Coninagro analizó la situación de 19 producciones y destacó el incremento en los insumos
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CÓRDOBA.- En febrero pasado, de 19 economías regionales que monitorea periódicamente Coninagro y para las que elabora un “semáforo”, seis estuvieron en verde, cinco en amarillo y ocho en rojo, resultado que cambió la tendencia de los registros anteriores. En función de los volúmenes producidos, el 90% está en zona de riesgo, 4% en alerta y 6%, bien.
Este es el segundo relevamiento posdevaluación y, si bien se observan subas de precios al productor de forma heterogénea, los aumentos en insumos son “constantes” y por “encima” de la mejora de precios. A eso hay que sumarle que todavía siguen los efectos de la sequía y que hay actividades que no recuperaron su producción. “El mercado no acompaña: exportaciones con bajos precios y consumo decreciendo, excepto en productos sustitutos”, define el informe.
Granos, algodón, leche, miel, vino y mosto, mandioca, ovinos y papas son los sectores que encienden luces rojas. En el primer caso -clave por el volumen de producción- preocupan los bajos precios internacionales y la caída de los rindes por efecto de la sequía y de la ola de calor; en el algodón las razones son similares y para los tambos continúan los precios atrasados para los productores y los mercados estancados.
Para los vinos, los precios están “deprimidos” y los costos “por las nubes”; en la miel la producción es baja por falta de flores aunque los precios mejoraron algo; en las papas hay alza de costos y sobreoferta. En la mandioca los costos “van más rápido que la inflación”.
El semáforo amarillo es para los cítricos dulces por “complicaciones” en los mercados”; forestal (mejora en precios, caída en exportaciones); hortalizas (precios bajos, suba en exportaciones); peras y manzanas (en “recuperación con costos elevados”) y tabaco (mejora interna, falta de reacción de exportaciones).
La mejor situación -verde en el indicador- es para yerba mate (precios a la par de la inflación y mercado estable); porcinos (“variables positivas”); maní (recuperación del área sembrada); bovinos (recuperación después del ordenamiento de precios relativos); aves (recuperación productiva) y arroz (evolución “positiva” de precios).
El “semáforo” de Coninagro se elabora desde 2018 en base a tres pilares: negocio a nivel productor, y producción y mercado a nivel nacional. Todos tienen el mismo peso.
Los rojos
Raúl Catta, coordinador de la Comisión de Lecharía de la Sociedad Rural Argentina, explicó a LA NACION que los precios para los productores vienen “atrasados” hace tres años, lo que marca la “situación de quebranto” que viven los tambos. “Hay un factor clave en todo esto que es que el 40% de la producción se hace con silaje de maíz que subió mucho; se necesitan más litros para realizarlo y muchos tambos decidieron no hacerlo”, precisó.
Respecto del precio que recibe el productor, detalló que es de $291,19 el litro cuando “debería rondar” el 40% del valor en góndola, es decir entre $340 y $400. “Subió 19% en el último mes, puede parecer mucho, pero hay atraso acumulado -añadió Catta-. Hace 25 años que la producción está estancada entre 10.000 y 11.000 millones de litros anuales”.
El referente enfatizó que el actual gobierno quitó todas las trabas comerciales internas y confirmó la quita de las retenciones pero, “a pesar de eso, no se recompuso el precio al productor cuando la industria decía que no los ajustaba por esas trabas generadas en la administración anterior”.
Desde la Sociedad Argentina de Apicultores, Lucas Martínez apuntó que la menor producción es una “tendencia” que lleva varios años porque la agroindustria “viene ampliando sus territorios”. Agregó: “Hay un mayor costo para mantener la colmena con una producción menor”.
También aportó que a nivel global hay cada vez “más adulteración”. Por ejemplo, son azúcares de arroz o de otros cultivos mezclados con miel. “En Europa los productores están en contra de la importación de miel; ya les hemos dicho que el problema es la adulteración. Ya se está planteando cambiar la normativa en la Unión Europea, pero eso lleva tiempo”, señaló Martínez, quien graficó que hace tres años China exportaba 70.000 toneladas a ese destino y ahora son casi 160.000.
“El punto es que para vender desde la Argentina hay que competir con los precios de la adulterada y, en vez de cobrar US$3000 la tonelada hay que venderla a US$2000. En el caso de Estados Unidos no es tan lineal, porque allí hay un arancel de 120% para la producción china”, especificó.
Lucas Andersen, miembro del comité de Comercio Exterior de la Cámara Argentina de Fraccionadores de Miel (Cafram), coincide en que el sector está viviendo una situación similar a la del año pasado: dumping en Estados Unidos y miel adulterada en Europa. “El productor recibe un precio similar con la mejora obvia por el nuevo tipo de cambio y la ‘gran victoria’ de no tener retenciones. El año es más positivo que en 2023, pero no para ‘tirar manteca al techo’. La cosecha será algo mejor que la anterior, pero no de las mejores”.
Eduardo Sánchez, productor de uvas de San Juan e integrante de un grupo autoconvocados, explicó que los grandes grupos “plancharon” el precio del vino a granel por lo que no se están pagando las uvas “como se debería” y, además, están usando uvas comunes que “deberían ser destinadas a mosto, y eso deprime el valor de los varietales”.
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