Los productores tienen interés en sembrar trigo, pero necesitan dos condiciones para concretar sus intenciones: que el tiempo se estabilice, con varios días seguidos de sol, y que el mercado lleve el precio a un valor más atrayente.
Empecemos con la primera. Carlos Calvo, de Red Surcos, una empresa vendedora de insumos agrícolas, afirma que "las lluvias de abril trajeron preocupación y distrajeron a los productores, pero sólo configuraron un impasse; no se desistió de sembrar trigo". Y asevera que "hay consultas de los agricultores, que comparan costos de las diferentes alternativas de protección de sus cultivos. Nuestros agentes nos piden que contemos con suficiente stock de curasemillas en función de cómo viene el año".
Los herbicidas más solicitados inicialmente son los clásicos -2, 4 D, Picloram, Dicamba, Metsulfuron-, que se han demandado desde marzo para mantener limpios los barbechos en zonas no inundadas. En fertilizantes, la novedad de este año son los microgranulados. Son productos fosfatados que permiten aplicar 20 kg/ha en vez de 100 del producto convencional. La mayor eficiencia sería consecuencia de que el fertilizante queda adherido a la semilla -no la daña- y se va liberando lentamente al lado de las raíces.
Por el lado de los precios, los US$ 160 por tonelada que se ofrecen en el Mercado a Término para la época de cosecha no satisfacen a los productores, que no toman coberturas porque saben que los valores tienen un potencial de suba con el avance del almanaque. "De acuerdo con la cotización FOB que establece el ministerio de Agroindustria (US$ 195), el precio al productor debería ser de US$ 170-180 para la mercadería de exportación", calcula el consultor Carlos Etchepare. A partir de ese valor, la molinería debería pagar un plus por las partidas de calidad.
¿Qué factores impiden la concreción de ese precio teórico? El gran volumen de trigo viejo -Etchepare calcula que hay siete millones de toneladas sin negociar aún- y su calidad, que muchas veces obliga a venderlo como forrajero. Este producto tiene ubicación en países lejanos, pero requiere que los exportadores ofrezcan precios atractivos para los importadores. Los principales destinos son Indonesia, Tailandia, Vietnam, Filipinas y Bangladesh.
El consultor entiende que el avance del calendario jugará a favor de los productores y no descarta valores superiores a cosecha para las próximas semanas, cuando comience la siembra en la región pampeana y se hayan digerido algunas partidas en poder de los acopios. También puede jugar a favor un tratamiento más favorable de las exportaciones de harina y mejores relaciones con Brasil, un mercado que está dispuesto a comprar trigo en 2017 si se asegura continuidad en los embarques, con un contenido mínimo de proteína del 10,5 por ciento.
Mientras tanto se puede esperar poco del mercado internacional. "La cosecha del hemisferio Norte evoluciona razonablemente bien, sobre todo en los países del mar Negro, que producen mucho y venden barato", indica el analista, que no prevé saltos significativos en las cotizaciones a menos que ocurra algún fenómeno climático extremo.
De cara al próximo ciclo productivo, Etchepare aconseja a los productores no fijar precios por ahora y esperar a que se consuman los stocks y que se recomponga el mercado. También recomienda tomar muestras de la mercadería antes de entregarla a los acopios. Es una precaución de muy bajo costo que permite defenderla mucho mejor si hay distintas calidades en la cosecha 2016/17 y quien la recibe tiene capacidad de segregar partidas.