
Boating, una firma líder, en apuros por su millonario pasivo
Solicitó su concurso de acreedores
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Otra víctima de la crisis en el mercado de la indumentaria es la firma Boating, dedicada a la fabricación y venta de calzado e indumentaria, que solicitó su concurso preventivo al no poder afrontar la deuda que mantiene con numerosos proveedores.
La empresa, propiedad de la familia Garone, puso en marcha hace dos años un ambicioso programa de expansión para incrementar su cadena de locales, ampliar su cartera de productos e, incluso, radicar bocas en el exterior. Pero se quedó a mitad de camino,al menos por el momento.
Boating fue reconocida tradicionalmente por sus zapatos para hombres, y en especial por su línea de calzado náutico. Alentada por un sostenido crecimiento de su facturación durante los últimos años de la década anterior, decidió dar un giro a su negocio a mediados de 1999. Coincidiendo con la temporada primavera-verano lanzó por primera vez una colección de zapatos para damas y presentó, también como novedad, una línea informal de indumentaria masculina.
En aquel momento también anunció su decisión de avanzar sobre las capitales de Uruguay, Chile y Paraguay, además de las principales ciudades de Brasil. Ese año la empresa cerró su ejercicio con una facturación de 15 millones, según comunicó.
Su extensión era importante. Tenía 11 locales propios;diez en Capital Federal y Gran Buenos Aires, con presencia en los shoppings más importantes, y el restante en Mendoza.
Para sostener su ambiciosa estrategia de crecimiento, la firma tomó deuda, pero la demanda del mercado no acompañó sus planes y lentamente comenzaron a demorarse los pagos a los proveedores.
Fueron los primeros indicios de que algo no funcionaba bien.
En un intento por torcer el rumbo negativo, en noviembre último incorporó a su cuadro gerencial a un nuevo gerente administrativo y financiero, con dilatada experiencia en firmas como ATCO (Editorial Atlántida, Telefé y Radio Continental), Citicorp Equity Investment, Grupo Camuzzi y Organización Techint. Pero no logró su cometido, a juzgar por la solicitud presentada a la Justicia, anteayer.
Boating interrumpió sus pagos el lunes último y su decisión generó sorpresa en el medio textil. Pese a que corrían insistentes rumores acerca de su debilidad financiera, se mostraba como una de las empresas del rubro con mejor imagen.
En el último mes, incluso, había lanzado una gran campaña de promoción, con avisos a doble página en las principales revistas del país.
Deuda reconocida
La deuda reconocida por la empresa familiar rondaría los cinco millones de dólares, pero en el sector se especula con un rojo un tanto más abultado.
Voceros de la compañía dijeron a La Nación que tratarán de evitar la quiebra, refinanciando los pasivos y recortando sus planes de crecimiento. Esta estrategia, según aseguran, no contempla despidos ni cierre de locales comerciales.
En su afán por recomponer sus pasos, Boating podría intentar un retorno a las fuentes, achicando su producción de indumentaria, para enfocarse con mayor énfasis en los calzados.
Además, saldrán en busca de socios que les inyecten capital para zafarse del ahogo, según su vocero.
El mercado de la indumentaria atraviesa, en general, por una situación complicada. Según la cámara que agrupa al sector, desde 1998 hasta ahora las ventas retrocedieron un 35 por ciento;y desde el inicio del plan de convertibilidad, en abril de 1991, los precios disminuyeron en un promedio del 15 por ciento.






