Somos todos malos
Todos los representantes somos "malos". Ésa es la sentencia generalizada. Claro que no estoy de acuerdo, porque como en cualquier ámbito, hay buenos? y hay malos. Algunas cuestiones relevantes fueron intoxicando la profesión. La primera es que hay muchos de los nuevos intermediarios que consideran esta labor un hobby, una apuesta paralela a sus negocios habituales, por cierto ajenos al mundo del fútbol. Estas personas apuestan una cierta cantidad de dinero -unas fichas diría- para "ver qué pasa" con un par de jugadores juveniles, a los que paralelamente tientan con plata. Demasiados creen que en el fútbol es fácil hacer dinero y por eso muchos advenedizos se lanzan a la conquista del "negocio del fútbol".
Pero cuando llegan las etapas de las definiciones (renovaciones contractuales, transferencias o libertad de acción y búsqueda de un nuevo club) carecen de contactos, socios y conexiones para que sus representados continúen sus carreras por el mejor camino. Por ejemplo, si un "nuevo representante" tiene una oferta de millones por la venta de su empresa y al mismo tiempo debe viajar a Europa a cobrar una comisión de un 5% por la venta de un jugador que representa, ¿se ocupará de viajar para asegurar esa venta "menor" o atenderá la venta de su empresa?
La otra cuestión que ensucia la profesión aparece cuando estos pseudorrepresentantes arriesgan mucho dinero, no ven resultados a corto plazo -que es lo usual- y entonces se desesperan detrás de cualquier formato o recurso para hacer negocios. Y hacen lo que sea con el único fin de recuperar su inversión.
Ahora bien, hay una situación intermedia entre que un jugador está en las inferiores y hasta que llega a conseguir un viático o un contrato profesional con el club. Y ahí está la ayuda del representante auténtico. De 10 jugadores que un representante serio apoya en sus épocas juveniles, si llega uno a primera es un éxito. Lo habitual es invertir mucho en los juveniles, mientras el porcentaje de los que triunfan es mínimo. La conclusión es obvia: se invierte mucho y generalmente se recupera poco.
Representante de Marco Ruben
Andrés Miranda