El girasol y su aceite tienen un factor de soporte que no tiene hoy el complejo soja y es que la producción de los principales productores ha caído respecto al ciclo anterior
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Los aceites han encontrado un techo en los máximos del 11 de noviembre. Fue un rally que comenzó a mediados de setiembre llevando al aceite de palma a una ganancia de 40% y arrastrando al resto. El de girasol logró 50% de suba y el de soja ganó un 23% en ese período.
Noticias de mayor demanda para biodiésel, restricciones en la exportación de aceites en algunos países, menor producción de girasol a nivel global fueron los principales factores alcistas que justificaron ese rally. ¿Qué cambió desde mediados de este mes? Esos factores siguen existiendo, solo que el mercado parece haber sobrereaccionado en un contexto global que sigue pesadísimo en general.
En esa sobrereacción los fondos especulativos en Chicago fueron de lleno al aceite de soja, al mismo momento que se deshacían de su posición comprada en harina de soja, llegando a tener comprada al 12 del actual su mayor posición desde noviembre del 2022, cuando se pensaba que el mundo se iba a quedar sin alimentos por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Y ya sabemos cómo actúan estos fondos: ante la duda, “salen” o “entran” en masa. Y, una vez más, acabamos de ver la fuerza de sus movimientos, ya que parte de la fuerte caída de precios del aceite de soja en estas últimas semanas coincidió con que los fondos especulativos achicaron su posición comprada en un 25%.
En este marco, mas allá de este rally, de una mejora de los valores del maíz internacional de cerca del 10% desde agosto, la soja y hasta el trigo no logran levantar cabeza. En un tono totalmente simplista sigue habiendo excedentes de producción, especialmente en soja (o de expectativas de producción) en contraposición a una demanda que no crece de la misma manera que en las últimas campañas y en la 2024/25 hasta se espera que tenga una caída en las importaciones del principal comprador, China.
Inclusive, los precios del trigo no han podido mantenerse a pesar de la terrible situación en el Mar Negro que ya lleva más de 1000 días de guerra entre Rusia y Ucrania y que cada vez tiene noticias más alarmantes.
En tanto, hoy el aceite de palma sigue resistiendo mucho mejor que el de soja, ya que perdió solo 9% vs 14% del de soja. Otro ganador indiscutido desde esas bajas es el aceite de girasol, que sigue con buen soporte de acuerdo con los vendedores/compradores. Hasta el momento tuvo muy leve baja.
Lo que viene
Y acá agregaría la pregunta, ¿por cuánto tiempo puede seguir con buen comportamiento cuando el resto de los aceites están bajando? Ojalá que por mucho tiempo, para que los productores argentinos puedan aprovechar los valores actuales del girasol disponible y nuevo.
El girasol y su aceite tienen un factor de soporte que no tiene hoy el complejo soja, y es que la producción de los principales productores ha caído respecto al ciclo anterior, y sigue habiendo rumores sobre que Rusia quiere aumentar los derechos de exportación del aceite. Cosa muy distinta al complejo soja, que en pocos meses empezará a recibir una superproducción de Sudamérica.
Es una buena oportunidad para los productores argentinos aprovechar este rally para tomar precio para parte de su producción estimada en girasol. Mas allá del soporte actual de los precios del complejo girasol a nivel global, ya vimos cómo los mercados corrigen sin previo aviso y se suman otros factores que le pueden poner presión a los precios de todas las commodities. La continuidad del rally del índice dólar, la posibilidad de que Donald Trump sea menos biocombustible-amigable, o más pro combustibles fósiles, la debilidad del petróleo que no logra superar los 70 dólares, a pesar de todos los riesgos geopolíticos, son factores a considerar. Para el aceite de girasol se suma el riesgo de que los consumidores finales no pueden convalidar determinado nivel de subas, frente a otras opciones bajando.
Por otro lado, más allá de la baja de producción en el Mar Negro localmente estamos teniendo buenas perspectivas de clima y mayor área sembrada que en pocos meses (clima mediante) nos permitirá comenzar a recibir la nueva cosecha. ¿Qué mejor que empezar a poner “pisos” a la producción en medio de valores que no se veían desde hace años? Y en especial cerrando márgenes positivos en una campaña donde el resto de los cultivos “no cierran” con los precios actuales.
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