AB InBev quiere también SABMiller
La unión de las dos mayores cerveceras delmundo tendría que saltar las vallas regulatorias
La adquisición de SABMiller por parte de Anheuser-Busch InBev uniría a las dos mayores cerveceras del mundo y sacudiría un sector que ya atraviesa una drástica transformación.
La fusión le permitiría al nuevo gigante cervecero llevar marcas de consumo masivo, como Budweiser, a nuevos rincones del planeta. También le ayudaría a contrarrestar la creciente popularidad y competencia de las marcas de cervezas artesanales.
Anheuser-Busch InBev NV informó el miércoles que había contactado a SABMiller PLC de cara a una posible compra, allanando el camino para un acuerdo que valoraría el grupo británico por encima de su capitalización de mercado de US$75.000 millones.
SABMiller dijo que AB InBev le había manifestado su intención de hacer una propuesta de adquisición, pero advirtió que no hay ninguna garantía de que se concrete un acuerdo. No se divulgaron las condiciones de una negociación.
Por su parte, AB InBev indicó en un comunicado su voluntad de "trabajar con la junta directiva de SABMiller hacia una transacción recomendada". La postura de SAB al respecto no es clara.
Otro ámbito donde no hay claridad es si la combinación superaría los obstáculos regulatorios que una propuesta de esta natu-raleza probablemente provocará, particularmente en China y en Estados Unidos, donde AB InBev tiene 45% del mercado.
En la industria cervecera han abundado los rumores acerca de una posible unión de AB InBev y SABMiller durante más de un año. The Wall Street Journal informó el año pasado que AB InBev se había reunido con algunos bancos para tratar el financiamiento de un posible pacto.
Desde entonces, las fusiones y adquisiciones se han acelerado y se encaminan a registrar los niveles más altos de su historia. Los acuerdos alcanzados este año en todo el mundo rondan los US$3,2 billones, un alza de 29% frente a igual lapso del año pasado, según la proveedora de datos Dealogic. El precio de la acción de SABMiller ha caído en los últimos 12 meses y acumula una baja de 14% desde que The Wall Street Journal divulgó las reuniones de AB InBev con los bancos.
El desempeño de AB InBev se ha deteriorado conforme empeoran las condiciones que enfrentan las grandes marcas de cerveza. Los consumidores en Europa y EE.UU., por ejemplo, han estado bebiendo más vino y licores como el whisky en las últimas dos décadas. Cuando optan por la cerveza, pasan por alto las grandes marcas de conglomerados globales como AB InBev, SABMiller y Heineken.
En EE.UU., los consumidores están optando por cervezas artesanales de sabores más intensos e importaciones mexicanas en desmedro de las principales marcas de Budweiser, Bud Light y Budweiser. La participación de mercado de AB InBev en EE.UU., que representa un tercio del total de sus ganancias, ha descendido de 48,8% en 2008 a 44,7% en la actualidad, según la publicación del sector Beer Marketer’s Insights.
En el pasado, AB InBev había compensado esas adversidades con la expansión en mercados emergentes como Brasil, que re-presenta alrededor de 20% de sus ingresos. No obstante, ahora Brasil enfrenta una caída económica. La ganancia neta de AB InBev retrocedió 31% como resultado de una contracción en las ventas en algunos de sus mayores mercados, incluyendo EE.UU. y Brasil.
La posible adición de SABMiller resalta la inusual estrategia de AB InBev. En una época en que las ventas de productos empacados declinan, algunas compañías están entrando en productos de nicho.
La empresa no ha logrado revertir el colapso de dos décadas en las ventas de Budweiser en EE.UU., donde la mitad de los jóvenes de entre 21 años y 27 años jamás la han probado, según la propia AB InBev. Coca-Cola Co., por ejemplo, compró el mes pasado por US$90 millones Suja Life LLC, una compañía californiana de jugos orgánicos.
AB InBev, sin embargo, ha emprendido un ambicioso esfuerzo para crear las primeras marcas globales de cerveza. Ha promo-cionado marcas como Budweiser, Corona y Stella Artois en todo el mundo y las ha complementado con las ventas de cervezas locales como Cass en Corea del Sur y Brahma en Brasil.
La compra de SABMiller encaja a la perfección en el libreto de AB InBev. Construida por un grupo de banqueros brasileños que introdujo un enfoque de private equity en el negocio de la cerveza, AB InBev creció a través de adquisiciones en Brasil antes de combinarse con la belga Interbrew en 2004, para después lanzarse tras Anheuser-Busch.
La empresa ha demostrado su destreza a la hora de adquirir negocios y recortar costos, pero no le ha resultado fácil aumentar su cuota en mercados clave. Ha tenido un buen desempeño en Brasil, donde domina cerca de 70% del mercado, y en China, donde ha más que duplicado el volumen de Budweiser a 13 millones de barriles desde 2011. No obstante, ha tenido problemas para construir marcas y no lo ha hecho tan bien en los mercados más competitivos.
La compra de SABMiller, que produce más de 300 cervezas, entre ellas Peroni Nastro Azzurro, Pilsner Urquell y Grolsch, le otorga a AB InBev la oportunidad de llevar esas marcas a nuevos mercados.
La compañía ha aprovechado su presencia global para amortiguar el golpe de sus tribulaciones en EE.UU. y ahora vende más Budweiser fuera de EE.UU. La marca es muy popular en China, donde es considerada una cerveza premium.
La adquisición de SABMiller, que tiene una gran presencia en África, le proporcionaría a AB InBev un trampolín para promo-cionar sus cervezas en mercados donde prácticamente está ausente. Mercados emergentes como África han pasado a ser una parte cada vez mayor de las ganancias globales de las cerveceras, dicen los analistas.
"El futuro ya llegó, hasta cierto punto", dice Wim Hoste, analista de KBC Securities en Bruselas, quien menciona que 30% de las ganancias anuales de SABMiller proviene de África. SAB tiene 40% del mercado de Medio Oriente y África y AB InBev apenas 0,6%, según Euromonitor.
La compra de SABMiller, que tiene una capitalización cercana a los US$75.000 millones, también catapultaría a AB InBev al liderazgo del mercado en Colombia y Perú. Con la nueva adquisición, AB InBev adquiriría "crecimiento en América Latina y África y la oportunidad de eliminar muchos costos de las operaciones administrativas de SAB", asevera Trevor Stirling, analista de Bernstein.
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