Momento decisivo: las últimas lluvias trajeron un alivio, pero quedan zonas donde falta agua

Este fin de semana, la región núcleo recibió nuevas lluvias que trajeron alivio a varios distritos, aunque el panorama sigue siendo mixto en cuanto a la distribución de las precipitaciones. Los mayores registros se observaron en el este, con Carlos Pellegrini liderando los milimetrajes con 77 mm, seguido por Montes de Oca con 60 mm, y Pujato y Clason, ambos con 50 mm.

Según la información proporcionada por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), fueron particularmente beneficiadas áreas del noreste de Buenos Aires y el sudeste de Santa Fe, regiones que urgían de estas lluvias. Por ejemplo, zonas como Pergamino y Ramallo acumularon cerca de 50 mm, vitales para la recuperación de cultivos. En tanto que en Bell Ville, Córdoba, cayó unos 30 milímetros.

Sin embargo, en la entidad rosarina indicaron que no todas las noticias son positivas. El noroeste de la provincia de Buenos Aires y el sur de Córdoba prácticamente no recibieron precipitaciones este fin de semana, manteniendo la preocupación a los productores, especialmente aquellos con cultivos de maíces más tardíos y soja necesitados de agua para su recuperación.

Analistas de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR indicaron que “esta zona sigue necesitando agua especialmente para los maíces más tardíos y para la recuperación de la soja pero en el resto de la región, donde sí recibieron lluvias, viene muy bien para que continúe la recuperación de la oleaginosa, especialmente; también para el llenado de granos de la soja de primera, que es el estado que el estado fenológico que tiene en estos momentos, asimismo para los maíces tardíos que muchos estaban en plena floración”.

En este escenario, dijeron que para los próximos días se esperan temperaturas en aumento y ausencia de lluvias en la región, “lo que podría acelerar el secado de los suelos y, en la medida que se vayan oreando los suelos va a permitir con comenzar con la cosecha del maíz temprano en la región núcleo”.

Mientras tanto, “la variabilidad en la distribución de las lluvias mantiene en alerta a los productores, conscientes de que, aunque algunas zonas se ven favorecidas, otras siguen esperando el agua necesaria para sostener sus cultivos”.