Se trata de la Escuela Superior Integral de Lechería de Villa María, de Córdoba, que posee un centro educativo desde el cual también brinda capacitación
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En el corazón de la cuenca lechera de Villa María, específicamente en Ramón J. Cárcano, se encuentra el primer tambo robotizado de Latinoamérica operado por una escuela. Este innovador espacio pertenece a la Escuela Superior Integral de Lechería de Villa María, donde desde hace tres meses los estudiantes tienen acceso a la última tecnología para su formación académica. Además de ser un centro educativo, este tambo ofrece capacitación y asistencia técnica a productores y trabajadores agropecuarios. También proporciona servicios para ensayos e investigaciones a todos los involucrados en la producción de leche.
“Siempre la idea fue formar gente complementando la teoría con la práctica”, dijo Alfredo Gadara, presidente de la Fundación Cultural de Profesores y Amigos de la ESIL (Funesil), una fundación creada para gestionar y promover dicha institución educativa. Relató que la institución nació en 1967 como una escuela de nivel medio especializado en lechería. Fundada por iniciativa de un grupo que incluía a Osvaldo Zanotti, un destacado ingeniero químico de la industria láctea local, con la colaboración del INTA, el Club de Leones y los Padres Trinitarios, la escuela inició sus actividades en un edificio que anteriormente albergaba una escuela primaria. No obstante, remarcó que Orlando Pfaffen fue quien le dio el gran impulso y proyección a la institución.
Trece años más tarde se incorporó un nivel terciario con carreras enfocadas en la producción e industrialización láctea. Actualmente la institución es provincial y de gestión privada, dependiendo de subsidios provinciales y gestionada por Funesil.
En los años 80, con la masificación del ordeñe mecánico, la escuela, en colaboración con el INTA, instaló una máquina ordeñadora en el campo de 17 hectáreas que ahora alberga el tambo robotizado. “El tambero que venía ordeñando a mano tuvo que aprender a usar una ordeñadora, así que comenzamos a impartir cursos”, explicó Gadara. Con el tiempo, la tecnología de esta instalación quedó desactualizada, impulsando la necesidad de un tambo más moderno y tecnológico.
“Sentimos la necesidad de tener un tambo más moderno y tecnológico para capacitar tanto a estudiantes de secundaria y terciaria como a operadores y trabajadores del campo. Es decir, contar con un espacio de formación y actualización para quienes ya trabajan o quieren ingresar a trabajar en un tambo”, dijo Gadara.
El robot
Fue así que hace seis años tomaron la decisión de empezar con un nuevo proyecto para pasar esta vez de una ordeñadora a un robot de ordeñe. Creyeron en la necesidad de instalar un tambo robotizado con sistema estabulado de cama caliente que permite un límite de ordeñe de 60 vacas. Actualmente tienen unas cuarenta vacas. “Vamos a ir creciendo poco a poco porque queremos ir despacio ya que es un aprendizaje para todos”, expresó.
Se llama tambo de “ordeñe voluntario” debido a que las vacas lecheras se dirigen solas al sistema de ordeñe, sin horario fijo y sin necesidad de que una persona realice la tarea. La obra incluye sala de control, aulas y el reacondicionamiento de los diferentes sectores destinados a capacitación. Este tipo de tambos forman parte de un sistema productivo lechero en confinamiento techado tipo compost barn (cama caliente), y alimentación tipo TMR (ración totalmente mezclada).
Toda la leche que producen se destina a la planta piloto de la Escuela para la elaboración de yogur, helado, dulce de leche y variedades de quesos. “Intentamos completar la cadena desde la producción inicial hasta la comercialización del producto lácteo. La idea es formarlos tanto en la teoría como en la práctica a lo largo de toda la cadena”, señaló.
Esto les permite tener un espacio donde realizar pruebas de insumos y equipos que luego se utilizan en la producción primaria de leche. Además, este sistema ofrece un gran volumen de información para lo que es la prueba de insumos, el análisis de diferentes rutinas de trabajo o dietas aplicadas a diferentes animales.
El director indicó que, si bien el porcentaje de robots que hay en el país actualmente es muy bajo, existen aproximadamente unos 500 equipos. Consideró que es importante el aprendizaje porque es una tendencia creciente que, probablemente, se imponga gradualmente junto a otras formas de trabajo. “Somos la primera escuela en América Latina con instalaciones dedicadas exclusivamente a la formación en este campo, un logro que destaca nuestro compromiso con la educación y el avance tecnológico”, señaló.
Ya han capacitado a más de 200 personas incluyendo tamberos, mezcladores e inseminadores. “Nuestro objetivo es completar la cadena desde la producción inicial hasta la comercialización del producto lácteo, formando a nuestros estudiantes en teoría y práctica en cada etapa”, destacó Gadara.
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