En el medio de la durísima crisis económica que vive el país, el trigo da buenas noticias. Es una luz de esperanza. Y no es casual que salga desde el campo. Según proyectó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el ingreso de divisas de los cultivos de la cosecha fina se incrementará un 9% en 2021 respecto de este año. Serían poco más de 3600 millones de dólares, sumando la cebada. Con el pronóstico de caída del PBI de entre el 6% y el 10%, el campo volvería otra vez a destacarse.
Esa proyección tiene como base principal un aumento del área sembrada de trigo a 6,8 millones de hectáreas, 200.000 más que en la campaña pasada. Si el clima acompaña, aclararon los especialistas de la bolsa, se llegaría a una producción de 21 millones de toneladas.
Por supuesto, "no hay que contar los pollos antes de que nazcan", pero aquí el campo está emitiendo una señal muy potente al resto de la sociedad que no conviene dejarla pasar de largo.
Esas proyecciones fueron presentadas en el lanzamiento de la campaña de granos finos 2020/21 que organizó la Bolsa porteña vía internet el martes pasado. Además de los especialistas de la entidad, expusieron varios referentes de la cadena triguera que dejaron varios temas para continuar analizando y resolver. Algunas de esas discusiones continuarán en la jornada A Todo Trigo, también virtual, que organizará la Federación de Acopiadores el jueves próximo.
El optimismo por el trigo no significa que se pusieron los problemas debajo de la alfombra. Al contrario: varios salieron a la luz. Agustín Tejeda Rodríguez, del área de estudios económicos de la Bolsa de Cereales, dijo que en las consultas que realizaron sobre intenciones de siembra surgió como respuesta el temor por la actitud que tomará el Gobierno en relación con el trigo. El Poder Ejecutivo tiene la potestad, otorgada por el Congreso, de aumentar en tres puntos porcentuales los derechos de exportación al cereal, de 12% a 15%. Pero, además, sobrevuela el fantasma de una eventual intervención en el mercado por problemas en el abastecimiento interno.
El secretario de Agricultura, Julián Echazarreta, siguió el debate y en referencia a lo que ocurrió en el cierre de la campaña pasada, cuando hubo diferencias entre la oferta y la demanda, valoró "el compromiso de toda la cadena de cómo resolver la tensiones que existían", eso, dijo, "hace que la palabra intervención sea muy pequeña y muy lejana".
Según los datos que se expusieron, la exportación ya tiene comprados 1,3 millones de toneladas de la próxima campaña. "Hay ventas anticipadas de los productores y respuestas positivas de los exportadores", dijo el presidente del Centro de Exportadores de Cereales y de CIARA, Gustavo Idígoras. "No debería haber problemas", añadió.
De parte de la molinería, el presidente de la FAIM, Diego Cifarelli, dijo que las empresas del sector están abordando la posibilidad de operar en los mercados de futuros, pero recordó que están en un mercado que compran en dólares y venden en pesos. "Hoy la oferta no está, tenemos que seguir pujando y tenemos el precio de la harina congelado", añadió. La salida exportadora se está complicando para la industria molinera. La devaluación del real en Brasil le provocó una caída en el mercado al que se destina el 75% de sus ventas externas. Aun con las dificultades existentes, Cifarelli expresó que "la agroindustria es el motor más importante para que la Argentina se recupere post pandemia", y que toda la cadena está en "condiciones de brillar".
Desde el punto de vista de la producción, el presidente de ArgenTrigo, Miguel Cané, advirtió que en el 50% del área agrícola la rentabilidad que se proyecta para el trigo no es positiva. "Me gustaría un cultivo que se pudiera sembrar en todo el país", dijo. Las zonas alejadas de los puertos y los principales centros de consumo son las más afectadas.
Hubo más. Los especialistas de la Bolsa destacaron que hay una tendencia creciente de mejora tecnológica en las campañas trigueras. En el último ciclo hubo un traspaso del "nivel tecnológico bajo" al "nivel tecnológico medio" de cinco puntos porcentuales respecto de la campaña 2018/2019. Ese concepto engloba desde la utilización de insumos hasta "las prácticas de manejo empleadas", según definieron los especialistas de la bolsa porteña.
En la presentación también se debatió por la comercialización. "Tenemos que revisar lo más pronto que podamos todos los estándares de calidad y proteína", propuso Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral.
Más allá de cada una de las posiciones, hay una conclusión: hay una cadena que está viva. Sería un error estratégico dañarla.