En el cooperativismo agropecuario estamos expectantes de que finalmente en la Argentina podamos pasar de una política de asistencialismo y subsistencia a una política de sustentabilidad en la que la producción pueda ser creadora de riqueza con posibilidad de integrarnos al mundo.
Sin embargo, el productor agropecuario, hoy involucrado en el devenir cotidiano, está agobiado por la presión impositiva y financiera, que si bien ve atenuar la inflación todavía no lo deja en paz. La situación climática ha puesto en jaque muchas zonas, sobre todo cuencas lecheras. A esta situación, la falta de medidas que le den previsibilidad a la agroindustria en general coloca al sector en un camino de concentración que puede en el tiempo equilibrarse, pero con muchos menos productores y pequeñas y medianas pymes. Este modelo no es aconsejable porque afecta el desarrollo local y el empleo. Remover las diversas formas de asociativismo e integración posibilita dar vida y futuro a los pequeños productores y empresas.
Por eso, desde Coninagro, creemos que como institución representativa debe en algún momento atenuar el fragor de la pelea cotidiana y analizar el futuro de una actividad que involucra transversalmente a toda la economía. Y eso se hizo. Con ideas, se plantearon propuestas en cada uno de los rubros que involucra a la agroindustria, desde la producción primaria hasta el agregado de valor y el comercio.
Hoy hablar de campo no es hablar sólo de alimentos. Es hablar de medicamentos, bioenergía, industria textil y subproductos que enriquecen la economía y el desarrollo de un país. Un sector agroindustrial que ha orientado a la Argentina a liderar en muchos rubros. En un documento realizamos propuestas con una mirada multidisciplinaria y abarcadora de toda la actividad agrícola y ganadera. Y, en detalle, con iniciativas para cada una de las economías regionales que representamos: granos, carne bovina, leche, algodón, arroz, aves, cítricos, forestal, hortalizas, mandioca, maní, ovinos, papa, peras y manzanas, porcinos, tabaco, vino y mosto, y yerba mate.
"Acciones para los nuevos paradigmas", dice el lema de un conjunto de políticas que debe llevar el Estado junto con los privados a lograr previsibilidad para producir más y mejor.
Invertimos en la generación de herramientas para la construcción de políticas públicas a largo plazo, impulsando procesos de desarrollo local y arraigo familiar en todas las regiones productivas. Promovemos una educación rural basada en contenidos técnicos, pero también en valores y virtudes. Sin jóvenes y sin innovación y tecnología, el futuro agropecuario se verá comprometido.
Financiación
El documento muestra la necesidad de una financiación del capital de trabajo, adecuada a los ciclos productivos, y se resalta la importancia de la creación de líneas crediticias que cuenten con años de gracia y tengan intereses razonables. También se promueve una política monetaria que incentive la producción industrial y local, con garantías alternativas que lleguen a todos los productores, cooperativas y pymes. Como entidad impulsamos la creación de cajas de crédito cooperativas rurales y la conformación de una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR), abocada a la cooperativa, que el productor pueda acceder al crédito garantizando con su misma producción, a través de herramientas como warrants o prendas flotantes.
Se incita a complementar el trabajo conjunto entre las entidades públicas y privadas para que los productores y sus cooperativas puedan adquirir la mejor tecnología disponible ya sea en semillas como en maquinarias, que puedan cubrir su producción con seguros acordes, con financiación de largo plazo y a tasas internacionales.
Tenemos propuestas para reducir la presión impositiva y simplificar el sistema de recaudación para tener un impacto positivo en la producción y el empleo, e impulsar la competitividad: lo que resta de los derechos de exportación, el costo laboral, el IVA, los ingresos brutos, el ajuste por inflación, los regímenes de información, el inmobiliario y la tasa vial, entre otros.
Ya en lo productivo se pone el eje en la sustentabilidad de la actividad, para lo cual plantea la necesidad de acciones sinérgicas y multidisciplinarias que partan desde la persona y vayan hacia el cuidado, defensa y respeto del medio ambiente. Sobre infraestructura se impulsa el desarrollo basado en tres pilares (hídrico, vial y energético), que den sustentabilidad en el tiempo a la política rural. Como entidad representativa de federaciones cooperativas y productores apoyamos el Plan Belgrano, el Plan Vial y creemos que es interesante el Plan Energético. Construimos futuro más allá de lo partidario. Creemos que ese es el camino, y en él estamos.
El autor es presidente de Coninagro
Carlos Iannizzotto