El año que se cumplía el 150° aniversario de la Revolución de Mayo se realizó una jineteada en el Estadio Monumental
Del 1° al 5 de diciembre de 1960 la Comisión Honoraria de Destreza Gaucha, con el auspicio de la Dirección General de Cultura y la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, organizó en el estadio de River Plate una fiesta criolla.
Diversos medios de comunicación, incluida LA NACION, comentaron los acontecimientos de esos días. El día previo cerca de doscientos jinetes pasaron a últimas horas de la tarde por las calles de Buenos Aires, en Plaza de Mayo se ofició una misa y en la Plaza San Martín se realizó un homenaje al Libertador.
El presidente de la Comisión Honoraria mencionada, Juan Carlos Neyra, manifestaba: "Exhibiciones como la que presentamos en esta oportunidad pueden contribuir a despertar en el público nuevamente el amor por la tradición. Si logramos este propósito ello constituirá, sin duda alguna, nuestra mejor contribución a la fiesta del Sesquicentenario".
En un extremo de la cancha se ubicó un corral con una tranquera, desde allí varios pialadores formaron la calle para realizar la "pialada campo afuera", también se armó un "arréglese como pueda", en esta destreza donde al potro pialado había que subirlo sin ayuda, sobresalió el salteño Jorge Salgado.
El señor Maurín realizó una demostración de mansedumbre en su bayo "El Chúcaro". De la localidad bonaerense de Rauch, el jinete Juan A. Bigurrarena, de tan sólo 10 años, subió un petiso tobiano; en plena jineteada petiso y jinete cayeron al piso, pero Juan ágilmente volvió a subirlo; el joven fue llevado por el apadrinador alrededor de la cancha ante la ovación del público presente. En los palenques sobresalieron los señores Bilbao, Esteberena y Gargiulo.
Un participante de aquella velada, don Alberto Pedro Heguy, nos relata: "Fuimos convocados por la Comisión Honoraria, por reconocidos tradicionalistas como el Vasco Videla Dorna, Justo P. Sáenz, Eleodoro Marenco, Neyra, Amadeo y Videla y el Comodoro Güiraldes, entre otros, para que reclutáramos de la Facultad de Agronomía y Veterinaria compañeros de campo y de a caballo para ayudar en la organización; sobraron voluntarios".
El criollo Campusano pidió que atropellaran la caballada en el corral redondo para descolgarse de la maroma, no fue posible luego de varios intentos, pero apareció el uruguayo Cuevas para solicitar que apuraran la salida, que el puntero al "ver la luz" se echaba para atrás y apretado por el resto quedaba en "punto muerto"; posición ideal para subirlo, resulta que el puntero pegó tal salto que lo tiró y la tropilla lo pasó por arriba. A Cuevas le gustaban las bravas, la noche anterior subió un reservado con encimera sin cincha y otro "cara pa atrás" agarrado de la cola.
Un pedido
Continúa diciendo Heguy: "Un grupo de señoras de ALPI, el domingo a la tarde, nos pidió una demostración para los chicos, pero luego de cinco noches de asado fiesta y vino, pocos jinetes profesionales quedaban; lo afrontamos Richie La Fuente, Carlos Corro, Ángel Estrada, Julito Pereyra Iraola, Lino Landajo, mi hermano Horacio y yo, entre otros. Realizada la jineteada aparecieron unos correntinos que ofrecieron un overo que venía invicto, efectuado el sorteo lo subió Lino Landajo, con monta surera, saliendo del palo castigando y hachando hasta dejar overo al overo. Los correntinos dijeron que por las rayas del cuero en el reservado, las espuelas estaban trabadas, pero parece que al jinete se le habrían trabado las rodajas, por dejar "distraídamente" la bombacha desprendida".