La soja perdió un 3,4% de su valor durante la semana y cayó hasta el nivel más bajo en Chicago desde diciembre de 2021

Pese a que las estimaciones sobre la nueva cosecha de Brasil se recalculan a la baja casi a diario, el precio de la soja en la Bolsa de Chicago retrocedió un 3,4% durante la semana; acentuó la tendencia negativa que desde noviembre último lo mantiene debajo de los 500 dólares por tonelada, y quedó hoy en el nivel más bajo desde el 13 de diciembre de 2021, cuando las pizarras marcaron 457,10 dólares para la oleaginosa.

Tras el cierre de las operaciones diarias, la plaza estadounidense marcó quebrantos de US$ 4,51 y de 4,14 sobre las posiciones enero y marzo de la soja, cuyos ajustes pasaron de 463,71 a 459,20 y de 465,73 a 461,59 dólares por tonelada. En el balance semanal estos contratos resignaron un 3,4 y un 3,2% en la comparación con los 475,28 y con los 465,73 dólares vigentes el viernes anterior.

Entre las razones que influyeron en la tendencia bajista de la soja se destacó la evolución del clima en Sudamérica. En detalle, por un régimen de lluvias normalizado en la Argentina –hay nuevos pronósticos de precipitaciones para el fin de semana sobre zonas agrícolas clave de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y de Entre Ríos–, que sustenta las buenas perspectivas para el desarrollo de la campaña 2023/2024, en la que se regularizaría la oferta local tras la grave sequía que redujo a menos de la mitad de lo esperado la producción en el ciclo 2022/2023.

En su informe semanal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que augura un salto de la cosecha argentina de soja de 21 a 50 millones de toneladas, relevó ayer el avance de la siembra sobre el 85,8% de los 17,3 millones de hectáreas previstos –en la campaña anterior se cubrieron 16,2 millones de hectáreas– y elevó del 97 al 98% la proporción de cultivos en estado excelente/normal, contra 60% de igual momento de 2023. En cuanto a la condición hídrica de los suelos, la entidad reportó un 90% en estado óptimo/adecuado, frente al 54% vigente un año atrás.

A la par, en Brasil la semana dejó importantes acumulados de lluvias en el centro y en el norte del país, las regiones que vinieron padeciendo déficit hídrico desde octubre. Ese aporte de humedad, que continuaría durante el fin de semana, contribuiría a detener el deterioro de los cultivos que ya afectó su potencia de rinde y mejoraría –muy en el límite– las perspectivas de los cultivos sembrados en forma tardía en esta campaña, que comenzó en septiembre con un objetivo récord en torno de los 163 millones de toneladas y que hoy mantiene a muy pocos estimadores augurando un volumen mayor a los 154,61 millones dejados por el ciclo 2022/2023, según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab).

Tanto es así que el martes la filial brasileña de la estadounidense StoneX redujo de 161,90 a 152,80 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la cosecha de soja de Brasil. Y hoy, la consultora Safras & Mercado hizo lo propio, al ajustar su cálculo de 158,20 a 151,40 millones de toneladas.

Si bien por su carácter conservador no se espera un movimiento de igual magnitud que el expresado por los privados, el mercado espera que el miércoles la Conab reduzca en el nuevo informe mensual de estimaciones agrícolas su proyección para la actual campaña, desde los 160,18 millones de toneladas pronosticados a principios de diciembre. También el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos actualizará, el viernes, sus cifras. En ese caso, la expectativa es que el organismo le haga caso a su agregado agrícola en Brasil y recorte su previsión de 161 a 158,50 millones de toneladas.

En opinión de los operadores, si Brasil logra una cosecha en torno de los 150 millones de toneladas y la Argentina produce entre 48 y 50 millones de toneladas, las chances de ver una recuperación de los precios en Chicago son muy limitadas, ya que el bloque América del Sur volcará en el mercado una oferta superior a la de la campaña anterior. En este punto es importante tener en cuenta que a los fines de los especuladores que determinan el ritmo de los precios en la plaza estadounidense no importa que Brasil y la Argentina manejen prioridades comerciales distintas, con el primero focalizado en la exportación de grano sin procesar y, el segundo, avocado a proveer harina y aceite. Para ellos, la oferta es una y se mide en millones de toneladas de granos.

Otro fundamento para entender la debilidad del valor de la soja está en la caída del precio de la harina de soja. Hoy la posición marzo del subproducto de la oleaginosa en Chicago bajó un 1,8%, de 414,68 a 407,19 dólares por tonelada. En el transcurso del último mes, ese contrato perdió un 8,6% de su valor desde los 445,33 dólares vigentes al cierre del 5 de diciembre. En el mismo período, el valor FOB de la harina de soja en los puertos argentinos se desplomó un 12,12%, de 445,33 a 407,19 dólares por tonelada. Esto último sin que aun haya entrado en vigor el aumento de los derechos de exportación a los subproductos de la soja –del 31 al 33%– que el Gobierno incluyó en “ley ómnibus” que debe tratar el Congreso.

La razón de esta tendencia negativa de la harina no es solo la recomposición de la oferta argentina, que pesa y mucho, sino, también, el mayor uso de aceite de soja en la industria del biodiésel estadounidense, que impulsa un incremento en el procesamiento de soja y que deja remanentes de harina que no están encontrando un destino cierto.

Mercado local

En la plaza doméstica las fábricas ofrecieron hoy hasta 270.000 pesos por tonelada de soja para las terminales de la zona del Gran Rosario, 5000 pesos más que ayer. No obstante la mejora, el nivel de actividad fue mínimo, con vendedores que esperan propuestas superiores a los 280.000 pesos para empezar a hablar.

Las pizarras del Matba Rofex, en tanto, mostraron un alza de US$0,70 para la posición enero de la soja, cuyo ajuste pasó de 328 a 328,70 dólares por tonelada, y una baja de US$2,80 sobre el contrato mayo, que retrocedió de 299 a 296,20 dólares.