio de Tapia había comenzado a gestarse mucho antes. A fines de 2019 hubo una reunión Tinelli-Alberto Fernández. Luego, el animador se sumó al programa contra el hambre que encaró el Ejecutivo. Más tarde, Tinelli se juntó con Tapia en Viamonte. El caldo de cultivo para la salida de la Superliga ya estaba creado: existía el resquemor por el solapamiento del Preolímpico Sub 20 de Colombia. Y culpaban a la Superliga por los problemas organizativos.
El final del "doble comando" implica, en rigor, que no habrá más órganos duplicados, como los tribunales de disciplina o de apelaciones. Tampoco habrá dos tribunales de licencias. Claudio Tapia podrá decir que es el presidente de todo el fútbol argentino. La nueva Liga Profesional tendrá beneficios exclusivos, como disponer del dinero que genera como le plazca, pero estará bajo el yugo organizativo de la asociación nacional. Es decir, la AFA de Tapia.
Entre los impulsores de este nuevo orden se replica una frase: "Cambiar el fútbol desde adentro". Ese cambio, además, no llegará si la Liga Profesional elige pelearse con el Gobierno. Lejos de eso, la idea es que quienes la encabecen junto a Tinelli propicien "la reconciliación del fútbol con un Estado presente". En ese sentido, todos le reconocen al gobierno actual su intención de proteger a las asociaciones civiles sin fines de lucro. Todo lo contrario a lo que, según esos mismos dirigentes, intentaron Mauricio Macri y Daniel Angelici al propiciar el ingreso de las sociedades anónimas deportivas (SAD) en el fútbol.
En estas últimas semanas, pródigas en llamados telefónicos y en reuniones, el Gobierno tuvo varios interlocutores con el fútbol. El principal fue Sergio Massa, que miraba de reojo las actuaciones de su equipo, Tigre, en la Primera Nacional. Hasta último momento, incluso, se mencionó a Nicolás Russo (presidente de Lanús y delfín político del actual presidente de la Cámara de Diputados) como un eventual presidente de la nueva liga. Russo, además, fue el primero que le declaró la guerra pública a la Superliga en los medios.
Más allá de la cercanía de Massa con la AFA (tiene una gran relación con Pablo Toviggino, mano derecha de Tapia en su gestión), no todos en el Ejecutivo ven a Tapia como el mejor hombre para la AFA. Alguno hasta recuerdan que llegó al puesto por pedido del gobierno anterior, que no quería a Tinelli sentado en el sillón de Grondona. Algunos funcionarios, incluso, no estaban convencidos de que fuera el momento oportuno para aniquilar la Superliga. Pero, está claro, eso ya es un hecho.
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