Cierra la cantera Quilpo en Córdoba y todo un pueblo queda en riesgo de desaparecer
La empresa Cefas anunció que buscará la reconversión de la fábrica en Córdoba; todo en el lugar es de la compañía.
CORDOBA. Quilpo a 160 kilómetros al noroeste de la capital provincial, en el departamento Cruz del Eje, tiene su suerte atada a la cal. Es un pueblo privado, todo –menos las escuelas- pertenecen a la empresa que producía hasta ahora allí. Hoy anunció que, por agotamiento de insumos, cierra esa fábrica.
Cefas se hizo cargo de la cantera después de la quiebra de “El Sauce” en 1994. La firma es dueña de la marca “El Milagro”; a través de un comunicado explicó el cierre de Quilpo por “los cambios producidos en el mercado de materiales para la construcción, revelan una fuerte reducción del consumo de cal hidratada y como contrapartida una importante demanda de agregados pétreos”.
Fuentes de la empresa indicaron a LA NACION que están buscando “alternativas” para parte de los 70 empleados que trabajaban en la fábrica; podrían producir “materiales duros” (molienda de áridos). Sin embargo, por ahora no hay nada resuelto respecto de la reconversión.
“Esta adaptación al mercado, permitirá preservar parte de los puestos de trabajo actuales –agrega la nota-. Se trata de una decisión que involucra a las personas que trabajan en la empresa. Por ello, Cefas ha dado y continuará brindando un trato cuidadoso a los empleados afectados”.
Respecto de los niveles de producción, la fuente indicó que “fue variando en el tiempo” y sobre el futuro de la gente que vive en las casas que son de la empresa, planteó que “se negocia” una solución. Tampoco hay nada resuelto.
Hace un año y medio LA NACION recorrió el lugar por los reclamos de muchos pobladores de lo que significa vivir en un pueblo “blanco”. Del Estado, en Quilpo, sólo son las cuatro escuelas (un jardín, dos primarias y una secundaria); no hay policía, servicios de salud ni correo. Cualquier trámite se hace en Cruz del Eje, a unos 20 kilómetros.
Desde Cefas confirmaron que continuarán con la producción en sus otras explotaciones en San Juan, Olavarría y Zapala; en Córdoba salían las cales Malagueño, El Milagro, Deca Vial y Santa Elena.
Durante los años de explotación de la cantera y del funcionamiento de dos hornos a leña y dos a carbón, hubo varias denuncias de grupos ambientalistas. Algunas familias se mudaron en los ’80 y otras lo hicieron en 2002, cuando la fábrica cerró por nueve meses. Los que se quedaron buscaban la manera de resolver su problema habitacional pero no terminaron de lograrlo.
En Quilpo llegaron a vivir 2000 personas, tenía hotel, un club y una infraestructura mejor a la que le quedó. Las autoridades de la zona están preocupadas porque no hay otra fuente de trabajo.