"No hay problemas que no podamos manejar con la paleta de soluciones que tenemos disponible. No hay excusas, solo se trata de hacer una buena ingeniería agronómica", asegura Federico Bert, director de Investigación y Desarrollo de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación (AACREA), para quien no hay que esperar tecnologías disruptivas, "las que vendrán, a lo sumo, nos facilitarán un poco las cosas", dice.
El especialista repasa algunos de los aportes que ha hecho la industria en los últimos años: para el manejo de plagas, Intacta; para el control de malezas, la resistencia a herbicidas hormonales con Xtend y Enlist; para la gestión de microorganismos hay productos biológicos que buscan hacerse un lugar y demostrar su impacto en la producción; y en genética, los semilleros siguen presentando nuevas variedades que suman un diferencial del 2% o 3% en rendimiento cada año.
Pero lo cierto es que, según Bert, el nivel de adopción de algunos de estos desarrollos es muy bajo. No hay tecnologías que marquen un antes y un después. Según Bert, se trata de aportes marginales de la mano de distintas herramientas. Se suma el aporte de una nueva variedad, algún rendimiento un poquito mejor a partir de un evento tolerante o la soja resistente a lepidópteros (que en realidad apunta más a disminuir los costos que a eficientizar el rinde) y están los microbiológicos con su aporte marginal. No hay nada que cambie un 20% o 30% el rinde".
Pero es en las tecnologías de procesos donde el especialista ve que se ha dado el salto más importante en los últimos años. Bert se refiere a cuestiones de manejo como decidir estratégicamente cuándo se siembra, que genética se utiliza y cómo se caracteriza el ambiente. "A diferencia de lo que ocurría hace algunos años, hoy es bastante raro que alguien siembre un lote sin antes medir el agua del suelo o revisar si hay napa. Si la sequía de la campaña pasada nos agarraba hace 10 o 15 años hubiese provocado un impacto mucho más fuerte", ejemplifica.
"La tendencia marca un crecimiento en el uso de información agronómica, que paralelamente es cada vez más precisa", reflexiona el ejecutivo de AACREA y enumera el aporte de imágenes satelitales de todo tipo con cada vez más resolución, los modelos hidrológicos que permiten anticipar la profundidad de la napa, la posibilidad de decidir qué dosis de fertilización usar en cada metro cuadrado y las pulverizaciones selectivas que están causando gran impacto en el Norte.
Bajo este paraguas, ¿cuáles son los consejos para encarar la nueva campaña? Además de realizar una completa radiografía de cada ambiente, Bert recomienda prestarle mayor atención a la nutrición y realizar un correcto monitoreo. "La soja se fertiliza mucho menos de lo debido. También es importante invertir en genética y controlar de cerca las enfermedades. Además es fundamental para el resultado económico hacer un correcto manejo de las malezas. Un control inadecuado puede generar una pérdida de hasta el 50% en el margen de ganancia", detalla.
Pero lo más importante es realizar un uso consciente y moderado de las nuevas tecnologías. "Debemos estar atentos para no repetir problemas que ya atravesamos. Cuidar la tecnología es clave para el que la desarrolla y para el que la utiliza", concluye.