Autos de lujo, casi con tantos impuestos como los cigarrillos
Las cosas más peligrosas para la población y cuyo consumo es conveniente evitar son los cigarrillos, en primer lugar. Y en segundo lugar, los automóviles. Especialmente los mejor equipados, los que tengan más sistemas de seguridad que puedan salvar vidas de personas tanto dentro como fuera del vehículo. En tercer lugar, las bebidas alcohólicas, con la clarísima excepción del champagne. Y el uso de teléfonos celulares es también bastante riesgoso.
¿Parece un disparate? Es lo que dice la ley de impuestos internos de la Argentina. Son unos tributos supuestamente dirigidos a desalentar el consumo de algunos bienes por ser potencialmente dañinos para la salud, adictivos o muy lujosos. El problema es que este gobierno y algunos anteriores han querido usar estos impuestos para cualquier cosa, sobre todo recaudar, con cualquier excusa.
La mayor presión de la ley vigente es sobre los cigarrillos. La tasa es del 60 por ciento, pero no puede en ningún caso recaudar menos que el equivalente del 75 por ciento de la categoría más vendida.
Si se hacen los cambios que el Ejecutivo propone, el segundo escalón lo ocuparán automóviles, motocicletas, aeronaves y embarcaciones deportivas, con el 50 por ciento.
En segundo lugar quedarían automóviles un poco menos costosos, con el 30% de tasa, y sólo en tercer lugar aparecerán las bebidas alcohólicas, con el 20%. Con la excepción del champagne, que ha conseguido escapar desde los tiempos de José Luis Machinea en el Ministerio de Economía a una aplicación del tributo a cambio de inversiones.
Una salida que no se les ofrece a las automotrices. Ni tampoco a las compañías de telefonía celular. La factura del servicio tiene una tasa de 4% de impuestos internos. ¿El teléfono móvil es una expresión de lujo descarado? ¿Es adictivo? No parecen ser ésas las preocupaciones de los funcionarios, que en lo único que parecen pensar es en aumentar la presión fiscal.
A Fernando de la Rúa se le reprocha haber cometido el error político de aplicar el fuerte aumento del impuesto a las ganancias sobre la clase media y afectar seriamente a los sectores que le dieron el triunfo electoral.
Capitanich y Kicillof, trabajando para la renovada Cristina Kirchner, parecen hacer algo similar. Lanzan el ajuste fiscal sobre la actividad que hasta hace poco era el orgullo y la bandera de propaganda del llamado "modelo".
Cualquier alusión a problemas de actividad, caída del consumo o estancamiento era automáticamente respondida con un categórico: este año se van a vender un millón de autos. Que es mentira. Porque las cifras de patentamientos que mensualmente difunde la asociación de concesionarios Acara habla de automotores, es decir, incluye camionetas, camiones, ómnibus. No se patentarán este año un millón de automóviles, como se pretende hacer creer.
Lo curioso es que los kirchneristas antes usaban esa falsa cifra para supuestamente combatir el pesimismo y ahora la usan para asustar y justificar el impuestazo. Las ventas de vehículos livianos para transporte sólo de personas probablemente ronden apenas la mitad del número del eslogan.
Maniobra torpe
Si lo que se pretende es limitar la entrada de "autos importados", utilizado como sinónimo de "autos de lujo", la maniobra parece torpe. De los diez modelos más vendidos en el país, que son también los más baratos, cuatro son importados. De los doce modelos más populares, seis vienen de fuera del país. El modelo más vendido, que es el Volkswagen Gol en sus versiones común y Trend, se fabrica en Brasil.
Creer que el aumento de los impuestos sólo afectará a los vehículos lujosos es entender poco de economía. Existe lo que se llaman "sustitutos próximos". Un automóvil de una marca de las llamadas "generalistas" no puede valer lo mismo que uno de una premium, aunque tenga el mismo equipamiento. Si el de la marca premium se encarece, lo harían todos los demás modelos, por contagio.
Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Argentina, ofrece más argumentos. El margen en los vehículos más baratos es escaso para concesionarios y fabricantes. Si no pueden cubrir los costos porque se venden menos unidades más caras, cargarían más margen en los más populares.
Con el agravante de que ya hay un encarecimiento de las unidades para el año próximo. Ocurre que ya no se podrían vender versiones sin airbags y sin frenos ABS.
Incluso sin impuestos hay un aumento de los precios por mayor tecnología. La industria estrella del kirchnerismo podría ser su víctima en 2014.
TRIBUTOS PARA EL CONSUMO
- 60%Cigarrillos
Es la tasa de impuestos internos que rige para este producto, considerado peligroso para la salud - 50% Autos premium
Es la tasa que se aplicará de aprobarse la ley. Incluye a motos y embarcaciones deportivas