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A pesar de las denuncias y los reclamos que se vienen haciendo desde hace años, la problemática del agua de Junín no se resolvió. Son aguas que tienen una contaminación muy importante de arsénico. La causa de este fenómeno es natural, ya que tiene su origen en la composición del subsuelo, formado por arenas volcánicas contemporáneas a la formación de la Cordillera de los Andes. Las napas más profundas son las más contaminadas.
Esta contaminación inicial se fue agravando por la aplicación de agrotóxicos, que al ser arrastrados por las lluvias llegan a las napas. Como ejemplo, el arseniato de plomo, que se utiliza como pesticida; y el arseniato de calcio, que se usa como herbicida.
La cantidad de arsénico que puede tener un litro de agua que se quiera beber no debería superar los 0,01 miligramos; ésta es la recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, tanto la ley nacional como la provincial a este respecto fijan como valor máximo permitido un 0,05. En Junín, los valores parecen ir desde 0,08 mg hasta 0,15. Estos datos son aportados por José Luis Mutti, uno de los ciudadanos que lideran la protesta desde hace más de ocho años.
Se estima que la dosis mortal de arsénico es de alrededor de 100 mg, que es la misma cantidad que en Junín ingiere una persona al cabo de seis meses.
Consecuencias graves
Las investigaciones dan cuenta de que la población de la ciudad y su periferia tiene problemas recurrentes relacionados con este alto contenido de arsénico, tales como un aumento de la probabilidad de contraer cáncer de piel y en órganos blandos. Es de destacar que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer coloca a éste en el grupo uno de los elementos causantes de esta enfermedad. El arsénico, además, produce afecciones menores, como anemia y depresión.
Como dijimos, el problema no es nuevo y ya tuvo sus litigios. Allí, Obras Sanitarias no está privatizada y depende de la Municipalidad. Hubo una causa "Mesa Alfredo y otros contra Municipalidad de Junín sobre amparo", que dio lugar a que el forense Ricardo Oubiña, luego de los peritajes dijera no sólo que el agua no es potable sino "altamente peligrosa y nociva para la salud", ya que "el alto contenido de nitratos ocasiona en la sangre transformaciones químicas de la hemoglobina y la formación de derivados nitratos, capaces de comportarse como anemias y de tener también efecto cancerígeno".
Para los especialistas, la solución a este problema es establecer una planta para bajar los niveles del elemento en cuestión, esto es, potabilizarla.
Dos ciudades no lejanas, Carlos Casares y Pehuajó, lo harán, y en Junín la gente está esperando que la intendencia proponga soluciones para este problema, que puede tener consecuencias tan graves.
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