
Depués del Nafta, Chile apuesta sus fichas al Mercosur
El bloque regional suma puntos en el comercio con el país trasandino
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Hasta ahora, el país trasandino coqueteaba con el Tratado de Libre Comercio del Norte (Nafta) mientras rechazaba la posibilidad de entrar de lleno en el bloque comercial de la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Esta situación está finalizando porque, según el asesor de la Cámara de Comercio Argentino-Chilena, Dino Hagen, "necesita comerciar con el Mercosur porque se le cayó Asia y el Nafta. Antes, tenía dos novias: el Nafta y el Mercosur, la primera le dijo que no; entonces, ahora mira a la otra -explicó a La Nación -. Ya tiene un pie adentro del Mercosur, falta que meta el otro. Resta la parte diplomática y política, pero creo que se concretará este año".
Durante los últimos años, Chile se mostró como el socio más confiable de América latina y basó su estrategia en la inserción y apertura al comercio exterior.
Esta elección parece lógica. El mercado interno se reduce a 14,3 millones de personas y sólo podía aspirar al robusto crecimiento logrado -que promedió el 6% en los últimos años- inclinándose decididamente al comercio internacional.
En este contexto, Chile tejió una interesante red comercial con el mundo. Logró convenios bilaterales con Canadá, Perú, Bolivia, México, Colombia, Venezuela y Ecuador; está avanzando en un acuerdo con la UE, participa activamente del Foro de Cooperación del Asia-Pacífico (APEC, en sus siglas en inglés) y es un miembro asociado del Mercosur. A pesar de la decidida política comercial, aún no se decide a entrar en la unión aduanera más importante de América del Sur, que cumplió su cuarto año de existencia.
"No tengo duda de que va a entrar porque Chile, la Argentina y Brasil son el Mercosur", arremetió el empresario para que no queden dudas de su confianza en que el país vecino ingrese en este importante mercado regional.
Los resultados se dejaron ver pronto: la participación de las exportaciones chilenas hacia los países con los que se suscribieron acuerdos aumentó de un 14%, en 1991, a un 20%, en 1997. Las ventas externas del país que gobierna Eduardo Frei representan actualmente el 39% del producto total de esa economía; en sólo dos décadas los chilenos pasaron de exportar 500 a 3800 productos en 166 mercados. Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Corea del Sur, Brasil, la Argentina y Taiwan son sus principales socios.
Casi un tercio de la producción chilena se exporta al sudeste asiático. La crisis financiera y comercial de la mayoría de estas naciones, como Malasia, Corea del Sur y Tailandia, provoca una caída en las ventas externas de Chile.
Aunque el desplome de las exportaciones a Asia se compensa con las ventas hacia Estados Unidos y Canadá, debe hacer frente a su verdadero talón de Aquiles: la caída de las ventas del cobre, su principal producto de exportación.
En relación con el comercio bilateral, Chile exporta a la Argentina cobre refinado, cajas de cambio, diferentes servicios, partes de máquinas de sondeo o perforación, vehículos, revistas y publicaciones ilustradas y papel prensa, entre otros productos, según el Banco de Chile. Por su parte, el país trasandino nos compra petróleo crudo, carnes de bovinos, aceites de girasol y de soja, algodón, gasolina y gas natural, entre otros productos.
En 1997, el intercambio entre los dos países ascendió a US$ 2622 millones: 785 millones son de exportaciones chilenas y 1837 de importaciones desde nuestro país, según los datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Durante los primeros cuatro meses de 1998, la Argentina exportó por US$ 607 millones y compró por 225 millones, según la cancillería argentina.
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